ZEPPELIN ROCK: GUNS N' ROSES - Appetite for Destruction (1987): Reseña

martes, 14 de marzo de 2023

GUNS N' ROSES - Appetite for Destruction (1987): Reseña

 


He de deciros que venía yo en el coche, como uno de tantos días, en mi rutina. Hace un bonito día soleado y no hay un tráfico exagerado. Aunque no para mí, para el resto de la humanidad hoy es  viernes. El caso es que pese a la incorporación a la rutina y venir de un día de libranza, mi estado de ánimo se va transformado y me veo cantando a grito fieruno, como una psicópata, lanzando mis baquetas  imaginarias al aire, sobre el volante. ¿Qué ha sido lo que ha influido en mi alma, mientras golpeaba unas neuronas contra otras en mis huesos occipitales?. No podría ser otra cosa, ellos, Guns N' Roses, no podía ser otro tema, "Paradise City", no podría ser otro disco, Appetite For Destruction.



Ahora  que sorprendentemente he llegado viva a mi destino y venida arriba como si les hubiera estado viendo en directo en el Rock In Rio, aprovecho para dejarme llevar, en el tranquilo ambiente laboral que luce hoy en mi lugar de trabajo y busco en mi memoria y allí donde guardo en clave de sol cronológicamente lo que me interesa y lo que no del panorama rockeril, los encuentro en color violeta, máximo placer auditivo, en la cronología del 87. Gran revelación de finales de los 80, entre los mejores 500 singles, con este temazo que me ha destrozado el brazo mientras conducía.



La banda mas carismática del declive del Heavy Metal, los salvadores del rock and roll, y no se entendería de otra manera que un par de tipos, uno de ellos un tímido empedernido escondido detrás de su mata lanuda de pelo negro y sombrero de copa, el dios de cuero que llama a misa con una Gibson Les Paul y un pequeño tirillas embustero que nos engaña a todos con su cara de ángel y su melenita rubia, cuando levanta sus agudos mas punzantes para provocar tsunamis sin despeinarse, se nos declara fan de Charles Manson y se nos ata una bandera sudista a la cintura.

No podría describir que sentí la primera vez que escuché a los Guns N' Roses. Slash, Axl W. Rose, Izzy Stradlin, Duff  McKagan, Steven Adler. Si hubieran tenido que pasar un casting para tocar juntos por pelotas, nunca hubieran hecho una labor mas completa que ésta que engloba, bajo mi punto de vista un caudal de metal, que en conjunto o por singles, no puede ser mas perfecta. En femenino, si tienes que tener una americana negra en el armario, porque esto es un básico, en una colección de rock , no puede, ni debe, ni es admisible, que no se encuentre en la A de antológico, el Appetite For Destruction.



Está el genial "Paradise City", pero está ese "Sweet Child O' Mine", tema sublime, que aunque no hubieras oído rock en toda tu vida, no pasaría desapercibido. O ese "Welcome To The Jungle", que te lleva a su terreno, jungla de animales del rock, Jack Daniels, riffs de guitarras rápidos y punteo limpio. Mi querida y protegida "Think About You" o "My Michelle", tan heavy, tocando el tema de la marginalidad, la drogadicción y la prostitución, tan dulcemente, arropando a Michelle. "Rocket Queen" o como elevar a una mujer a la máxima sexual, como idolatrar y acompañar el ritmo con un orgasmo real (corre el rumor que de la novia de Steven Adler) o "Nightrain" o el vino barato inspirador.

El LP entero es magnifico y tendría algo que decir de cualquiera de los temas. Son temas que nacen desde la esencia del rock. Esta banda se marcaba unos fiestones, con drogas, alcohol y estrellas del porno y de este coctail, nace este diamante mezcla de heavy, punk y rebeldía de unos niñatos veinteañeros.

Se comenta que el primer conato de producción de la joya fue por parte de Paul Stanley, pero al sugerir una serie de cambios  e inclusión de coros en alguno de los temas, Axl le hizo la cruz y no quiso volver a mirarle a la cara, esparciendo, incluso, cuan niño chico mosqueado, el rumor de la imaginaria homosexualidad del aclamado por las féminas líder de Kiss.

En fin, tras el cambio de portada por censura, típico en EE.UU ya que no era admisible semejante prosa provocadora vestida con el robot violador  de Robert Williams, numerosas censuras en MTV del vídeo de "Welcome To The Jungle" y la auto edición de "Live? Like A Suicide", solo podemos agradecer el hecho de que David Geffen, ese maravilloso día de julio del 87 ,confiara en estas almas tan dispares y diferentes que cuando se juntaban al hogar de los instrumentos musicales eran capaces de hacer temblar las paredes de cualquier antro californiano y aún siendo unos descarriados, ser el ejemplo para muchos que aún hoy e incluso de mentira a través del "Guitar Hero", queremos ser Slash y vivir la esencia de unos grandes, la esencia de los Guns N' Roses.

1 comentario:

  1. Amén. No podría estar más de acuerdo con todo lo dicho sobre estos tipos, y en particular sobre este disco.

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