Imaginación
IMAGÍNAME gorda. No, más gorda aún, obesa, joven morena de largas trenzas. Imagíname ahora subida en un triciclo y pedaleando como loca bajando por una cuesta muy empinada. ¿Me tienes? Ahí voy, sudorosa y llena de júbilo. Levanto mis piernas y los pedales quedan libres, y giran y giran como dos bielas desnortadas. Yo me río y me río, sin darme cuenta de que me estrellaré contra el escaparate de la farmacia. ¿La ves? Está allí abajo al fondo, con sus letras verdes fluorescentes, justo donde la cuesta termina. Ahora precisamente, unos metros antes de pegármela por méritos propios, baja un ángel, me toma en vilo y deja que el triciclo, solo y sin guía, ruede por el suelo destartalado. El ángel me posa en el suelo, me da un beso y desaparece.
¡Qué bueno eres imaginando! ¡Qué buen director de cine hubieses sido!
ÁCS
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Pues he visto la escena, el encuadre, el montaje... hasta había cámara lenta. Te reirás, pero siempre he pensado que si tuviese tiempo y dinero, pariría una película buenísima jajajaja
ResponderEliminarNo lo dudo. ¿Por qué no escribes el guión al menos? (Y lo que lo rodea) Puede ser un gran entretenimiento. Y luego, ya se vería...
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