ZEPPELIN ROCK: Fish - A Feast Of Consequences (2013): Crítica del disco Review

martes, 28 de octubre de 2014

Fish - A Feast Of Consequences (2013): Crítica del disco Review


por Blue Monday (@BlueMonday1971)

Seis años después de 13th Star, con algún paso por el quirófano y ciertas desavenencias matrimoniales, Derek William Dick, un músico con arrestos, como no podía ser menos siendo escocés, lanza nuevo álbum de estudio una vez más como Fish. Una serie de conciertos acústicos hacían que Fish recuperase la confianza en sus cuerdas vocales, eliminado el temor al cáncer, y se lanzase a la grabación de un nuevo artefacto de estudio, llamado esta vez A Feast Of Consequences.


Publicado en septiembre de 2013 A Feast Of Consequences es el undécimo álbum de Fish desde su salida de Marillion. El precedente había sido 13th Star, un álbum sólido, el quinto de una colección de excelentes esfuerzos en solitario que parecían estar llevando a Fish hacia esos elevados lugares reservados a los músicos de mayor prestigio y que había tenido su punto culminante con el Sunsets on Empire que publicara allá por 1997.

El bajista Steve Vantsis volvía a la banda tras su abandono después de la gira de 2008 para formar tándem compositivo con su líder. El guitarrista Robin Boult, estrella indiscutible del álbum, y el teclista Foss Paterson pusieron su granito de arena en las labores compositivas al tiempo que Gavin Griffiths y su batería completaban una formación a la que se sumaban Elizabeth Antwi en los coros y Aidan O’Rourke con el violín.



La voz de Fish ha cambiado y muestra una asombrosa claridad en su rango dado los problemas por los que ha pasado, mostrándose incluso más personal y dramática que nunca. El tipo ofrece en A Feast Of Consequences un amplio surtido de estilos musicales y su inmensa destreza como vocalista narrador, y demuestra un talento innato que esta vez parece no haberle encasillado en las grandes dosis progresivas a las que nos tenía acostumbrados, algo que en cierto modo se agradece.

Por ello el sonido global de A Feast Of Consequences es bastante diferente en líneas generales al de aquel 13th Star del año 2008. Los temas se construyen esta vez a partir de una base acústica en la que es fundamental la rica y cálida producción de Malcolm y que en ocasiones podría mantener la tradición de los primeros Marillion aunque en realidad se aproxima más a los estándares del rock clásico. Letras introspectivas y de observación, fruto de la especial habilidad de Fish para extrapolar sus experiencias personales y convertirlas en el motor que escribe temas se convierten en el hilo conductor del álbum.



Se inicia A Feast Of Consequences con "Perfume River", corte que abre con unas gaitas inquietantes antes de un atmosférico viaje de reflexiones personales y guitarras explosivas que finalmente se desmoronan en una dirección acústica. Después "All Loved Up" muestra la versión más rock de Fish con el hacerse famoso en la actualidad como tema protagonista. Un corte que contrasta en cierto modo con el sentido y el sonido general del álbum. Un tema lleno de potencia y velocidad con un cierto aroma a Tom Petty.

"Blind to the Beautiful" es una dolorosa balada que se centra en el cambio climático con el violín y el piano acompañando a la guitarra. Una voz llena de sentimiento ofrece el estado de ánimo adecuado para un corte que vuelve a aproximarse a los estándares del rock clásico, algo similar a lo que ocurre con "A Feast of Consequences", otro gran tema de rock que aborda con letras llenas de belleza una relación fallida en un formato melódico y pegadizo, esta vez con un deje a Mellencamp.

"High Wood" es una impresionante suite de cinco temas y media hora fruto de la visita de Fish al cementerio de High Wood, escenario francés de una de las más cruentas batallas de la I Guerra Mundial y donde sirvió su abuelo. Emocional, gráfico y respetuoso, reflejo del inmenso trabajo que la banda de Fish ha hecho para este álbum. “High Wood” presenta el lugar, "Crucifix Corner" refleja la primera carga de la caballería, "The Gathering" muestra como se reclutaron algunos batallones, "Thistle Alley" deja patente el terror de la guerra de trincheras, y "The Leaving" cierra la suite en modo reflexión. La tradición épica del rock progresivo al encuentro de otras tradiciones del rock que no lo son tanto en una maravillosa confluencia de estilos entre los que citar a Peter Gabriel o Jethro Tull.

"The Other Side of Me" recupera la emoción introspectiva en un tema que deja un estupendo y discreto solo de guitarra y unos coros en los que brilla Elizabeth Antwi, en una composición que evoca a Genesis pero que tira más hacia el rock clásico y "The Great Unravelling" deja otro fantástico solo de guitarra y una de nuevo maravillosa Antwi, ofreciendo esta vez una maravillosa interpretación vocal de Fish en uno de los no demasiados cortes del álbum auténticamente progresivos, esta vez para poner punto y final al disco.


Alguien dijo que A Feast Of Consequences podría ser un híbrido entre el Vigil in a Wilderness of Mirrors de 1990 y el Sunsets on Empire de 1997. Independientemente de las comparaciones el nuevo álbum de Fish es sin duda uno de los mejores de su dilatada carrera, envuelto de sus etiquetas neo prog, folk prog o como quieran llamarlo los que gustan de su utilización, aunque lo cierto es que el álbum tiene más de rock clásico que de otra cosa. Dos décadas después de su debut en solitario Fish parece haber alcanzado una madurez capaz incluso de superar al Sunsets on Empire de 1997, probablemente su mejor trabajo hasta la fecha.

©Blue Monday

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