Extreme lo habían dejado quince años atrás, tras aquel Saudades of rock (2008) que llegaba tras otros doce años de silencio para sumarse a la ola de regresos noventeros que se produjeron a fines de la primera década de los dos miles. Es decir, no hablamos de una carrera particularmente regular por parte de los norteamericanos, lo cual seguro guarda relación con una incapacidad de la banda para escapar del hard rock que siempre les caracterizó. Y no es que mantenerse fiel a un estilo sea algo particularmente negativo pero si complicado cuando los tiempos van cambiando y decides mantenerte estancado a un sonido que mostró lo mejor de si hace bastantes años.