Se ha de reconocer que la solvencia de una banda como Belphegor no da lugar a titubeos. Para estos austriacos no parece que pase el tiempo y a pesar del correr de los años, la dupla Helmuth-Serpenth continúa jugando en liga propia dando muestras de una tremenda contundencia en su sonido, de modo que donde otros fracasan, estos continúan encontrando inspiración suficiente para impactarnos, más allá de una técnica también de alto nivel. La clave está en la diversidad, porque lejos de intentar componer otro Lucifer Incestus (2003), que sería lo más fácil, quizás, The devils se presenta como otro gran álbum de Belphegor, lleno de peso y mal rollo sin la pretensión de emular viejas glorias sino más bien volar con alas propias, sonar a una versión actual de la banda, y eso tiene mérito. Claro que sí.