Piltrafillas, en El tercer hombre se suman varios aspectos que la hacen memorable y especialmente atractiva a mis ojos. Por una parte el guion original del gran Greene, la interpretación de Cotten y Howard, la presencia –aunque breve- del inmenso Welles, esos originales encuadres, la preciosa fotografía en blanco y negro de Robert Krasker, escenas –entre otras- como la del niño acusando a Holly de haber matado al portero de Lime, el encuentro en la Riesenrad del Prater o la persecución en las alcantarillas y –por supuesto- la cítara de Anton Karas. Y por otro lado -aunque no menos importante- el desfile de rincones reconocibles y recientemente visitados por mi como el Zentral Friedhof, el hotel Sacher, Neuer Markt, Maria am Gestade kirche, la mencionada noria, etcétera... Sin embargo todo esto es algo subjetivo. Lo importante es que El tercer hombre es una obra capital del cine británico que forma parte ya de la historia den cine con mayúsculas. En fin, amiguitos, una película clásica que no debéis perderos bajo ningún concepto.
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