Por si usted todavía es de los despistados que no lo saben, aquí hemos venido a follar. A perpetuar la especie. Todo lo demás son detalles. Y el Rock, querido Jebihead, el rock no es más que una danza de apareamiento, un ritual donde el macho, guitarra en mano (símbolo fálico por excelencia) se exhibe ante las hembras (que no es que haya muchas en un concierto de Rock, pero alguna hay) con el único objetivo de copular. Pregúntele usted a Robert Plant o Vince Neil. Luego, como la cosa del pillar estaba difícil, que al final de cuentas los Jebihead ochenteros éramos unos chavales llenos de granos y con graves problemas de sudoración en los pies, nos inventamos todo ese rollo de Blind Guardian y acólitos, para poder justificar que teníamos la escafandra como el mango de un scalextric. Pero no se engañe, aquí hemos venido a follar.
El S.XXI es un poco rarito, ya sabe usted, los rockeros son ahora un grupo de meapilas calvos que le dan el sermón a sus hijos, pero todavía, como la aldea gala aquella, quedan rebeldes, uno de ellos es la diva de España, nuestra musa, la Diosa Leticia Sabater. Si usted lo duda, le diré la Leti está más cerca de David Lee Roth que Tierra Santa (¿existe ese grupo todavía?). La Leti abandera, mejor que nadie, el lema de Sexo, droga y Rock´n´Roll. Incluso su ojo a la virulé mirando a Pamplona, puede ser el equivalente a las verrugas de Lemmy.
Es verdad que le faltan guitarras para nuestro gusto, pero "Bananakiki", su último single, es un pelotazo de Glam-Reguetón que bebe por igual de David Bowie y Maluma, que destila sexo sudoroso y sensualidad animal que ya les gustaría los KISS. "Banana Kiki", con letras profundas como “Este verano te voy a vacunar, papacito, yo soy la Doctora Amor. Prefiero con aguja larga y gorda, que ‘la Bananakiki’ entra mejor” hubieran entrado sin dudar en el IV de Led Zeppelin o el Some Girls de los Stones.
Si el Rock es actitud, sexo, sudor y sangre, la LETI es el buque insignia del Rock nacional. Un ícono actual de la esencia de los setenta y de los ochenta, un símbolo de una época que nunca debió sucumbir a la dictadura de los elfos y las bandas de pop – metal. ¡¡La LETI ES ROCK!!
Que fogoso todo jajaja. Y debo añadir que Esperanza Gracia está más potable que la Leti..
ResponderEliminarYa era hora de un post erótico-festivo
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