por José Manuel Albelda (@jmalbelda)
con el blog La vuelta al cine en diez películas
De todas los afluentes que brotan del poderoso caudal del género de Ciencia Ficción, la "distopía" es el escenario que desde siempre más me ha seducido. Hablo de literatura y hablo de cine, por supuesto. Por otra parte, estoy firmemente convencido de que el subgénero distópico posee mayor calidad artística, mayor ambición conceptual y mayor capacidad de proyección hacia el futuro que cualquier otra variante del Fantástico.
Dicho esto -y por desgracia-, también estoy firmemente convencido de que cinematográficamente hablando no existe ninguna distopía perfecta, lo que se entiende por una "obra maestra" al estilo de lo que pudiera ser El sueño eterno en el género negro, El puente sobre el río Kwai en el bélico o Amanecer en el melodrama. Ni siquiera el Metrópolis distópico de Lang (por mucho que sea una de mis películas favoritas de todos los tiempos), visionario, magnético, imperecedero, alcanza el nivel de rotundidad de otras obras menos creativas formalmente del mismo director. Del mismo modo, Blade Runner, La naranja mecánica, Fahrenheit 451, por más que me persuadan una y mil veces y me induzcan a contemplarlas con devoción maníaca, por más que me apasionen, por más que retenga en mi memoria cada uno de sus planos y de sus líneas de guión, no consiguen el estatus de universalidad que yo esperaría de ellas. Pero, cuidado: esta imperfección, esta cualidad de obras incompletas, paradójicamente, es lo que me permite disfrutarlas con el placer de esos secretos compartidos pero nunca del todo difundidos.
10 distopías que me dejaron con la boca abierta:
“Metrópolis”
“Fahrenheit 451″
“Blade Runner”
“La naranja mecánica”
“La fuga de Logan”
“Soylent Green”
“1984″
“THX 1138″
“El planeta de los simios”
“Gattaca”
“Brazil”
©José Manuel Albelda
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