ZEPPELIN ROCK: Jesse Winchester - A Touch On The Rainy Side (1978): Crítica del disco. Review. Reseña

miércoles, 2 de octubre de 2013

Jesse Winchester - A Touch On The Rainy Side (1978): Crítica del disco. Review. Reseña



                               ¿Pero quién es este tío?


por Addison de Witt (@Addisondewitt70)



Imagino que la pregunta asaltará a más de uno cuando haya leído el nombre del autor que hoy nos ocupa, Jesse Winchester... A la mayoría le sonará al mítico rifle popularizado por las películas del oeste de los años cuarenta y cincuenta...Claro, normal, ¿Quién no recuerda aquella fantástica "Winchester 77", con el gran James Stewart?, ¿y aquel primer plano en zoom con que Johnn Ford nos presenta a su tocayo, el Wayne, enfundado en la piel de Ringo Kid?, haciendo girar su Winchester y ordenando el alto de la diligencia en la película de este mismo titulo precisamente, La Diligencia.




Evidentemente no tiene nada que ver este señor con los fabricantes de tan mítica y, como todas las armas, maldita herramienta.

Jesse Winchester es uno de los más maravillosos escultores de melodías que ha dado el país del Tio Sam, un músico de una sensibilidad exquisita, de un talento para el canto cadencioso, para el susurro lírico, para la caricia sonora como muy pocos han tenido.

Un letrista intimo, delicado, que canta al hombre y a la naturaleza, la Natura a la que tanto atacamos y a la naturaleza misma del hombre que tanto ataca nuestra honestidad como seres humanos muchas veces y a nuestra decencia como personas demasiado a menudo para nuestra vergüenza.




Sin grandes aptitudes para el canto, tiene ese bendito talento para saber exprimir las que sabe que sí tiene, para sacar el máximo rendimiento musical y emotivo a su recitativo, pues en muchas ocasiones, Jesse Winchester recita, recita más que canta, y lo hace con una bonita voz, de tonos broncíneos, de volumen agradable y una extensión que se mueve como pez en el agua en el centro de la tesitura, allí proyecta todo su esplendor, toda la hermosa indefensión que expresa el color de su instrumento.

Escribe, compone y después lo graba...y todo ello lo hace con una humildad que salta a los oídos, que asombra por lo sincero, simple y evocador que resulta el paquete resultante de estas elevadas labores, que realizadas por el Señor Winchester parecen carecer de toda importancia y dificultad, pues todo suena natural, cotidiano y parte de la realidad diaria del mundo, como si viniese en el kit de serie de la vida.

Nacido un 17 de mayo de 1944 en una pequeña localidad de Louisiana, se crió en cambio en el norte de Mississippi y en Memphis, Tennesse.

En 1966 acaba sus estudios universitarios y es requerido por el país para cumplir con su servicio militar formando parte del contingente americano en la guerra de Vietnam, idea que no hace demasiada gracia al joven Jesse que ni corto ni perezoso cruza la frontera y se asienta en Montreal, en el estado canadiense de Quebec, país en el que reside hasta el año 2002 en que se traslada al estado de Virginia.

Más conocido en su país, en un principio, como compositor, pues su condición de desertor le impide entrar en USA, realiza la mayor parte de sus proyectos musicales al otro lado de la frontera.

Sería a partir de 1976, con la llegada de Jimmy Carter a la Casa Blanca cuando cambiarían las cosas para Jesse, al proclamar el partido demócrata una amnistía para los represaliados, en principio esta ley no sería eficaz para desertores, pero finalmente Carter cedió y muchos como Winchester pudieron volver a su país de trabajar y vivir de nuevo en Estados Unidos.

A partir de entonces su carrera empieza a tener mas repercusión en su país, es tratado con respeto y admiración por gran parte de la crítica y un sector de público, que le sigue fielmente en cada nuevo trabajo, llega a ser considerado digno de competir como nominado para el premio de Mejor vocalista masculino del país por la Juno Award en el año 1990, y es ganador de un Lifetime Achievement Award concedido por la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores en el año 2007.

Establecida su residencia en Estados Unidos, en el año 2011 le es diagnosticado de un cáncer de esófago del que se ha estado recuperando, cosa que parece que de momento está consiguiendo, pues con el alta médica en la mano, en estos momentos está continuando su gira, y presentando en la misma los temas de su último disco de estudio, el fantástico Love Filling Station de 2009.



He querido hacer un breve repaso por la biografía de este hombre por tratarse de un músico que considero delicioso, de esos que no me es posible entender que no gocen de un reconocimiento popular mayor, que no sean mas accesibles para el gran público, pues los buenos melómanos se están perdiendo a un artista que ha buen seguro hará las delicias de todo aquel que se acerque a alguno de sus íntimos y hermosos albumes.

Y como uno hay que elegir, hablare brevemente de mi favorito, que es este que paso a citar y comentar muy brevemente: A Touch on The Rainy Side, que es este, como podría ser otro, en especial cualquiera de la década de los setenta, pues todos ellos son trabajos plenos de sensibilidad, caricias de cariñoso trato a la melodía, de ardoroso y susurrante canto, de delicado y racial sonido donde se conjuga el folk, retazos de country, algo de blues y soul y mucho lirismo, mucho mimo a los detalles, mucho amor por la profesión de artista, mucha dedicación a la hermosa actividad de contar recitando, suspirando cantos íntimos y sinceros...

Así son los discos de Jesse Winchester, y así es este disco también: bello, desnudo y de aterciopelada textura sónica, de humilde producción, basada en sonidos naturales, nada forzados, sin estridencias, sin querer ser nada más que lo que son, bellos sonidos de acompañamiento a una voz que fluye fluida, nítida, empapando de belleza todo lo que toca, inundando de calma los oídos de quien es reconfortado por ella.

Un sonido que cuenta con la lozanía de unos instrumentos que sin ser timoratos si presumen de discretos, de poco atrevidos a la insolencia, apuntalando unas melodías que son lo que son, sones de lírica ambición geométrica, acordes sencillos que se combinan con amor y delicadeza, creando frases sencillas pero que conocen el camino que lleva al corazón del oyente abierto a la belleza y a la música con mayúsculas, la que no necesita de grandes efectos, de grandezas talentosas ni genialidades que rompen con todo, oyentes que también conocen el sendero que lleva a la sublimación de los instintos por medio de la simplicidad y de la humildad creadora y expresiva, que adoran y siempre adoraran a artistas como Jesse Winchester, y disfrutaran, llorarán y se emocionaran con elepés como "A Touch on The Rainy Side".

Os dejo que descubráis vosotros mismos los lamentos y gozos que contiene este disco en su seno, y os dejo este enlace con la web del artista donde podréis consultar mas cosas sobre él.










©Addison de Witt

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