ZEPPELIN ROCK: Review de Bon Jovi "Burning Bridges" (2015): Crítica del disco

sábado, 17 de octubre de 2015

Review de Bon Jovi "Burning Bridges" (2015): Crítica del disco


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Tiene algo de hijo no deseado el nuevo disco de Bon Jovi, mirado con indiferencia por sus padres e incluso por su entorno. Un hijo poco querido, obligado, resignado, pero un hijo a pesar de todo… Lo sorprendente es que esta creación, que parecía tenerlo todo en contra, no ha salido del todo mal. En la primera escucha salí muy decepcionado, casi apático, pero poco a poco le he ido cogiendo el punto y debo reconocer que me ha gustado.



Todo es contradictorio en relación a este trabajo. Un trabajo que siendo el último de la banda tiene un tono y un sentido crepuscular, el fin de una época. Aunque su nacimiento surge de la necesidad y la obligación, del desencuentro, del término de un contrato, ciertamente suena auténtico, añejo en el buen sentido, clásico… con un aroma que hacía tiempo no sentíamos en el grupo.

El eclecticismo que tantas veces he criticado en la última etapa del grupo y que ha sido uno de los lastres en algunos de los últimos discos, como el “Crush” o el Bonce”, es aquí, paradójicamente de nuevo, una de las virtudes. Una falta de cohesión que en este peculiar trabajo que recoge temas que han dejado fuera de álbums anteriores (“The Circle”, “Bounce”, “What About Now” o “Have A Nice Day”), con alguna excepción, resulta muy satisfactoria. Y funciona porque cada tema tiene su encanto particular, pero crean un tono nostálgico y otoñal general que dan un resultado global bastante acertado.

“Burning Bridges” es el primer trabajo sin Richie Sambora, una baja que necesariamente se va a notar siempre, por ello y por todo lo que ha rodeado a la banda en los últimos tiempos, ese tono lento, tranquilo, sosegado, nostálgico y crepuscular, se amolda como anillo al dedo a los sentimientos de la banda y todo el entorno. De alguna forma es una definitiva catarsis antes de emprender un nuevo rumbo. Una despedida a una época.

Con la ausencia de Sambora los aficionados a la banda de toda la vida sienten al grupo “un poco menos Bon Jovi” que antes, como es lógico, ya que hablamos de la ausencia de uno de los miembros indispensables, alma musical y rockera de la banda, compositivamente y en directo. Sin Sambora es imposible que sea igual.




Ese tono melancólico, reflexivo, que se benéfica de una perfecta mezcla de guitarras acústicas y eléctricas, relacionan este disco con trabajos como el “These Days” (1995), parte del Box Set “100.000.000 Bon Jovi Fans Can’t Be Wrong” (2004) o incluso el “Lost Highway” (2007), guardando todas las distancias que hay que guardar en cuanto a calidad y estilos, especialmente con la obra maestra de 1995.

Ese parentesco, ese uso de acústicas y eléctricas en acentuada mezcolanza, favorece los matices y que se intuya mimo y delicadeza en estos temas, algo de lo que también han carecido muchos de los últimos trabajos de la banda, excesivamente esquemáticos y directos.

Eclecticismo puro y duro, un disco muy variado donde tenemos de todo un poco: temas lentos, temas Pop, temas Rock, temas de Rock melódico, temas Country y Folk y alguno que puede marque el futuro estilo de la banda… Todo ello con atmósferas muy conseguidas y logradas. Entre los defectos: la excesiva linealidad melódica y estructural en demasiados temas.

Desde 1986, con el “Slippery When Wet”, Bon Jovi no sacaba un disco oficial con tan pocos temas, tan solo 10, y es que la banda ha querido escenificar con contundencia su desencuentro con la productora que los ha acompañado toda la vida.




Unos desencuentros que vienen de largo con un Jon Bon Jovi que no estaba nada contento con la forma de hacer las cosas de Mercury Records. Desavenencias sobre la forma de promocionar los discos, singles a los que no se tiene casi en cuenta, como ocurrió con “Superman Tonight” del “The Circle”, temas que se escogen como principal reclamo de un disco en contra de la voluntad de la banda, como ocurrió con el último “Greatest Hits” (2010) donde la productora eligió la mediocre ”What Do You Got” en vez de temas tan potentes y conseguidos como “No Apologies” o “This Is Love This Is Life”… Discrepancias constantes que han terminado por disolver una relación que parecía eterna… Como también ocurrió con Sambora…

Un disco de solo 10 temas, sin promoción, sin libreto interno, ni letras ni información adicional, sin videoclips y con una minigira como único reclamo. Un disco de encargo para cumplir con el contrato y la obligación y además dejar patente (con expresas declaraciones y algún mensaje en alguno de los temas del disco), que así era, que el único interés en ese disco era el de cumplir con el compromiso sin más. Lo curioso es que el trabajo ha tenido buena acogida entre los fans, y es que en absoluto es vulgar.

Cierto es que “Burning Bridges” no tiene temas geniales, no es un disco que entusiasme, pero además de ganar con las escuchas es un trabajo de una calidad media más que aceptable, que apetece volver a oír.



Algunos han comentado que parece más un disco de Jon Bon Jovi que de la banda, aspecto que es bastante cierto, aunque en una interesante versión del líder. Bon Jovi & The Kings of Suburbia es una banda paralela del cantante con la que suele tocar versiones en sus evasiones del grupo. Quizá haya algo de eso en el espíritu de este trabajo. En cualquier caso, quizá haya que ir acostumbrándose a ello, ya que el peso, que siempre fue mucho, de Jon Bon Jovi se ha ido incrementando exponencialmente, reduciéndose el de Sambora, una de las evidentes causas de la separación.

Muchas de las virtudes del grupo en general y de Jon en particular se aprecian en este último trabajo, pero adelgazadas, simplificadas, por lo que aunque reconocibles no hay temas que lleguen a deslumbrar ni entusiasmar, pero sí gustan y complacen. En algunos casos existe un exceso de linealidad, una falta de intensidad y desgarro, pero el resultado global es muy correcto.

Es evidente que la ausencia de Richie Sambora se nota y mucho en el disco. El guitarrista estaba cada vez más anulado y las guitarras sonaban anodinas, no había espacio alguno para su lucimiento y se añoraba el sentimiento del gran Sambora, que no tenía apenas un miserable riff que llevarse a la boca. Se echa de menos a Richie, y siempre que no esté en un disco de Bon Jovi se le echará de menos, igual que se echa de menos escuchar riffs de guitarra y solos abundantes en los trabajos del grupo, un grupo que siempre fue de Hard Rock.




Con todo, su sustituto en este disco, el productor John Shanks, muy denostado por los fans del grupo por las producciones que ha hecho a la banda, hace un buen trabajo con las guitarras, tanto en los acompañamientos como en algunos solos, con mención especial para el que se marca en “Fingerprints”, que es realmente bonito. Eso sí, ¡qué hubiera sido esto con Sambora!

Jon Bon Jovi a las voces, David Bryan a los teclados, Tico Torres en la batería, Hugh McDonald al bajo y John Shanks a las guitarras.




-A Teardrop To The Sea: Un peculiar inicio para un disco de Bon Jovi, ya que el primer tema siempre es rockero o contundente. Aquí nos ofrecen una canción lenta, bastante larga, para lo que vienen siendo los últimos tiempos de la banda, (supera los 5 minutos) y matizada. En el debe del tema tenemos que es demasiado plano, con un estribillo algo lineal al que le falta alguna variante tonal. Un inicio de tono crepuscular, de héroe cansado, con unos magníficos coros en onda a los Coldplay y una guitarra solemne acompañando a la percusión. Susurrante Jon desgranando sensualmente las primeras estrofas, que van creciendo pesadamente en intensidad. Hay algo de sentimiento de culpa, de carga que hay que llevar, en la cadencia del tema. El estribillo rompe un poco esa tendencia, pero se mantiene en la linealidad, un estribillo y una canción que siguen la senda de los últimos temas lentos del grupo. Una esforzada lucha, una resignación expuesta musicalmente de forma brillante. La pequeñas transiciones y detalles guitarreros, así como la percusión, consiguen una atmósfera muy lograda. Pasamos por nuevas estrofas hasta el estribillo por segunda vez. Gran guitarra quejumbrosa para el solo, un gran momento y un gran sonido el que saca Shanks. La cadencia se mantiene pero la línea melódica principal aumenta la intensidad y busca el estribillo constantemente, un estribillo largo que eleva el desgarro sutilmente. A pesar de su linealidad es un buen tema, con unos estupendos coros, evocadores, que reaparecen para las armonías finales junto a la guitarra. Recuerda en ciertos momentos, a fogonazos, a la atmósfera creada en algunos temas del “These Days”, disco con el que habría algún punto en común en su intimismo.

-We Don’t Run: El segundo tema parece encadenar con los coros del tema anterior, pero con más vigor, ya que es el tema más potente del disco. Es uno de los pocos temas realizados exclusivamente para el álbum, por lo que se ha comentado. Un hit potencial para una canción que quizá marque la tendencia futura del grupo. Impacientes bombos junto a los coros que dan entrada a una guitarra inquieta y la voz rockera de Jon. Trepidante avanzar por las estrofas con la percusión como protagonista principal. Apunte de producción con guitarra y sintetizador, todo con toques muy electrónicos. El estribillo es pletórico, con grandes coros y dividido en dos partes, una primera de líneas más alargadas y melódicas y una segunda más intensa y rítmica. Una ambientación que suena moderna y poderosa. Un tema muy rockero y potente sin recurrir a riffs ni guitarras especialmente pesadas. Las guitarras están más dedicadas a la atmósfera y a los detalles. Reiterando estructura y enriqueciendo las nuevas estrofas con interesantes apuntes en sutiles coros de fondo. Me gusta mucho el paso de una parte a otra del estribillo, de la más melódica a la más rítmica. Parón de transición para la soberbia entrada del solo de guitarra, muy acertado y rockero. Vuelta al estribillo y final dejándose llevan con los estupendos coros, que dan gran ambientación al tema. Jon está realmente bien en un registro alto en esta canción. Un gran Jon Bon Jovi y un gran estribillo.




-Saturday Night Gave Me Sunday Morning: Un tema clásico en los últimos tiempos del grupo. Un Rock melódico muy clásico, con reminiscencias Country y que iría en la onda de canciones como el exitazo “Who Says You Can’t Go Home” del “Have A Nice Day” o temas del “Lost Higway”, como la canción homónima o “I Love This Town”, por poner algún ejemplo. Quizá el germen de estos temas lo tengamos en la gloriosa “Someday I’ll Be Saturday Night”, del “Crossroad”, pero sin sus matices ni su aire nostálgico y profundo. También es obligada la referencia a los Nickelback. Desde el inicio se intuye el aliento rockero del tema con la voz de Jon y la guitarra de Shanks como únicos intervinientes. Bajo y batería se incorporan para llegar al puente y posterior estribillo. Un estribillo largo, rítmico, melódico y muy efectivo, alargado en dos partes. Muy agradable, pero quizá demasiado visto. Reanudando el paso, ahora con todo el acompañamiento, regresamos al estribillo, base y clave de la canción, ya que la mayor del tiempo estaremos sobre él. Un buen estribillo. Transición con acústica y estrofa alternativa. Este tema es otro ejemplo perfecto de esa mezcla de acústico y eléctrico que enriquece las canciones y las matiza, en este caso una rockera. De vuelta al estribillo encaramos el clímax, que finaliza con una guitarra melódica. Este es el típico tema que levanta críticas entre los seguidores del grupo por afianzarse en un tipo de canción que no les entusiasma y del que han oído otros ejemplos quizá mejores, pero es indudablemente efectivo y disfrutable. Aquí la añoranza de Sambora se agudiza, ya que firma el tema como compositor.

-We All Fall Down: Tema Pop pero de melodía absolutamente encantadora, un tipo de canción demasiado habitual en el grupo últimamente, y con resultados mejorables, pero en este caso la cosa no funciona del todo mal. Una canción muy bonita y sencilla con matices interesantes. Solemne batería y acústicas, antes de una breve guitarra eléctrica y la voz de Jon, inician el tema. La voz de Jon y sus matices tan cálidos son un tremendo triunfo. Estrofas con pequeños apuntes de eléctrica, casi invisibles. Delicioso estribillo, muy ambientado y con una cadencia rítmica perfecta, lenta y mimosa. Un estribillo muy delicado que tiene un final que me encanta. Suena a caricia melódica. Los coros en dicho estribillo son un acierto más en esta pequeña canción de conseguidos matices. Reiteramos estructura y nos adentramos de nuevo en el estribillo, que destaca, aparte de por lo comentado, por ese cambio de ritmo al comenzar dicho estribillo. Poderosa estrofa alternativa, con coros como base y guitarra melódica. Solo de guitarra sin complicaciones. Estrofa en parón e inicio progresivo, una delicia. En el estribillo que reaparece, la batería cobra mucho más ritmo con respecto a las anteriores presencias de dicho estribillo. Final para deleite de la melodía y el tono otoñal. Y es que este tema tiene un tono de añoranza muy conseguido, dentro de su positividad. Una deliciosa golosina.




-Blind Love: Bella balada acústica con una preciosa melodía. Sencillez, calidez y emotividad, aunque le falta algo de garra y puede terminar resultando algo lineal. Un susurro amoroso a piano, una especie de Diamond Ring más ligera, pero muy bonita igualmente. Ojalá más acústicas así en vez de algunas otras que han publicado. Las primeras estrofas marcan ese tono cálido que se beneficia de la voz de Jon acompañado exclusivamente por un piano y una acústica casi inaudible. Acompañamiento de un sintetizador de toque aviolinado, que sube ligeramente para el estribillo, que es delicado y muy bonito. Nueva travesía por las sinceras estrofas y un Jon que se deshace en nuestros oídos. Segundo paso por el placer del estribillo, que se alarga y marca ciertas inflexiones de intensidad. Acompañamiento sutil de sintetizador y piano. Estrofa alternativa y reinicio para un estribillo que se convierte en un aliento íntimo que renace en su emotividad amparándose en los violines de sintetizador. Preciosa balada intimista.

-Who Would You Die For: Hay tres aspectos que destacan en este tema: el desgarro de la voz de Jon en la salida del estribillo tras el título, la atmósfera general lograda y el clímax excelso del tema. Pura atmósfera, evocadora. Posiblemente la canción con la atmósfera mejor creada del disco. Un gran final con exquisitas armonías. Mucho sintetizador y base de ritmos con el bajo para las primeras estrofas, sigilosas, nocturnas, suaves, lentas, cadenciosas… El estribillo, con evocador eco y coro, es la sublimación de dicha atmósfera. Tras un breve atisbo del estribillo, sin alterar el acompañamiento musical sutil, reiteramos las estrofas de nuevo hasta romper en un estallido repentino musical donde el estribillo, ahora sí, muestra todas sus bazas, como el desgarrado arranque vocal de Jon. Grandes coros y una guitarra eléctrica dando potencia al momento álgido del tema. Solo de guitarra y pesada base de ritmos. Un solo de toque blusero que alimenta la lograda atmósfera. Estrofa de tintes étnicos en coro y percusión, que se luce, para un parón en una nueva estrofa que vuelve a estallar en el estribillo. El clímax es extraordinario, con todos los puntos fuertes, un Jon desgarrado, desatado, y unas armonías excelentes, con los coros, la guitarra y Jon en perfecta sincronización e integración. Un tema peculiar y especial, distinto, algo alternativo, pero muy logrado.




-Fingerprints: Un tipo de tema que los fans de Bon Jovi añorábamos. Largo, mimado, bien compuesto, con matices, rico… El más largo del disco, 6 minutos. Este séptimo tema tiene un exquisito sabor añejo, de buen vino. Puro estilo Eagles pero con un toque europeo, algo celta insertado sutilmente. Muy matizado con esa mezcla habitual de acústico y eléctrico. Unas estupendas acústicas le dan inicio, la base rítmica se incorpora junto a la voz de Jon. Gran tema, muy elaborado. Vamos progresando poco a poco hasta llegar al estribillo, que marca las claves y tono definitivo del tema, con buenos coros de fondo y sutiles y elegantes aportes de sintetizador. Un estribillo largo, quizá muy lineal, pero auténtico y sincero. La eléctrica deja detalles llorosos en las nuevas estrofas. Vuelve el estribillo que mezcla esa autenticidad Country rockera a lo Eagles con un ambiente celta y europeo. Transición de guitarra repetitiva y melódica que nos sumergen de lleno en el mundo de los Eagles y su “Hotel California”. Un momentazo. Nueva estrofa y parón con acústicas como preámbulo para el arranque definitivo con el estribillo y el solo de guitarra final. Un solo de guitarra, el segundo, el final, que es realmente precioso, bellísimo. Un toque épico, blusero y muy emotivo, desgarrado. Soberbio trabajo de Shanks. Una canción de gran cadencia, fatalista, seca, hermosa. Un magnífico tema como hacía tiempo que pedíamos y nos faltaba a los fans. No es muy comercial, pero es muy bueno.

-Life Is Beautiful: El octavo tema es el más flojo del disco. Un tema Pop intrascendente, muy ligero, sin nada reseñable. Unos coros similares a los de los dos primeros temas lo inician, anticipándose a una guitarra eléctrica y melódica, que actúan como prólogo al tema. Primeras estrofas con la voz de Jon mientras las acústicas y eléctricas mezcladas lo acompañan. Estribillo alegre y luminoso de puro Pop donde sigue la mezcla de guitarras, aunque con la eléctrica más melódica. El tema más insustancial del disco. Transición de guitarra eléctrica y estrofa con parón y acústicas para devolvernos el estribillo. Solo al estilo U2 y estrofa alternativa, como un estribillo variado. Clímax con el estribillo sin muchas novedades, salvo algún detalle en la guitarra de acompañamiento y los coros iniciales que se suman. Pop alegre e insustancial, trivial y ligero.




-I’m Your Man: Los dos últimos temas dan rienda suelta a la fiesta. Rock y Country lúdico, autentico y jovial, tan sencillo como efectivo. Temas apañados y simpáticos. En una onda a los “Rolling Stones”. Este primero es un buen Rock, una especie de simplificación del “I’ll Sleep When I’m Dead” del “Keep The Faith” y temas de ese corte. Ritmo, guitarras suaves y coros. Pura vitalidad. Entrada de un rockero Jon y ritmos ligeros y vivos. Avance y progresión que se hace cada vez más melódica. Unas estrofas, puente y estribillo que parecen integrados todo en uno. Transiciones con los coros y un magnífico piano. Estupenda estrofa alternativa y con buena guitarra de acompañamiento. Solo de guitarra que se suma en la transición instrumental de piano y coros. Nueva estrofa y sutiles detalles de la percusión. Clímax repleto de armonías con los coros, la guitarra solista y el piano dejándose notar. Canción de bar, positiva, rítmica. Ideal para brincar y un fin de fiesta etílico. Esa guitarra, ese piano y sus armonías funcionan muy bien.

-Burning Bridges: El último tema es una canción de resaca, puro Country de fin de fiesta, camaradería y comunión. Muy simpática y alegre. Acústicas y percusión básicas, casi en directo, que dan entrada a Jon para desgranar las primeras estrofas. Puro jolgorio. Las siguientes estrofas enriquecen la percusión para nuestro placer. Un himno de borrachera americana. Me encantan los matices de la percusión con panderetas. Suena a Folk clásico también. Un poco de Dylan. El estribillo es pura comunión fiestera. Nuevas estrofas con más percusión, que es una delicia. Estribillo a coro para retratar la jubilosa complicidad. Un temita corto que esconde un gancho de izquierdas a la productora de la que se despide el grupo. Sí, es una canción de fin de juerga, de juerga Country… y de final de una etapa.

No esperéis riffs de guitarra ni Hard Rock, pero disfrutaréis de un disco ecléctico, auténtico, muy variado, rico y que hace de la falta de cohesión su gracia. Un trabajo que gana con las escuchas y que apetece volver a oír, especialmente cuando nos pongamos nostálgicos o intimistas. Disco para fans, más que nada.

Jorge García

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