ZEPPELIN ROCK: Neil Young - Storytone (2014): Crítica del disco Review

jueves, 6 de noviembre de 2014

Neil Young - Storytone (2014): Crítica del disco Review


by Don Críspulo

Neil Young es un genio y como genio puede grabar lo que quiera. Hasta un pestiño como este Storytone. Porque Storytone, amigos, es un coñazo de tomo y lomo. Y no es que no haya buenas ideas, que las hay, que al fin y al cabo hablamos de Neil Young, es que no hay quien aguante escuchar el disco entero sin aburrirse.


Usaría ahora al pobre de Juan Ramón si no fuera porque ya he gastado mis comodines de usarlo en otras reseñas, pero Storytone viene que ni pintado para eso de “Y se quitó la túnica y apareció desnuda toda. ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!” (ven ustedes como cualquiera puede ser un pestiño) porque Mr. Young se ha quitado los ropajes y, así a lo loco, nos ha dejado un disco minimalista que va a hacer las delicias de las siestas de más de uno. Un disco que se divide en coplas con el señor al piano, que las llama de “solo”, otras con el piano y una orquesta, que las llama, claro está de “orquesta” y otras, las mejores dicho sea de pasada, con una banda que, voilá, las llama de “band”. Incluso nos deja una, la mejor para mi gusto, con una Big Band.




Como barrunto que alguno ya está afilando el cuchillo, debe decir que amo a Neil Young y que amo cuando se pone tierno y que no seré yo el que le haga ascos a que grabe coplas sentado al piano, pero es que, qué quieren que les diga, en esta ocasión el pobre no ha estado muy acertado. Que escuchar “Plastic Flowers” una vez tiene su aquel, pero oírla después arropada (mira pal Juanra: "Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes; y la fui odiando sin saberlo") de una orquesta es, quitando la curiosidad que dura 23 segundos (los he contao) todavía peor. Y miren ustedes por dónde que cuando la cosa va de “con banda” todo mejora como dije antes. Incluso un Blues insulso y aburrido hasta decir basta, con el peor Young en mucho tiempo, como “I Want To Drive My Car” se hace digerible cuando le acompaña la banda.

Voy a parar porque, ya les digo, amo Young y a cada uno de sus discos (como buen fan, que viene de fanático, amo también este Storytone) y vamos a seguir dándole caña, que al fin y al cabo no podemos quejarnos de un señor que nos ha dejado cuatro discos en los dos últimos años y que, como sabéis, no es un tipo que se acomode. Eso sí, si queréis un Young minimalista, a pelo, poneos otra vez aquel Live In Massey Hall y recogeos las babas.

*Ningún animal se hizo daño durante la grabación de esta reseña ni se usó en momento alguno la expresión “el canadiense” para referirse al señor Young.

©Don Críspulo

3 comentarios:

  1. Una reseña mejor que el álbum. A mí me dejó ploff, pero adoro a estos tipos que tras tantas generaciones vivos siguen pariendo música nueva. Yo me lo guardo en digital para cuando me haga falta. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. No estoi de acuerdo con nada de lo que pones....a mi.me.parece.un buen disco..cualquiera.puede escribir lo que quiere i tu as escrito.este pestiño de articulo.....si.hai algun.disco.malo.esos.estan.en los.80 i.no.todos...i luego hai de.todo siempre.unos.gustan mas.que.otros.pero.para. mi.este.es.buen disco...que.curioso.acabo.de.leer.otro.articulo de.una.periodista que.siempre.pone. verde a neil en sus.discos.i este. Dice.que.un.discazo....

    ResponderEliminar