ZEPPELIN ROCK: Microrrelatos - Cosas en los bolsillos (56): El día que no

domingo, 30 de noviembre de 2014

Microrrelatos - Cosas en los bolsillos (56): El día que no



El día que no

El día anterior al que lo fueron a matar, Casto "Matraco" no hizo caso del despertador, que vomitó con desparpajo inusitado hasta volver loca a la vecindad. No se vistió ni acudió al baño. No desayunó su tostada con nocilla de siempre, aunque esta vez hubiera tenido que rebañar el tarro para terminar de untarla. Tampoco comprobó de nuevo el arma para cerciorarse de que estaba preparada para cumplir su férreo cometido. Estaba negado. Y no paraba de llover.

No tomó el ascensor hasta salir a la calle en dirección al metro. No se fumó el primer cigarrillo de la mañana bajo el paraguas. Es que no paraba de llover. No miró disimuladamente a la rubia del pantalón ceñido ni tampoco al cielo para comprobar que hoy seguiría lloviendo intensamente; ni tampoco pensó que no tendría que ir a comprar el pan pues comería en el avión. Seguía lloviendo sin parar. No subió por la escalera trasera del edificio al que sus pasos le habrían de llevar ni se torció el pie al pisar en falso un escalón (quizá por los nervios o porque estaban mojados; quién sabe), como no entró por la ventana siempre entreabierta ni, de la misma manera, se encontró a quien era su hombre sentado en el sillón y firmando documentos. Por lo tanto, no disparó finalmente contra él, ese empresario que se negaba a soltar la pasta. Y no paraba de llover.

Hoy no hizo nada de eso, y quienes lo habían contratado, al día siguiente, cuando lo fueron a matar, se encontraron con Casto "Matraco" tumbado en la cama, inmóvil, con los ojos abiertos y fijos en la nada, desnudo hasta la cintura y con el cuerpo cubierto de setas ya dispuestas para su recolección.

Ángel Carrasco Sotos

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3 comentarios:

  1. Pero Ángel ¡qué personaje tan interesante es tu Casto!
    Me gustó mucho acompañarle durante el día anterior al que fueran a matarlo.
    Se me escapa por qué cambió su rutina, pero sus razones tendría. El final con setas es la leche.
    Jo, Ángel, te veo en la Feria del Libro firmando Cosas en los bolsillos o Basura espacial. Qué envidia sana te tengo.
    Un besazo, rebonito.

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    1. Na, este es de los regulares. Le falta ritmo. No está rematado. Pero te agradezco las palabras (¿en la Feria del Libro?; ¡ay, lo que hace el amor fraternal!). No es que cambie su rutina. Es que no hace todo eso porque está muerto. Ha muerto y no ha podido terminar el encargo. Cuando quienes lo habían contratado llegan para matarlo (en frase que recuerda el comienzo de "Crónica de una muerte anunciada"), por no haber cumplido con ellos, lo encuentran muerto. Eso sí cubierto de setas (que es lo sorprendente: que la abundante y pertinaz lluvia haya provocado eso precisamente). En ese "día que no" el narrador nos informa, no obstante, de los acontecimientos que no ocurrieron, incluyendo detalles (como si de verdad hubiesen acontecido). En fin, un rollo. Ya lo retocaré cuando convenga para redondearlo, a ver si le doy el ritmo que precisa.

      Gracias, chatunga.

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    2. Pues gracias por la información, creo que era la chispa que no supe entender.
      Amor fraternal del bueno, del zanahórico que otros no entienden.

      Un mega abrazo y muchísima suerte para todo lo que hagas.

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