ZEPPELIN ROCK: De Birmingham a Estocolmo: Black Sabbath, Candlemass y la cartografía del doom. PARTE I

martes, 16 de septiembre de 2025

De Birmingham a Estocolmo: Black Sabbath, Candlemass y la cartografía del doom. PARTE I

 


de los Blogs:


La Expansión del Doom Metal en Europa: El Legado de Black Sabbath y el Pionerismo de Candlemass

PARTE I

Apertura contextual

El doom metal, un subgénero fundamental del heavy metal, se encuentra arraigado en una evolución musical que abarca décadas y múltiples influencias. Su génesis no puede ser atribuida a un único punto de partida, sino que emerge de una corriente de música pesada y oscura que se fue consolidando desde finales de la década de 1960. La discusión sobre sus precursores es compleja, ya que diferentes bandas contribuyeron con elementos distintos que, al fusionarse, dieron forma al sonido característico del género. En este panorama, Black Sabbath ocupa un lugar de singular importancia como fundadores del heavy metal y, por extensión, del doom. Sin embargo, su papel debe ser contextualizado junto a otras bandas de los años 60 y 70 que exploraron temáticas sombrías, ritmos lentos y una estética lúgubre.


Bajo el paraguas del "proto-doom", varias bandas influyeron significativamente en el desarrollo del género desde finales de los 60 hasta principios de los 80. Agrupaciones como Blue Cheer,  su álbum Vincebus Eruptum y “Summertime Blues” como hito de volumen y distorsión en el protometal, demostraron una capacidad para generar un sonido brutalmente pesado mucho antes de que el término "doom" fuera común en el heavy metal. Sir Lord Baltimore, Randy Holden, High Tide, Cactus y Bedemon también exploraron una música densa y melancólica, sentando las bases temáticas y rítmicas. Otras como Budgie, Led Zeppelin (con el tema     "No Quarter"), Uriah Heep, Flower Travellin' Band (con su obra maestra Satori) y Blue Cheer continuaron esta senda, experimentando con distorsiones masivas y letras que escapaban de los temas convencionales. Aunque estas bandas no fueron etiquetadas como "demonio" en su momento, su impacto es innegable. La consolidación del doom como un subgénero definido tuvo lugar durante la primera mitad de los años 80, principalmente en Estados Unidos y Reino Unido. En Inglaterra, Witchfinder General se erigió como uno de los primeros exponentes notables, formándose en otoño de 1979 y lanzando su aclamado álbum debut, Death Penalty, en 1982. Este trabajo combinaba firmemente los riffs graves y opresivos de Black Sabbath con la velocidad y complejidad del NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal), como Iron Maiden y Saxon. Con temas que giraban en torno a la guerra fría, la bomba atómica y la muerte, y una portada polémica que generó controversia, Death Penalty se convirtió en un referente clave para la escena underground europea. Sus predecesores inmediatos en EE.UU., Trouble y Saint Vitus, también jugaron un rol crucial. Trouble, con su álbum debut Psalm 9 (1984), y Saint Vitus, con su homónimo de 1984, definieron un sonido más directo y minimalista, centrado en la repetición de riffs masivos y una atmósfera de fatalismo existencial. Pentagram, otra banda estadounidense, también fue fundamental, lanzando su debut Relentless en 1985. Juntas, estas bandas —Witchfinder General, Pentagram, Trouble y Saint Vitus— son a menudo citadas como los "Cuatro Grandes del Doom Metal" que marcaron el canon del género en su etapa prístina. 

Aunque el doom tradicional encontró su corazón en Estados Unidos, Suecia se convirtió en el epicentro de una nueva y poderosa corriente que expandiría el género a nivel mundial.

En 1986, cuando el metal europeo vibraba entre los últimos coletazos de la NWOBHM y el empuje del thrash, unos suecos fijaron una forma y un vocabulario: Candlemass publicó Epicus Doomicus Metallicus y cristalizó —con deliberada lentitud— el epic doom metal. No inventaron el impulso grave y cromado de Black Sabbath, pero lo sistematizaron en estructuras majestuosas, voces de proyección casi litúrgica y riffs de plomo con sensibilidad melódica escandinava. La propuesta no era solo ralentizar el tempo: era construir arquitectura con los riffs, abrir espacio para líneas vocales largas y ceremoniales y dotar al bajo de un papel guiador, no meramente percutivo. El resultado fue un canon que, desde Estocolmo, irradiaría hacia el Reino Unido, Finlandia, Alemania y más allá, redefiniendo qué podía significar “pesado” cuando la agresividad pasaba a segundo plano y el peso emocional tomaba la delantera. 

En el núcleo de esa operación estuvo Leif Edling, bajista y compositor constante, y dos hitos discográficos consecutivos: Epicus Doomicus Metallicus (1986) y Nightfall (1987). El primero, con Johan Längqvist a la voz invitada, ofrece la plantilla: riffs-catedral en afinaciones graves, dinámicas amplias, atmósferas sombrías y un lirismo doliente que cristaliza en “Solitude”. El segundo, con Messiah Marcolin, eleva el dramatismo hasta lo operístico —vibrato ancho, proyección teatral, dicción enfática— y fija para siempre el adjetivo “épico” asociado al subgénero. La guitarra se permite interludios melódicos, la batería respira con golpes secos y controlados, y el discurso lírico despliega un imaginario bíblico y romántico que subraya la gravedad de las composiciones. 

Desde entonces, hablar del legado sabbáthico en Europa exige pasar por Candlemass: por sus discos, por su iconografía (el “Bewitched” dirigido por Jonas Åkerlund, futuro nombre mayor en videografía musical) y por su capacidad para hibridar la pesadumbre de Iommi con melodía, imaginería sacra y un sentido clásico del riff como arquitectura. La puesta en escena —capuchas, velas, movimiento contenido— no fue mero accesorio: reforzó una lectura ritual del doom, ajena al histrionismo del speed o al desgarro del thrash, y más próxima a una liturgia del peso. En términos de producción, la banda consolidó guitarras con grano medio, bajos al frente y baterías secas, preservando aire entre golpes para que cada acorde respirase; una estética que más tarde modernizarían sin perder el vacío expresivo que define su firma. 

Ese modelo funcionó como vector de expansión. En el Reino Unido, la etiqueta “épico” encontró parientes cercanos e hijos bastardos: de la gravedad hipnótica de Forest of Equilibrium a la deriva death/doom gótica de las bandas de Peaceville, el legado sabbáthico filtrado por Candlemass mostró dos rutas: la monumentalidad solemne y la melancolía texturada. En Finlandia, la lógica de la desaceleración extrema derivó en el funeral doom —órganos, acordes sostenidos, desarrollo tectónico—, mientras que Alemania y la propia Suecia cultivaron continuadores que reforzaron el cruce entre tradición heavy y retórica heroica. En todos los casos, la gramática base—tempo pesado, intervalos menores, tritonos de tensión, voz como contrapunto arquitectónico— permaneció reconocible pero flexible, apta para hibridar con psicodelia setentera, gótico o sensibilidades contemporáneas.

Así, Candlemass no solo fijó un sonido: articuló un contrato estético. Quien entra en su territorio acepta que la lentitud no es carencia de energía, sino método de intensificación; que el riff no es estribillo, sino estructura portante; que la voz no adorna, sino que ancla sentido; y que la imaginería —sacra, lúgubre, romántica— es parte del andamiaje expresivo, no un ornamento. Ese contrato explica su vigencia: permite leer el doom europeo de las últimas cuatro décadas como un abanico de relecturas sabbáthicas donde Candlemass opera como norma, excepción y horizonte a la vez. 

Contexto histórico (Europa, 1986–2005)

Reino Unido: de Cathedral a la “Peaceville Three”

Cathedral — Forest of Equilibrium (1991) fijó un estándar de pesadez, tempo arrastrado y afinaciones graves en el Reino Unido (Earache). La figura de Lee Dorrian (ex–Napalm Death) y la fundación de Rise Above articulan una vía británica al doom que, sin renegar del legado sabbáthico, incorpora textura psicodélica y groove setentero.

En paralelo, la “Peaceville Three” define el cruce doom–death/gótico: Paradise Lost pasa de Lost Paradise (1990) y Gothic (1991), con voces cavernosas, teclas y voces femeninas, a un viraje más melódico (Icon, 1993; Draconian Times, 1995); My Dying Bride integra violín y lirismo fúnebre (As the Flower Withers, 1992; Turn Loose the Swans, 1993); Anathema transita del peso de Serenades (1993) a un rock atmosférico (Alternative 4, 1998), abriendo el campo expresivo.

Este ecosistema permite que propuestas más extremas/espaciales tomen forma —Esoteric (Epistemological Despondency, 1994) y, ya en el 2000, Electric Wizard (Dopethrone, 2000)— y consolida una infraestructura de sellos y prensa (Peaceville, Earache, Terrorizer) que legitima la diversidad del doom británico.

Finlandia: invención del funeral doom y continuidad tradicional

Thergothon — Stream from the Heavens (1994) y SkepticismStormcrowfleet (1995) codifican el funeral doom: BPM bajísimos, guitarras en registros sub–C, teclados/órgano como colchón fúnebre, voces profundas y largas resonancias. El resultado es una estética de gravedad sostenida y clímax tardíos que se vuelve escuela.

El país expande el molde con Unholy (From the Shadows, 1993), Shape of Despair (Angels of Distress, 2001) o Dolorian (Dolorian, 1999), que añaden capas oscuras, atmósferas ambientales y minimalismo. En el extremo clásico, Reverend Bizarre (In the Rectory of the Bizarre Reverend, 2002; II: Crush the Insects, 2005) reivindica el canon tradicional con ética purista (canciones largas, riff monolítico, rechazo de tendencias), fijando un estándar de autenticidad.



Alemania: tejido de salas, sellos y festivales

Hellhound Records (Berlín) funciona en los noventa como bisagra transatlántica: edita y distribuye doom estadounidense y nórdico (The Obsessed, Saint Vitus, Internal Void, Count Raven), creando demanda y red de giras en Europa Central. La escena local (Mirror of Deception, et al.) vertebra un circuito de clubs y centros culturales que sostiene la asistencia.

Desde 2003, Doom Shall Rise (Crailsheim/Göppingen) convierte una iglesia/chapel en santuario anual del género y reúne tradicional, épico y variantes extremas (carteles con veteranos estadounidenses y nuevas olas europeas). En paralelo, Stoned from the Underground (Weimar, desde 2001) aporta el vector stoner/doom, consolidando a Alemania como hub logístico y simbólico del doom europeo.

Plataformas paneuropeas

Roadburn (Tilburg, desde 1999) opera como curaduría de alto impacto: residencias, comisariados temáticos, conciertos–álbum y cruces inter–subgénero. Su apuesta por sets íntegros (p. ej., Epicus Doomicus Metallicus interpretado por Candlemass) y encargos especiales convierte al festival en máquina de canonización y archivo vivo (crónicas, grabaciones, relecturas).

Junto a Roadburn, foros y bases de datos (doom-metal.com, Metal Archives), sellos con distribución paneuropea y un triángulo de giras Reino Unido–Benelux–Alemania crean una infraestructura de circulación. Festivales como Hole in the Sky (Bergen, 1999–2011) o espacios específicos en citas generalistas complementan ese ecosistema.

El Legado de Black Sabbath: Fundamentos y Modelo 

El legado de Black Sabbath en el mundo del heavy metal es incuestionable y profundo, sentando las piedras angulares sobre las cuales se construirían innumerables subgéneros, incluido el doom metal. La banda, formada en Birmingham en 1968, es consistentemente reconocida como el progenitor del heavy metal con la publicación de su álbum debut homónimo en 1970. Su influencia no se limita a una simple inspiración; constituye un modelo de referencia, un punto de partida que define los parámetros estéticos, temáticos y técnicos del género. La música de Black Sabbath estaba marcada por una paleta de colores oscuros, tanto en su sonido como en sus letras, que exploraban la superstición, el horror, la alienación social y la desesperanza, creando una atmósfera única que cautivó a una audiencia ansiosa por algo más allá del pop optimista de la época. El primer disco de la banda, grabado en apenas un día, ya contenía los elementos distintivos que harían historia: riffs lentos y pesados, un bajo grave y prominente, y una batería que golpeaba con un tempo mortuorio. 

Una de las características más emblemáticas del sonido de Black Sabbath es la técnica de guitarra de Tony Iommi. Tras un trágico accidente laboral en 1965 donde perdió las puntas de los dedos de su mano izquierda, Iommi tuvo que desarrollar una técnica innovadora utilizando pulseras de goma y dedos de silicona para tocar. Para compensar la pérdida de rango, comenzó a afinar las cuerdas de su guitarra un tono y medio más bajo, pasando de la afinación estándar a una en tónica +4a justa (por ejemplo, tras el accidente, Iommi adoptó **C# estándar** (3 semitonos: C#–F#–B–E–G#–C#), aliviando la tensión de sus prótesis y densificando el timbre. Esta decisión, motivada por la necesidad física, resultó ser una de las decisiones musicales más importantes de la historia del rock. La afinación baja permitió crear riffs más gruesos, más pesados y con una resonancia más profunda, ideal para evocar sensaciones de opresión y fatalidad. Este sonido, originario de la limitación personal de Iommi, se convirtió en el sello distintivo de la banda y, por extensión, en el paradigma del doom metal. Los riffs de Iommi, caracterizados por su simplicidad contundente y su poder hipnótico, son la base sobre la cual se edifican muchas de las estructuras musicales del doom, incluyendo las de sus propios sucesores. 

La influencia de Black Sabbath en el doom metal es directa y profunda. El álbum Paranoid (1970) siguió consolidando el sonido de su predecesor, pero introdujo un elemento de ligereza y melodía que, aunque contrastaba con su material más oscuro, seguía residiendo dentro de la misma matriz sonora de riffs contundentes y tempos lentos. Es en este universo que deben ubicarse las bandas pioneras del doom de mediados de los años 70, como Witchfinder General, cuyo álbum Death Penalty (1982) imitaba explícitamente el ritmo galopante y los riffs de "Paranoid" de Sabbath en su tema "Free Country". Por lo tanto, aunque el término "doom" no se utilizó en los 70, Black Sabbath fue la primera banda de demonio, según la declaración de Mats "Mappe" Björkman, guitarrista de Candlemass. La banda inglesa, liderada por Phil Cope, demostró cómo se podía tomar el modelo de Sabbath y adaptarlo a nuevos contextos temáticos, como la paranoia de la Guerra Fría, sin perder la esencia de su sonido . 

Sin embargo, la relación con el legado de Sabbath no fue siempre lineal ni unánime. Durante la fase de fusión del doom con el death metal en los 90, conocida como death/doom, algunos artistas buscaron alejarse deliberadamente de la herencia de Sabbath. Katatonia, por ejemplo, menciona en sus fuentes que durante la creación de sus álbumes de death/doom, buscaban evitar cualquier parecido con la sonoridad de Black Sabbath. Esto demuestra que, si bien Sabbath es el padre fundacional, sus hijos (el doom tradicional, el doom épico, el death/doom) han explorado caminos muy diferentes, algunos de los cuales implican una redefinición activa en contra de la influencia paterna. Aun así, incluso en estas variantes más extremas, la raíz se mantiene visible. Este ciclo de influencia y reinvención demuestra la omnipresencia y la vitalidad del legado de Black Sabbath, que sigue siendo el faro invisible alrededor del cual el doom metal orbita constantemente, ya sea acercándose, alejándose o dando vueltas a su alrededor. 

Candlemass: Definiendo el Epic Doom y Consolidando el Subgénero 

Formación de Candlemass (1984–1986): del epílogo de Nemesis al canon “epic doom”

Candlemass nace en el área de Upplands Väsby (Estocolmo) a finales de 1984 como consecuencia directa del cierre de Nemesis, el proyecto previo de Leif Edling. Por presión legal (existía en Suecia una cadena comercial llamada “Nemesis”), Edling decide cambiar de nombre y replantear su música con tempo más lentos, riffs monumentales y una voz clara de proyección dramática. El primer núcleo efectivo lo completan Mats “Mappe” Björkman (guitarra) y Matz Ekström (batería); Edling asume además la voz en los primeros ensayos y maquetas. (Rivadavia s. f.; Metal Archives, ficha Nemesis).

En 1985 circulan tres demos que documentan esa transición: Witchcraft (con Edling al bajo/voz, Björkman a la guitarra y Ekström a la batería), Studio Garage y Bewitched (aquí ya figura el solista Christian Weberyd como invitado/miembro de paso). Estas cintas abren la puerta a un contrato puntual con Black Dragon Records. (Lista de miembros/cronología oficial y fichas de demos). 

El álbum de debut, Epicus Doomicus Metallicus (grabado en febrero y editado el 10-06-1986), se registra con dos refuerzos de sesión: Johan Längqvist (voz) y Klas Bergwall (guitarra solista), junto al trío Edling–Björkman–Ekström. Aunque Längqvist y Bergwall no se integran como miembros estables, su aportación vocal y solista fija la estética del grupo. Tras el lanzamiento, ambos salen y también Ekström; entran Messiah Marcolin (voz), Lars Johansson (solo) y Jan Lindh (batería), formándose el “quinteto clásico”. (Pitchfork 2022; Loudersound 2025; Wikipedia – álbum y banda).

Durante el tránsito a Nightfall (1987) se produce una incidencia clave: Johansson se rompe un brazo y Mike Wead cubre guitarras en parte de las sesiones; una vez recuperado, Johansson termina el disco y se consolida la pareja Johansson/Björkman. (Cronología de miembros). 

Perfiles de los músicos creadores (núcleo de arranque y piezas fundacionales)

  • Leif Edling — Bajo, compositor principal, voz en demos de 1984–85. Motor conceptual y autoral del proyecto desde Nemesis; único miembro constante.
  • Mats “Mappe” Björkman — Guitarra (rítmica y, en 1984–85, también solista). Columna del riff y de la arquitectura rítmica desde el primer ensayo con Edling. (Lista de miembros). 
  • Matz Ekström — Batería original (demos 1985; Epicus 1986). Su pulso pesado define la base rítmica del debut; deja la banda tras el álbum. 
  • Christian Weberyd — Guitarra solista en la demo Bewitched (1985); engranaje efímero que cubre el puesto de lead antes del debut.  
  • Johan Längqvist — Voz de sesión en Epicus (1986); regresa como cantante oficial en 2018. Su timbre barítono-operístico se vuelve referencia para el estilo. 
  • Klas Bergwall — Guitarra solista de sesión en Epicus (1986); aporta los leads que sellan el carácter del debut. 


Timeline completa de formaciones (1984–2025)

Nota: se listan periodos de actividad efectiva con miembros por puesto. Cuando procede, se indica la naturaleza temporal o aniversario de la alineación. Fuentes consolidadas en cronologías de miembros y páginas de álbumes. 

Finales de 1984 – finales de 1985 (primer trío de demos)
Leif Edling — voz/bajo · Mats “Mappe” Björkman — guitarra · Matz Ekström — batería. 

Finales de 1985 (demo Bewitched)
Leif Edling — voz/bajo · Christian Weberyd — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Matz Ekström — batería. 

Principios–mediados de 1986 (Epicus Doomicus Metallicus)
Johan Längqvist — voz (sesión) · Klas Bergwall — guitarra solista (sesión) · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Matz Ekström — batería. 

Finales de 1986 – verano de 1987 (pre-Nightfall)
Messiah Marcolin — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Verano – otoño de 1987 (alineación temporal durante la lesión de Johansson)
Messiah Marcolin — voz · Mike Wead — guitarra solista/teclados · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. (Participa en cortes de Nightfall; Johansson vuelve para completar). 

Otoño de 1987 – finales de 1991 (quinteto “clásico” Marcolin/Johansson/Björkman/Edling/Lindh)
Messiah Marcolin — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Finales de 1991 – finales de 1993 (etapa Thomas Vikström / Chapter VI)
Thomas Vikström — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Banda inactiva: finales de 1993 – verano de 1997. 

Verano de 1997 – primavera de 1998 (Dactylis Glomerata)
Björn Flodkvist — voz · Michael Amott — guitarra · Leif Edling — bajo · Jejo Perković — batería · Carl Westholm — teclados. 

Verano de 1998 – noviembre de 2001 (From the 13th Sun)
Björn Flodkvist — voz · Mats Ståhl — guitarra · Leif Edling — bajo · Jejo Perković — batería. 

Noviembre de 2001 – octubre de 2006 (reunión del quinteto clásico + álbum Candlemass 2005)
Messiah Marcolin — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Enero de 2007 – junio de 2012 (era Robert Lowe)
Robert Lowe — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Diciembre de 2010 y abril de 2011 (alineación aniversario: Epicus íntegro en directo)
Doble frontman temporal: Robert Lowe y Johan Längqvist — voces · Lars Johansson — solo · Mats “Mappe” Björkman — rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Junio de 2012 – septiembre de 2018 (era Mats Levén)
Mats Levén — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Septiembre de 2018 – presente (retorno oficial de Johan Längqvist; The Door to Doom, Sweet Evil Sun)
Johan Längqvist — voz · Lars Johansson — guitarra solista · Mats “Mappe” Björkman — guitarra rítmica · Leif Edling — bajo · Jan Lindh — batería. 

Hitos 40º aniversario (2025, sin cambio estructural de plantilla):

  • EP Black Star (9-05-2025, Napalm) con la alineación 2018-presente. 
  • Concierto único con Messiah Marcolin (Rock Hard Festival Greece, 12–13-09-2025); evento one-off confirmado por Edling (“sin grabaciones ni gira adicional”). 

Candlemass, no solo popularizó el género en Europa continental, sino que, de manera decisiva, lo transformaron y ampliaron definiendo un nuevo subgénero: el doom épico. Antes de su intervención, el doom era un terreno dominado por bandas estadounidenses que se centraban en la repetición de riffs macabros y una atmósfera de fatalismo pesimista. Candlemass tomó estos cimientos y añadió capas de orquestación, melodías operísticas y temáticas de fantasía y mitología, creando una versión del doom que era a la vez más grandiosa y más accesible para un público más amplio. El catalizador de este cambio fue su álbum debut, Epicus Doomicus Metallicus, lanzado en junio de 1986. Este disco no solo sentó las bases del doom épico, sino que acuñó el propio término, haciendo que el género recibiera una identidad formal por primera vez .

El impacto de Epicus Doomicus Metallicus fue multifacético. Musicalmente, el álbum presentó una concepción mucho más elaborada que la de sus contemporáneos estadounidenses. Las canciones 

eran estructuralmente más largas y complejas, con movimientos dinámicos, solos de guitarra más melódicos y una interacción más sofisticada entre los miembros de la banda. La voz de Johan Längqvist se convirtió en un elemento central, con su estilo limpio, potente y operístico que ascendía a notas heroicas, un contrapunto perfecto a los riffs lentos y opresivos de la banda. Temáticas de fantasía, mitología y épicas narrativas fantásticas, en lugar de la depresión y la muerte pura, dieron al álbum un carácter heroico y épico. Canciones icónicas como "Solitude", que originalmente fue añadida al final del álbum como un relleno para cumplir con la duración requerida por el sello, se convirtieron en himnos del género y demostraron la capacidad de la banda para crear melodías inolvidables. La formación clásica de la banda, con Leif Edling en el bajo y como principal compositor, el dúo de guitarristas Mats "Mappe" Björkman y Klas Bergwall, el baterista Matz Ekström y el vocalista Johan Längqvist, creó una química que sería imitada por miles de bandas en todo el mundo. 

La recepción del álbum en su lanzamiento fue un ejemplo paradigmático de la dicotomía entre la crítica oficial y el público del underground. Publicado por el pequeño sello Black Dragon con un presupuesto ridículamente bajo de $3000, el álbum fue ignorado por la prensa general y fue un completo fracaso comercial. Sin embargo, mientras que la industria discográfica miraba para otro lado, el público del metal underground lo descubrió. Meses después de su lanzamiento, el disco comenzó a circular en casetes y vinilos entre los fans, quienes lo elevaron a un status de culto. Su éxito gradual, aunque lento, fue suficiente para que el sello Active Records viera su potencial y firmara a la banda poco después. Este viaje desde el olvido absoluto a la consagración es una parte importante de la leyenda de Candlemass y refleja la naturaleza comunitaria y de devoción del metal. Éxito de culto con picos nacionales y catálogo longevo, sostenido por reediciones y festivales. 

Más allá de su impacto musical, la influencia de Candlemass en la escena sueca y europea fue monumental. En la Suecia de mediados de los 80, la escena de heavy metal era prácticamente inexistente. La llegada de Candlemass, con su sonido épico y teatral, no solo creó un nicho para sí mismos, sino que ayudó a abrir las puertas para toda una generación de bandas de doom y power metal suecas. La popularidad del doom en Suecia, moderada en Norteamérica y el resto de Europa, y casi inexistente en Sudamérica, muestra cómo Candlemass se convirtió en un fenómeno nacional y luego internacional. Bandas posteriores como Entombed y Dismember, fundamentales en el desarrollo del death metal sueco, reconocen el papel de Candlemass en haber demostrado que era posible tener éxito en el extranjero con un sonido de heavy metal auténticamente nórdico Así, Candlemass no solo consolidó el doom metal en Europa, sino que también sentó las bases para el posterior y aún mayor éxito internacional del metal sueco. 

Características

Doom Tradicional (EE.UU.)

Doom Épico (Suecia - Candlemass)

Influencia Principal

Black Sabbath, proto-doom

Black Sabbath, Trouble, elementos de power metal

Tempo

Lentísimo, monótono, repetitivo 

Lentísimo, pero con más variación dinámica y estructuras más elaboradas

Voz

Voces limpias/arenosas (gritadas moderadas); sin growls (propios del death/doom noventero). 


Voces limpias, operísticas y heroicas

Letras

Muerte, desesperanza, terror, psicosis, temas sobrenaturales

Fantasía, mitología, narrativas épicas, historias de caballería 

Instrumentación

Riffs simples y contundentes, menos solos, estructura de 3 minutos 

Riffs más complejos, solos de guitarra melódicos, estructuras de canciones más largas y progresivas 

Atmósfera

Opresión, fatalismo, claustrofobia 

Heroísmo, grandiosidad, melancolía épica, teatralidad 



Cronología — Candlemass y su onda expansiva


Cronología

1984–1986 — Formación y canon fundacional

El bajista y compositor Leif Edling fija el proyecto junto a Matz Ekström (batería) y Mats “Mappe” Björkman (guitarra rítmica). Tras maquetas de bajo presupuesto y una estética deliberadamente lenta, aparece Epicus Doomicus Metallicus (1986) con Johan Längqvist como vocalista invitado. El disco depura el impulso sabbáthico en estructuras solemnes, armonías de intervalos menores y melodías claramente cantables. Piezas como “Solitude” y “Crystal Ball” definen el epic doom: riffs pesados de tempo medio‑lento, voz protagonista con registro lírico y una producción seca que subraya la gravedad instrumental.

1987–1989 — La trilogía monumental

Con Messiah Marcolin al frente, el grupo arma su tríada canónica: Nightfall (1987), Ancient Dreams (1988) y Tales of Creation (1989). La entrada definitiva de Lars Johansson (solista) y la consolidación del tándem con “Mappe” elevan el diálogo de guitarras; la sección rítmica gana claridad y empuje. La estética se vuelve litúrgica (coros, interludios, iconografía clásica) y el videoclip “Bewitched” dirigido por Jonas Åkerlund ayuda a fijar el imaginario del género. En estos años, Candlemass expande su influencia por el Reino Unido, Alemania, Finlandia e Italia, donde numerosas bandas adoptan la combinación de riffs‑catedral + melodía con voz de proyección teatral.

Años 1990 — Transición, cambios de voz y variantes estilísticas

Tras tensiones internas y cambios de formación, el grupo publica Chapter VI (1992), con mayor acento en el heavy/doom de corte europeo y un enfoque más directo en guitarras. La década ve pausas, reconfiguraciones y un retorno en clave psicodélica y proto‑stoner con From the 13th Sun (1999): afinaciones aún más graves, texturas saturadas y ambientaciones cósmicas. Aunque el foco mediático baja, el prestigio subterráneo crece; Candlemass funciona como piedra angular para escenas locales que reinterpretan el doom con acentos propios (épico, trágico, funeral, tradicional).

2005 — Regreso en alta resolución

El álbum homónimo Candlemass (2005, Nuclear Blast) actualiza el sonido sin diluir el diseño original: guitarras con grano definido, bajo frontal y baterías compactas. La escritura enfatiza estribillos memorables y la interacción Johansson/“Mappe” en leads y dobles. La gira de retorno y los festivales europeos reubican al grupo como referente vivo del epic doom en la era post‑2000.

2012–2019 — De la despedida al renacimiento

Psalms for the Dead (2012) se anuncia como posible cierre de ciclo, pero el impulso creativo persiste con directos y EPs intermedios. En 2019, Johan Längqvist regresa al estudio para The Door to Doom: la presencia de Tony Iommi con un solo invitado rubrica la filiación sabbáthica de la banda. El material combina tempos masivos con un filo melódico inconfundible y producción moderna que respeta el espacio negativo.

2022 — Consolidación tardía

Sweet Evil Sun (2022) afianza la etapa contemporánea: escritura sobria, tempo pesados, líneas vocales clásicas y un mix que equilibra densidad y aire. Candlemass capitaliza cuatro décadas de oficio sin perder su núcleo identitario, funcionando como puente entre la herencia de Black Sabbath y la nueva generación de doom europeo.


TO BE CONTINUED ... 

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