Por Esteban Martínez (@EMartineC)

Son muchos los puntos positivos desde donde se puede abordar el sonido de Edder & Bile, pero el primero de ellos debería ser la producción a cargo de Adair Daufembach. Maravillosa. Absolutamente orgánica, con una batería en primer plano donde realmente puedes percibir cada caja, bombo y platillo que se golpea. Desde ahí se construye todo (bueno, el álbum completo fue escrito por la dupla Odden + Verbeuren), los riffs demoledores y las vocalizaciones guturales de un Neddo que parece querer vomitar y transmitir todo lo que significó su lucha contra el cáncer. Otro aspecto a destacar es que el álbum no responde a patrones, no parece calcular nada y simplemente apuesta por la brutalidad desde el minuto uno, sin embargo, lejos de agotar, sus minutos transcurren sin problema alguno y funcionan como una descarga de ira dispuesta a machacar tu cerebro sin cuidado alguno.
La partida es memorable con 'Morgue ritual', cuatro estrofas que se suceden sin regalar tregua. Una verdadera descarga de energía que no cesa, solo se vomita. Esto a diferencia de 'Circle of morbidity' o 'Feed the pigs' (¡cómo suenan los bombos en esta!), dos donde la dupla repara en jugar con los tiempos, donde si se reconocerán coros y colaboraciones en voces de Jeff Becerra (Possesed) y Kam Lee (Massacre), entregándole un elemento de color y diversidad de inmediato al álbum. Que decir, el disco lleva diez minutos y nos tiene completamente sumergidos en si. Pero aún hay más, 'Final fight' es otra que golpeará directo al mentón con Neddo desquitándose en un notable "Don't tell me what to do! You don't know what it is! That made me be like this...!", así como también lo hará 'Deathmachine', con la salvedad de que aquí han sabido regalar entre el 1:30 y 2:30 una pasada instrumental que quiebra por completo el tema (para bien).
La cara B del disco abrirá con el single 'Reborn', otra joya. Un doble pedal incesante que se acompaña de riffs melódicos para a los cincuenta segundos iniciar una cabalgata adictiva. Enormes. Luego el grito de terror que es 'The pestilence' ("No existe cura / Ya ha sucedido antes / La plaga que nos destruirá / La madre de todas las muertes"), con una temática apocalíptica que se volverá a tocar en 'Years of nothing' ("No sobrevivirás / La muerte prosperará / El sacrificio de años de nada" ), una que va a la segura como 'Edder & Bile' para cerrar todo con la estupenda 'Let me burn', la más lenta del álbum (la única además que supera los cuatro minutos) y que por cierto Neddo manifestó quisiese sonase en su funeral con todos los asistentes leyendo su letra: "Bienvenidas llamas / Consumiendo mi carne / Déjenme asarme y arder / Jódanse todos, tuve mi turno / Estoy muerto / No más vida para vivir / No hay miedo / Estoy muerto".
Cadaver, Anders Odden + Dirk Verbeuren, han compuesto un álbum que ciertamente no descubre nada nuevo y tampoco pretende disfrazar aquello. Edder & Bile trata de dos amigos que se han reunido a hacer lo que mejor saben hacer, el punto es que les ha quedado honesto, afilado, furioso y creativo. Con poco han logrado demasiado regalándonos con seguridad uno de los mejores álbumes que nos habrá dejado 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario