The Hunter
Quizá sea debido a su condición de pionero de la electrónica y la música ambiental, su exitosa labor como productor de, entre otros, U2 o Talking Heads, a su colaboración con Bowie en la afamada Trilogía Berlinesa, o a su lucha de egos con Brian Ferry -que culminaría con su abrupta salida del seno de Roxy Music-, es el caso que se tiende a subestimar las primeras obras en solitario de Brian Eno, nacido Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno (¡toma ya!). La experimental, excéntrica y surrealista búsqueda para remover los cimientos de lo que se suponía debían ser los parámetros del pop/rock da comienzo con su debut en solitario: el -curiosamente o no- tan subversivo como adictivo Here Come The Warm Jets, publicado en 1974.
De afiladas guitarras a lo Velvet Underground, cortesía de Phil Manzanera, "Needles In The Camel's Eye" se desliza por un tobogán de purpurina para abrir fuego. "The Paw Paw Negro Blowtorch" es pura locura daliniana en cuyos teclados asoma la new wave. Como queriendo subir la apuesta, Robert Fripp entrega uno de los solos de guitarra más sublimes de la historia en la tan perversa como sexy "Baby's On Fire", tema del que muchas bandas llevan bebiendo cuarenta años sin superarla. La melodía y el estribillo de "Cindy Tells Me", de puro corazón pop, nos trasladan a una habitación del Brill Building, eso sí, situada en una delirante dimensión paralela. El piano machacón de "Driving Me Backwards" cierra de manera sublime la primera mitad del álbum con su atmósfera digna de un espectáculo de cabaret representado en el sótano de un decadente sanatorio mental. Inolvidable.
Por el contrario, la evocadora y nostálgica "On Some Faraway Beach", construida sobre una hermosa y sencilla melodía de piano a la que se suman capas de sintetizadores, parece anticipar el dream-pop. ¿Noise?, ¿art-punk?, ¿post-rock?, "Blank Frank" sube a Bob Diddley a un transbordador espacial para lanzarlo a la conquista del hiperespacio ataviado con una boa de plumas. Para la tremebunda "Dead Finks Don't Talk", Eno construye una muñeca rusa donde se trasviste de Lou Reed jugando a ser Frank Zappa mientras se permite parodiar a cierto ex compañero de banda. La elegíaca "Some Of Them Are Old" es un logro que rivaliza con los conseguidos por los Beatles en la mítica cara B del Abbey Road. Finalmente, y por si aún no hubiese quedado claro que estamos ante una obra magna, Here Come The Warm Jets se cierra con el tema instrumental de mismo título, una pieza épica y penetrante que toma por asalto el subconsciente del oyente para no soltarlo jamás. Abrasivo colofón para una obra fascinante y poliédrica. El fruto de la mente de un artista que, entre la osadía, la socarronería y la desarmante sinceridad, se calificaba a sí mismo de "no-músico".





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