ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película MANZITER (INFRAMAN) (Hua Shan, 1975): Reseña

domingo, 9 de noviembre de 2025

Crítica de la película MANZITER (INFRAMAN) (Hua Shan, 1975): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Si para muchos el cine quinqui es friki, lo de los superhéroes chinos inspirados en las cintas japonesas de Tôhô ya ni os cuento. Os voy a hablar, al hilo de esto, de Manziter (Inframan) o The Super Inframan –originalmente titulada El Superman de China, Zhong guo chao ren-, película de 1975 protagonizada por un superhéroe con claras reminiscencias al nipón Ultraman. Fue visionado inspirado y recomendado por un amiguito –ignoro si de manera sincera o irónica- a raíz de la publicación del catálogo de reseñas dedicadas al cine japonés en este blog, aunque después resultase que esta es de Hong Kong.





Así pues, paso a comentaros mis impresiones sobre este mítico título de la cinematografía hongkonesa de los setenta, una película dirigida por Hua Shan y producida por los Shaw Brothers que tuvo numerosas colaboraciones de técnicos japoneses, pasará a la historia por ser la primera del género hecha en Hong Kong e incluso fue estrenada en los Estados Unidos. La historia comienza con la aparición de numerosos seísmos que destruyen varias ciudades de China y que han sido provocados por la Princesa Elzebub, un demonio que habita en el subsuelo del planeta y pretende conquistar la Tierra con su ejército de seres demoníacos del inframundo. Sin embargo, el gobierno chino autoriza a un eminente científico a llevar a cabo el proyexto BDX mediante el cual convertirá a uno de sus oficiales en el superhéroe Inframan, cuya misión será salvar a la raza humana de la Princesa Elzebub y sus monstruos.





En The Super Inframan encontramos dioramas, maquetas, cartón piedra, trajes de látex y gomaespuma, explosiones de feria, efectos de sonido estridentes, volteretas en el aire y artes marciales... En fin, piltrafillas, un subproducto kitsch de la altura de un campanario, una cinta casposa y simpática que hará las delicias de aquellos que –como el menda- disfrutan con las cosas raras.

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