ZEPPELIN ROCK: TAGERINE FLAVOUR, Auditorio Parque El Paraíso, San Blas, Madrid, 9-9-2021: CRÓNICA del concierto

miércoles, 15 de septiembre de 2021

TAGERINE FLAVOUR, Auditorio Parque El Paraíso, San Blas, Madrid, 9-9-2021: CRÓNICA del concierto

 

Foto: Dani Pach

por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos






Sucedió la noche del pasado jueves en el auditorio Parque El Paraíso, un recinto donde las sensaciones y emociones le hicieron justicia a su nombre. Acústicamente hablando, era como estar surfeando entre los surcos de Rubber Soul. El evento, dentro de la programación de las fiestas del distrito de San Blas, nos ofrecía la oportunidad de gozar del primer recital en eléctrico de la nueva formación de los Tangerine Flavour: los rookies Alejandro Vizcaíno a las seis cuerdas y Chloé a las teclas debutaban sobre las tablas, evocando el espíritu de New Kid In Town de los eternos Eagles. Precisamente con el One Of These Nights saltaban los músicos al escenario: además de los dos mencionados, Pablo Junior Morcuende, Pablo Martín Slowhand y Fernando Lima, batería, guitarra y harmónica y bajo respectivamente, una vez que la más que recomendable Sweet River Band concluyó su show.


Foto: Dani Pach

Arrancaron con Roses, tema que aparecerá en su próximo LP, y al tiempo que Pablo se cantaba aquello de “looking for the woman you used to be” la llave del candado de las emociones que todo bicho humano protege en mayor o menor medida quedó definitivamente desterrada. Conscientes de que nadie reclama una alianza matrimonial con el hipérbaton, apuestan por cantar basándose en lo que hacían sus ídolos, que también son los nuestros. No puede ser de otra manera cuando suena Red River (Fernando, nunca dejes de cantar) y de inmediato sobrevuelan los espíritus de Clapton, Joni Mitchell o Robbie Robertson, justo al compás con ese in crescendo que experimenta la temperatura de las almas presentes. La hipnótica bienvenida de la que ahora goza Ballerina, con esas teclas mágicas de Chloé, nos pone una sonrisa tonta en los labios a los que llevamos ya tiempo disfrutando con estos tipos. Hablando de maneras de comenzar una canción, la armónica de Pablo acariciando los primeros compases de It Ain’t Over Yet se funde gozosa con la espectacular voz de Fernando, un tipo con un talento arrollador y la bandera de frontman por vocación. Time Is Running Over viene a evidenciar un punto fuerte de la banda: su versatilidad a nivel vocal, donde se lucen los cinco miembros del conjunto con mención especial para Alejandro Vizcaíno, que se luce como si llevase toda la vida tocando con estos tipos.

También hubo tiempo para esa gran versión de otro de los capos cuando hablamos de música y de la vida en general: Bob Dylan, cuyo Mr. Tambourine man no sonó tan gozosa como cabría esperar de una banda de las características de Tangerine Flavour. Así me pareció y así debo escribirlo, porque de momento no practico el consumo de formas ovaladas a cambio de ver gratis a los cuatrocientos grupos indies del país y un sueldo en introduzca usted aquí la revista a la que más rabia profese. En cualquier caso, tenemos que seguir hablando de Dylan porque reinvención total y absoluto con un tema menor como era el Dark Winter lo ha transformado en un auténtico cañonazo, en lo que supone un ejercicio de dylanización con todas las letras al alcance de pocas bandas en el panorama musical actual.

Las sensaciones globales, en conclusión, fueron inmensamente positivas. El disco hablará por sí solo cuando llegue el momento de su lanzamiento, pero el presente del grupo se esboza con r de rock and roll y la sensación de que, concierto a concierto, esto no dejará de crecer. Ahí estaremos para cantar, cantar, cantar y volver a cantar de la mano de una banda que necesitamos no ya exclusivamente en la música actual, si no en nuestra propia vida.


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