No lució en exceso el género en esta década, que sublimó la Ciencia Ficción, donde se funde en ocasiones ese terror que aquí buscamos. Encontramos títulos ilustres, pero en los primeros años de la década apenas existen ejemplos reseñables. Fuimos virando de la Ciencia Ficción con elementos de terror a una feliz fusión de thriller y terror para terminar encontrando también, por supuesto, grandes obras de género. Conforme avanzamos en estos 50 vamos encontrando más ejemplos y más puros dentro del género, hasta llegar a los 60, donde el terror tuvo magníficos exponentes como mostramos en la lista correspondiente a esos años.
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Las mejores películas de terror de los años 50
(el mejor cine de terror de la década)
DRÁCULA (1958), de Terence Fisher.
Uno de los grandes clásicos basados en la mítica figura del eterno vampiro que nos regalara Bram Stoker. La Hammer en todo su esplendor y un Christopher Lee que parecía nacido para el papel.
EL ENIGMA DE OTRO MUNDO (1951), de Christian Nyby.
Clásico absoluto de la ciencia ficción que, aunque adjudicado a Howard Hawks (dominador absoluto de todos los géneros), está acreditado a Christian Nyby. ¡Cuántas películas del género tienen aquí su máxima influencia! También ha habido remakes. Imprescindible.
EL EXPERIMENTO DEL DR. QUATERMASS (1955), de Val Guest.
Una de extraterrestres y Ciencia Ficción más que interesante y con un planteamiento que resulta muy moderno, ya que ha sido utilizado posteriormente hasta la saciedad. Hay buenos títulos británicos en el género dentro del cine clásico.
EL PERRO DE BASKERVILLE (1959), de Terence Fisher.
Una de las más conocidas adaptaciones de las aventuras de Holmes. Corre a cargo de Terence Fisher, que dominaba los resortes de la intriga y el terror a la perfección.
LA HUMANIDAD EN PELIGRO (1954), de Gordon Douglas.
Joya de la Ciencia Ficción con las hormigas y otros insectos como enemigos… Se ve que las hormigas estaban de moda este año. Una pequeña obra maestra de serie B con claro mensaje, característico en la época, advirtiendo de los peligros nucleares. Un clásico entrañable de obligado visionado para fans del género.
LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS (1956), de Don Siegel.
Obra maestra del cine de terror con trasfondo anticomunista que ha adquirido dimensiones universales con el pasar de los tiempos. Un referente absoluto, imitadísimo, que ha tenido multitud de versiones, siendo esta de Siegel la más sobresaliente (la del 78 de Kaufman también es brillante). Agobiante, asfixiante, claustrofóbica… Una obra maestra.
LA MALA SEMILLA (1956), de Michael Curtiz.
Una interesante y poco conocida película de Curtiz que juega con la maldad de la infancia y reflexiona sobre la naturaleza de la psicopatía. Desde luego es una rareza muy atractiva para su época que se anticipó a otras de gran prestigio.
LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN (1957), de Terence Fisher.
De nuevo el mito, ahora en manos de un gran director dentro del género de terror como es Terence Fisher. Una respetada revisión del clásico.
LA MOMIA (1959), de Terence Fisher.
Un clásico del género con Christopher Lee completamente envuelto en vendas. Una más de las renovadas versiones de la Hammer, que tuvo en Fisher a su gran bastión.
LA MOSCA (1958), de Kurt Neumann.
Cinta de culto y referente indispensable de la Ciencia Ficción de los 50 y de todos los tiempos. Una perturbadora joya que es imposible que deje indiferente a pesar de su escasez de medios y el tiempo transcurrido. El final es tan desolador como terrorífico.
LA MUJER Y EL MONSTRUO (1954), de Jack Arnold.
Otro clásico de la Ciencia Ficción con el mensaje antinuclear claro y marcado. Su influencia es gigantesca en su prototípica historia. La deslumbrante serie B que encontró en este género un pozo sin fondo de creatividad.
LA NOCHE DEL DEMONIO (1957), de Jacques Tourneur.
Obra maestra absoluta del género, de las grandes de todos los tiempos. Con Tourneur detrás, por supuesto. Considerada una de las mejores muestras de terror de la historia del cine, especialmente de temática demoniaca. Y con razón. Posee una atmósfera inquietante y fascinante, como suele ser habitual en el cine del magnífico director.
LAS DIABOLICAS (1955), de H. G Clouzot.
Antecedente en muchas cosas de “Psicosis”. ¿Recuerdan aquello de “no cuenten el final”? Pues ya se promocionó así esta. Es seguro que Hitchcock la vio. Por lo demás, tenemos una obra maestra incontestable del thriller psicológico, el suspense, el terror y los juegos truculentos. Y ya saben… no cuenten el final.
LOS CRÍMENES DEL MUSEO DE CERA (1953), de André De Toth.
Vincent Price en el género que lo hizo célebre. El terror. Es un pequeño clásico del género. Se rodó en 3D.
TARÁNTULA (1955), de Jack Arnold.
Pequeño clásico de Ciencia Ficción de serie B, tan sencilla e ingenua como encantadora y entretenida.
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