ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA del disco de DEEP PURPLE "MADE IN JAPAN" (1972): Review

martes, 26 de enero de 2021

CRÍTICA del disco de DEEP PURPLE "MADE IN JAPAN" (1972): Review

 


 por JLBM


Sobra el decir que el Mark II de Deep Purple se había consolidado como una de las mejores bandas que el rock de inicios de los 70 podía ofrecer. Tres fabulosos trabajos lo confirmaban nítidamente. El impresionante In Rock de 1970, el tremendo Fireball de 1971 y el éxito rotundo de Machine Head en 1972, completaban una espectacular trilogía de rock que colocaba a Deep Purple en lo más alto del escalafón, una situación que les iba a permitir por derecho propio entrar por la puerta grande en su historia.


Semejante colección de música necesitaba una exposición en directo, normalmente el escenario en el que todas las grandes bandas se consolidan, el medio en el que muestran a su público todo su potencial. Deep Purple solo tenía hasta ese momento un directo editado, aunque muchos de ellos, como el brutal Live In Stockholm de 1970 se lanzarían años más tarde. Fue el Concerto For Group And Orchestra lanzado a finales del año 1969, un invento de Jon Lord y apoyo de la Royal Philarmonic Orchestra. Un excelente esfuerzo, pero alejado de lo que se entiende por un potente directo.

En agosto de 1972 Deep Purple se enfrentaba a la que iba a ser su primera gira por Japón, un territorio amable para las grandes formaciones con un público siempre entregado. Los japoneses querían un directo de aquellos conciertos, y a pesar de los recelos iniciales la banda, siempre según cuenta Jon Lord, finalmente aceptó. Un trabajo de 3.000 dólares y su ofrecimiento a una en principio reacia Warner Bros. pusieron en marcha un doble álbum que se lanzaría para Reino Unido en diciembre de 1972 y para Estados Unidos en abril de 1973, justo tras la publicación de Who Do We Think We Are en febrero. 

Made In Japan se grabó el 15, 16 y 17 de Agosto de 1972 en el Festival Hall de Osaka y en el Budokan de Tokio y es hoy uno de los mejores directos de la historia del rock, una verdadera obra maestra de las grabaciones en vivo que muestra en su momento más álgido a cinco músicos imprescindibles.

Made In Japan se compuso en principio de siete cortes. Cuatro del Machine Head, dos del Fireball y uno del In Rock, un especial recorrido por los tres álbumes que el Mark II de Deep Purple había puesto en el mercado hasta la grabación del directo. 

Una hora y cuarto de duración para unos temas que en sus versiones en estudio apenas superaban los 40 minutos, lo que da una idea del grado de improvisación y creatividad al que llegó la banda en este recorrido japonés. 

Deep Purple produce un álbum cuyo título podría poner en evidencia esa producción. La expresión made in Japan se usaba en aquella época para referirse a algo de manufactura barata y pobre calidad. Sin embargo en Made In Japan el sonido es espectacular si tenemos en cuenta que fue grabado en un equipo bastante peor del que hubiese gustado la banda y que no hay overdubs por primera vez en la historia de las grabaciones en directo. Un sonido que capta fielmente la intensidad de Deep Purple en directo mostrando toda su crudeza, su talento y su energía y que se debe en gran parte al  metódico trabajo del ingeniero Martin Birch. Un trabajo que se muestra en todo su esplendor porque lo que se escucha es lo que aparece en el disco. Nada se cambió en el estudio, las cintas simplemente se mezclaron y es lo que nos ha quedado.




"Highway Star" comienza Made In Japan de manera demoledora, el tipo de emoción que se espera de un tema interpretado en directo. Una versión más fina y potente que la de estudio con un Ian Gillan brutal y un Ritchie Blackmore completamente enfebrecido. Tocado a una vertiginosa velocidad que corta el aliento contiene los ya históricos solos de Lord y Blackmore, basado el primero en una progresión de Bach y el segundo en una secuencia de Mozart. Le sigue una estelar versión de la épica "Child In Time" que empequeñece al ya de por si impresionante tema de estudio. Lo que Ian Gillan hace aquí con su voz no tiene nombre. Lo mismo podría decirse del magistral trabajo de Jon Lord y de un de nuevo poseído Blackmore. Es alucinante escuchar cómo ambos pueden tocar juntos a esa velocidad. De esta guisa se llega a la versión definitiva de "Smoke On The Water", un tema con más crudeza y poder que su hermana de estudio, favorecida por el trepidante final que se marcan Lord y Blackmore. La jam de teclas que organiza Lord es inmensa y ese poderoso riff de Blackmore produce escalofríos  "The Mule" comienza con voz y riff de guitarra deslumbrantes hasta que en formato solo de batería muestra las habilidades en su mejor momento de forma de uno de los mejores bateristas de la historia del rock, Ian Paice, por supuesto. Un largo solo de más de seis minutos de duración que en ningún momento resulta aburrido ni pretencioso.

Una espectacular versión de la brutal "Strange Kind Of Woman" abre el segundo disco de Made In Japan. Los solos de Blackmore son algunos de los mejores de su carrera, con una maravillosa selección de notas de espectacular fraseo. Su jam de guitarra funky suena completamente diferente a lo que nos tenía acostumbrados. Le sigue "Lazy" con unas abrumadoras líneas de bajo cortesía de Roger Glover y un inmenso Gillan que hasta toca algo parecido a una armónica. Impresionan las notas que de su Hammond saca Lord en una intro que se adentra en los vedados territorios del jazz. Da incluso la sensación de que Blackmore y Lord están tocando como si se tratase del último concierto de sus vidas. No tiene precio la espontaneidad de un Blackmore que se descompone en medio de la Rapsodia Sueca.  Finaliza Made In Japan con la demoledora versión de 20 minutos del "Space Truckin'", de inicio desconcertante la banda acomete con brutalidad el tema para finalizarlo en una impresionante jam de 15 minutos en la que los cinco miembros de Deep Purple hacen y deshacen a su antojo en una colosal muestra de imaginería rockera. 

El nivel de octanaje que el Mark II de Deep Purple obtuvo en Made In Japan es simplemente colosal. La importancia que la banda otorga al directo no es lo que acostumbran a hacer muchos de los grupos que simplemente tocan las versiones de estudio con público. La duración de los siete cortes es la prueba decisiva. En definitiva, uno de las mejores grabaciones en vivo de toda la historia del rock, un disco que ofrece en su esplendor a cinco músicos que ya sea por separado o en conjunto son auténticos mitos.

2 comentarios:

  1. El primer álbum de Purple que tuve,y sin ninguna duda es el mejor directo de la historia,son muchísimo mejor las interpretaciones de estos temas en directo que laz correspondientes en estudio....no se en que entrevista.... alguien decía que verlos en ensayos mientras componían,tenían todos un nivel tan alto musicalmente que pocos tenían los huevos de llegarles al menos a la suela de los zapatos

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  2. Extraordinaria revisión de este inmortal álbum, imprescindible revisitar de vez en cuando. No cabe duda que este trabajo es una masterclass, para cualquiera que quiera entrar con buen pie en el universo del rock, estoy totalmente de acuerdo punto por punto contigo. Son 75 minutos orgásmicos del primero al último y tu artículo nos deleita con un paseo magistral sobre su historia y su música. Es una obra con casi 49 años y que bien los soporta, demostraron que el genio está por delante de la tecnología, muy difícil aunar tanto talento en una sola banda. De entrada hoy me voy a la cama con mis mejores cascos y el Made in Japan. Gracias y felicidades por tu trabajo.

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