por Rockología (@RockologiaTwit)
Estamos en 1988 (uf). Por aquel entonces formaban Barricada el eterno Enrique Villarreal, el Drogas, al bajo y las voces, Javier Hernández, el Boni, y Alfredo Piedrafita a las guitarras, y Fernando Coronado a la batería.
Los temas del álbum, como siempre, abarcan todas las temáticas sociales y personales de la época. En Rojo nos hablan, con algo de ambigüedad, sobre la “fiesta nacional”, desde la perspectiva del toro. En Obsesión abordan el maltrato poniendo en la mesa el asunto de la venganza (¿qué hacer?), con una estupenda melodía y un arreglo en el estribillo de lo mejorcito y tremendo final.
El sabor de la derrota nos inunda En el suelo, con el Drogas más agresivo, quien continúa en Abrir y cerrar con otra perdedora, una prostituta cansada de esperar; otro temazo, tanto por la estructura como por la impronta del sonido que repetirían hasta la saciedad en posteriores trabajos, y uno de mis trabajos de guitarra favoritos, sin duda. En Bajo control nos cuentan la historia del que abusa, del exceso, del que depende, amaneciendo en la ciudad perdido y desfasado; quién no adora esta línea de guitarra y ese estribillo.
La hora del carnaval nos traslada a América y al genocidio, en una época en la que se preparaba la celebración del mal llamado quinto centenario del descubrimiento; melodía muy lograda, buenos arreglos, incluyendo un trabajo vocal donde destacan unos coros tras el estribillo. Otro estribillo para llevar siempre en la mochila nos sorprende en Tiempos que arden, temazo sobre los guetos y las minorías del barrio.
Para cuando termina Animal caliente, una canción ineludible en los directos, ya estamos rendidos, casi perfecta por la forma en la que nos cuentan una experiencia sexual de lo más vigorosa. Y, como colofón, dos historias de pistolas: en Cuidado con el perro, la peligrosa mezcla de pólvora y alcohol, donde el ritmo marca una pauta rompecuellos sobre la que Alfredo y el Boni crean otro buen rugido de guitarras; en Esta noche (¡cómo crece en directo!), te la juegas a la ruleta rusa… ya sabes, una bala trae la suerte. Y con el estribillo de Esta noche hasta la letanía final sonando en las orejas, esperando el regreso a los escenarios de Barricada.
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