ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película Exodus: Dioses y Reyes (Ridley Scott, 2014)

viernes, 26 de diciembre de 2014

Crítica de la película Exodus: Dioses y Reyes (Ridley Scott, 2014)


por Savoy Truffle (@CarlosLorenteR)




Ridley Scott es un director que me desconcierta, después de un comienzo de su carrera poco menos que meteórico (que desde luego no ha vuelto a alcanzar ese nivel ni de coña) y aunque a pesar de su innegable talento para la puesta en escena, es algo irregular e inconsistente, sobre todo en la elección de guiones, por ello me tiene confundido y desorientado.

Exodus: Dioses y Reyes es su nueva producción, la cual posee un muy buen elenco de actores con Christian Bale (que elige muy bien sus papeles siempre) haciendo de Moisés, Joel Edgerton encarnando a Ramses liderando la propuesta de esta película bíblica que digamos es la visión a día de hoy de la magnífica "Los diez mandamientos" de 1956, dirigida por Cecil B. DeMille.




El film narra la historia de Moisés (Christian Bale), un hombre cuyo coraje desafió a un imperio cuando se rebela contra el todopoderoso faraón Ramsés (Joel Edgerton), liberando a 600.000 esclavos en una épica huida a través de Egipto, llena de peligros y mortíferas plagas, en busca de la Tierra Prometida.

El problema de esta cinta es que te deja vacío, una sensación de que te aporta muy poco y de que has perdido el tiempo (y hablamos de un film de 150 minutos). Hay muchos sitios por donde criticar la película, pero el guión de Adam Cooper, Bill Collage, Jeffrey Caine y Steven Zaillian es el gran mal que destruye cualquier posibilidad de que "Exodus: Dioses y Reyes" sea una buena película. Y es que a ese guión le falta profundidad dramática, se queda en lo superficial, no ahonda en personajes que tienen mucho que decir, cosa que se ve muy bien en los patéticos diálogos a los que se ven sometidos muchos de ellos.




Los guionistas buscaron un ritmo vivo para que el espectador no se aburra, pero eso choca con el tono grandilocuente que el director quiere dar desde la puesta en escena. Así nos encontramos ante la contínua superficialidad y las ganas de la película por parecer importante y grande, cosa que no consigue en ningún momento, sin menospreciar su abrumador despliegue visual dónde nada está mal, pero resulta rutinario, cansino diría.

La ausencia de una gran escena impactante es decepcionante, de hecho el momento final con la lucha en El Mar Rojo resulta de lo más insípida, después de haberte puesto los dientes largos. Pero de entre lo más frustrante es que un actorazo como Christian Bale saca la calidad que tiene en pocos momentos, pero da verdadera lástima porque es un portento y por instantes su personaje de Moisés es sosaina.




Del resto de actuaciones Joel Edgerton (que tiene el papel de más jugo creo) sale airoso, pero su duelo con Bale se queda en nada ya que se anula el vigor con el protagonista, pero el problema viene en los secundarios. Los pequeños e insignificantes diálogos a los que son sometidos Ben Kingsley o incluso María Valverde (guapísima y muy notable) les imposibilita aportar más. Lo de Sigourney Weaver que es anecdótica, para soltar dos frases después de su presencia física y muda del principio. Otro gran desaprovechado es Aaron Paul.

Lo peor de todo es que la película no resulta entretenida, es a partir del destierro de Moisés cuando empiezan a salir todos sus males a relucir. Las apariciones de Dios en forma de niño son bastante infames, y por si fuera poco toda la parte de las tablas la resume en una microescena absolutamente patética. Todo esto provoca que el espectador se vaya sumiendo es una desesperanza continua con el paso de los minutos, ni siquiera las palomitas ayudan.

En definitiva un guión malo, una puesta en escena (el punto fuerte del director) con falta de fuerza y un reparto que no está mostrando su mejor cara.

Ni que decir tiene que no aguanta comparativa alguna con Los Diez mandamientos.

Os dejo con el tráiler de esta gran decepción.

©Savoy Truffle

No hay comentarios:

Publicar un comentario