ZEPPELIN ROCK: Poesía erótica española - José Bernat Baldoví: Consonantes sospechosos

domingo, 28 de abril de 2013

Poesía erótica española - José Bernat Baldoví: Consonantes sospechosos


El escritor valenciando (Sueca, 1809) don Josep Bernat i Baldoví destacó popularmente en el siglo XIX por sus sainetes, algunos, de hecho, eróticos (El Virgo de Vicenteta). Pues era sordo, adquirió el sobrenombre de Le Sord. La vertiente erótica, que es la que nos interesa ahora, también la cultivó en algunos poemas y epigramas algunos de los cuales bien merecen figurar en este apartado dominical de poesía erótica. He elegido el titulado "Consonantes Sospechosos", en el que el autor juega con palabras sugeridas de tipo escabroso que, al final, son sustituidas (tras la duda y el suspense) por otras más suaves. Uno espera el exabrupto picantón al que le dirige la rima y luego, con ironía, jugando con el equívoco, el autor utiliza otra (inesperada) palabra. Creo que todos hemos cantado, de pequeños, alguna canción de este tipo (vamos, a mí se me ocurren varias): era como tirar la piedra y esconder la mano. Benditos niños.

Consonantes sospechosos
(Josep Bernat i Baldoví)


El Padre Fray Juan Tibulo,
sin un cuarto y roto el manto,
pide que, con disimulo,
quiera usted limpiarle el... llanto,
pues él para todo es nulo.

Y añade que la receta
de la gente maliciosa
que su salud trae inquieta,
es hacerle la... forzosa
porque guarde cama y dieta.

Con programas y razones,
y con los dientes enjutos
nadie sufre a dos tirones
el peso de los... tributos
que rasgan los pantalones.

Y con hambre tan prolija,
de otros males causa y mengua,
¿habrá mortal que no exija
que se endurece la... lengua
contra aquel que los cobija?

Toda vez que sin disputa
la casera que a su boca
dar no puede pan ni fruta,
teme al fin hacerse... loca
si otro lo suyo disfruta.

Y cuenta que él no es bisoño
tratándose de este asunto;
pero ni aquí ni en Logroño
encuentra hoy un fraile un... punto
donde pasar el Otoño.

Visto, pues, su gran trabajo,
triste cara, flaco talle,
y vestido de estropajo,
no mande usted... a la calle
al que firma aquí debajo.

ÁCS

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