ZEPPELIN ROCK: CHRISTOPHER CROSS - Christopher Cross (1979): CRÍTICA Review

jueves, 14 de septiembre de 2023

CHRISTOPHER CROSS - Christopher Cross (1979): CRÍTICA Review

 


por Dani Matute (@dmatuteb)




Hay que hablar de este disco homónimo como el gran disco del año 1980, el cual le llevó a arrasar en los Grammy celebrados a principios del 81. Al menos hablando de USA: varios singles números 1 y más de 5 millones de LPs vendidos. Fue el primer y único artista hasta el 2020 que ganó las cuatro principales categorías en un mismo año: Grabación del año, Disco del año, Canción del año y Mejor artista novel. Además, ganó el Oscar a la mejor canción ese mismo año, aunque el tema no estaba incluido en este álbum, el "Arthur's theme". Pero bueno, como siempre, en esto de los premios hay que tomarlo con cierta perspectiva. Baste decir que competía, nada más y nada menos, que con The Wall de los Pink Floyd en aquellos Grammys. ¿Seguro que es mejor este álbum de Cross que el de los psicodélicos y progresivos ingleses? Quizás en la categoría de softpop. Incluso en ventas, los Pink Floyd consiguieron muchas más a lo largo de la década con el The Wall que el tejano con su disco de debut. En fin, mejor no perder demasiado tiempo en la comparación entre ambos discos y artistas.



Una razón de peso para traeros un disco tan poco rockero como este arriesgándome a tener que dejar mi carnet rockero en la recepción, es que no me había preparado nada y esta reseña es muy fácil de hacer porque me sé de memoria el disco.

Un poco más sobre el álbum. El productor del disco, Michael Omartian, rentabilizó mucho el éxito de esta grabación. Después de esto fue quien produjo el She Works hard for the money de Donna Summer, el Camouflage de Rod Stewart, que os traje hace un tiempo aquí, discos de Michael McDonald, Al Jarreau, Eric Clapton, Shania Twain, entre otros. Además de ser el coproductor, junto a Quincy Jones, del pelotazo de los pelotazos: "We are the world". Para acompañar al bueno del tejano Christopher Cross, se rodeó de grandes músicos de estudio y grandes vocalistas como el mencionado Michael McDonald (en su época de mayor éxito con los Doobie Brothers), Don Henley de Eagles y Valerie Carter.

Por último, hablar del propio Christopher. Empezó su carrera en una banda de hard rock y al final terminó derivando a cantautor. Tras sus primeros años de éxitos en la década de los 80, no volvió a levantar cabeza. En alguna ocasión echó la culpa al imperio MTV diciendo que su apariencia física no era la idónea para triunfar en TV y le dejaron a un lado.



Sea por ese físico poco agraciado o no, ni en la portada ni en la contraportada ni en el interior, aparecen fotos de Christopher. El flamenco rosa con el fondo verde se convirtió en una de las portadas más icónicas y su enseña de identidad para el resto de los tiempos.

La cara A comienza con “Say you’ll be mine”, con la colaboración de Nicolette Larson a las voces.

Primera aparición del vozarrón de negro con ojos azules de McDonald en “I really don’t known anymore”. Esos coros le dan una elegancia extraordinaria al tema, redondeado con un gran solo de guitarra de Larry Carlton.

“Spinning” es una balada a dos voces. En este caso, con la cálida voz de Valerie Carter.

Llegamos a uno de los puntos álgidos del disco: “Never be the same”. De hecho, hubo una época en la que localicé varias canciones que bien podían estar inspiradas en esta (por ejemplo, siempre me pareció que el “Believe it or not”  de la serie El Gran Héroe americano era muy similar).

Y termina el primer lado del plástico una canción con coros muy Beach Boys, “Poor Shirley”



La cara B comienza con la archifamosa “Ride Like The Wind”, de nuevo con los coros de Michael McDonald. Usada en comerciales, películas y radiada hasta la saciedad. Con covers de muchos y diferentes artistas. Entre ellos, los Saxon. Pero también el noruego Jorn y los power-metal Awaken.

“The light is on” cuenta en las voces con Don Henley y Larry Carlton en la guitarra.

Y llegamos a la canción que más gloria, fama y dinero ha dado al bueno de Chris, junto al tema con el que ganó el Oscar para la película de Arthur, el soltero de oro. Con ella ganó el Grammy a la mejor canción y fue número 1 en USA: “Sailing”. Deliciosa canción. Esta canción, al igual que "Never be the same", influyó en muchas canciones posteriores. Incluso en nuestro país, Hilario Camacho sacó un disco en esa línea (escuchad su "Final de viaje")

Y cierra el disco con el tema más flojo, no de energía, que tampoco es que desborde en todo el trabajo, sino la peor canción del disco en mi humilde opinión, "Minstrel Gigolo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario