Darkthrone, Burzum, Emperor e Immortal: Anatomía de la Oscuridad
La escena del black metal noruego, nacida a fines de los años 80 y principios de los 90, ha emergido como una de las corrientes más influyentes y controvertidas en la historia de la música extrema. Este subgénero, a menudo marcado por su actitud radical, su oscuridad visceral y su rechazo al conformismo, no solo transformó el sonido del metal, sino también la cultura musical en su totalidad. En la segunda parte de este análisis, nos adentraremos en la evolución de las bandas fundamentales que forjaron este fenómeno global, explorando cómo sus aportaciones han redefinido el black metal y lo han llevado por territorios sonoros, conceptuales y filosóficos innovadores.
Desde sus raíces más primitivas, donde la crudeza del sonido primó, hasta la sofisticación técnica y la introducción de elementos progresivos y sinfónicos, el black metal noruego se ha caracterizado por una constante reinvención. Cada banda que emergió de esta escena no solo dio forma a la identidad sonora del género, sino que también contribuyó con una visión artística y filosófica propia que desafió convenciones, atrajo admiradores y generó controversias. Las influencias de estas formaciones trascendieron el ámbito del metal, llevando la estética oscura, el misticismo nórdico y la exploración de temas profundos como la soledad, la muerte y la naturaleza, a un público más amplio y diverso.
En este recorrido, profundizaremos en los matices que hacen únicas a las bandas más representativas de la escena: desde la crudeza de Darkthrone, pasando por la atmósfera introspectiva de Burzum, hasta la complejidad técnica de Emperor y la energía épica de Immortal. Estas bandas no solo modificaron la percepción del black metal, sino que también ayudaron a consolidar Noruega como un epicentro global del metal extremo, llevando a la escena a nuevas alturas, tanto artísticas como ideológicas. En este artículo, desentrañaremos cómo cada una de estas formaciones evolucionó, cómo su legado sigue vigente hoy en día y cómo sus innovaciones siguen inspirando a nuevas generaciones de músicos y fanáticos.
La transición de Darkthrone de death metal a black metal no solo fue un giro estilístico, sino también un hito dentro de la evolución del black metal noruego. Tras debutar en 1990 con Soulside Journey, un álbum de death metal puro, la banda comenzó a buscar algo más crudo y primitivo. En 1992, con A Blaze in the Northern Sky, dieron un giro total al adoptar el sonido sucio y hostil que caracterizaría el black metal de la segunda ola. El álbum fue pionero por su atmósfera fría, su distorsión cruda y sus riffs veloces, marcando la transición hacia un sonido más agresivo y experimental, con una producción deliberadamente baja que evocaba una sensación de desesperación y oscuridad. Este estilo no solo definiría a Darkthrone, sino que sería emulado por numerosas bandas que seguirían sus pasos.
A lo largo de los años, Darkthrone continuó evolucionando y explorando el black metal, sin renunciar a su propio espíritu rebelde y anárquico. Su legado en la escena noruega y global es indiscutible, siendo uno de los mayores referentes del black metal en términos tanto sonoros como filosóficos. Su influencia puede rastrearse en toda una generación de bandas que abrazaron la crudeza, la autenticidad y el rechazo a la comercialización.
Formación y primeros pasos de la banda:
Darkthrone fue formada en 1986 en Kolbotn, Noruega, por los amigos de la infancia Fenriz (batería/voces) y Nocturno Culto (guitarra). Originalmente conocida como Black Death, la banda adoptó el nombre de Darkthrone en 1987. Su sonido inicial estaba influenciado por el death metal, en la línea de bandas como Death y Possessed. En 1990, firmaron con el sello Earache Records y lanzaron su primer álbum, Soulside Journey (1991), que está marcado por una fuerte influencia del death metal estadounidense.
Sin embargo, en 1992, con el lanzamiento de A Blaze in the Northern Sky, la banda cambió su dirección musical radicalmente hacia el black metal, adoptando la estética cruda, la atmósfera sombría y los riffs rápidos que definirían el género.
Timeline de sus formaciones a lo largo de su historia:
- 1986-1990: Fenriz y Nocturno Culto fundan Black Death, luego renombrada a Darkthrone.
- 1991: Soulside Journey (primer álbum, death metal).
- 1992: A Blaze in the Northern Sky (primer álbum de black metal, transición definitiva al black metal noruego).
- 1993-2000: La banda continúa con una serie de álbumes clásicos del black metal como Under a Funeral Moon (1993) y Transilvanian Hunger (1994), afianzando su identidad.
- 2000-2010: Los álbumes como Plaguewielder (2001) y F.O.A.D. (2007) continúan explorando y evolucionando dentro del black metal, incorporando elementos de otros géneros y una actitud más experimental.
- 2010-Presente: Continúan lanzando álbumes que mantienen la esencia cruda y auténtica del black metal, como Arctic Thunder (2016) y Old Star (2019).
Discografía completa de estudio
1. Soulside Journey (1991) - Death Metal
Soulside Journey es el primer álbum de Darkthrone y marca su incursión inicial en el death metal, con un sonido fuertemente influenciado por las bandas más prominentes de la época, como Death y Possessed. La producción es clara y pulida, lo cual era característico de las primeras grabaciones del death metal europeo. Las composiciones muestran una mezcla de riffs agresivos, tempos rápidos y una interpretación vocal gutural que se alinea con los cánones del death metal de la época. La banda aún no había adoptado el estilo crudo y primitivo que la definiría más tarde dentro del black metal, pero ya se pueden percibir algunos indicios de la atmósfera sombría que caracterizaría sus futuros trabajos. Con Soulside Journey, Darkthrone dejó claro que poseía una gran habilidad para ejecutar metal técnico y pesado, aunque este álbum sea en su mayoría recordado como una obra de transición para la banda. Si bien la recepción crítica fue positiva dentro del ámbito del death metal, el sonido más refinado de Soulside Journey fue muy diferente a las ideas rudas y subterráneas que Darkthrone adoptaría al año siguiente, marcando el comienzo de su evolución hacia el black metal.
2. A Blaze in the Northern Sky (1992) - Black Metal
Con A Blaze in the Northern Sky, Darkthrone realiza una de las transiciones más importantes en la historia del black metal. Este álbum marca su alejamiento del death metal hacia un sonido más crudo y directo, completamente inmerso en la atmósfera del black metal noruego. Las composiciones son más rápidas, más sucias y más abrasivas, con riffs distorsionados que evocan la atmósfera gélida y desolada del norte de Europa. La producción intencionalmente lo-fi y el uso de voces más rasgadas y ásperas definieron una estética que luego sería emulada por muchas bandas de la escena. Canciones como "Kathaarian Life Code" y "A Blaze in the Northern Sky" se convirtieron en himnos del black metal, no solo por su sonido, sino por la actitud nihilista y la atmósfera sombría que crearon. Este álbum es considerado un hito dentro del black metal, no solo por su estilo crudo, sino también por la manera en que Darkthrone consolidó las bases de lo que sería el black metal de la segunda ola. A Blaze in the Northern Sky es esencial para entender la evolución de Darkthrone y la transformación del black metal como un género completamente independiente.
3. Under a Funeral Moon (1993) - Black Metal
En Under a Funeral Moon, Darkthrone sigue profundizando en la oscuridad y la brutalidad de su sonido, con un álbum que se considera uno de los más representativos de la segunda ola del black metal. La atmósfera es aún más oscura y la producción más cruda que en A Blaze in the Northern Sky. Este trabajo está marcado por una sensación de desesperación y frialdad, características que definirían al black metal noruego en los años venideros. La apertura con "Funeral Moon" establece el tono del álbum, con guitarras rápidas y una batería imparable, acompañadas de la vocalización desgarradora de Fenriz y Nocturno Culto. A través de temas como "The Pagan Winter" y "Crossing the Triangle of Flames", Darkthrone da forma a un sonido aún más oscuro y atmosférico, mientras mantiene la esencia del black metal primitivo. Under a Funeral Moon es uno de esos álbumes que capturan la esencia del black metal en su forma más pura, sin adornos ni concesiones, un trabajo esencial para entender la evolución de la banda y la consolidación de Darkthrone como uno de los principales exponentes del género.
4. Transilvanian Hunger (1994) - Black Metal
Transilvanian Hunger es sin lugar a dudas uno de los álbumes más importantes del black metal, tanto por su influencia como por su enfoque minimalista y abrasivo. La producción es completamente lo-fi, lo que refuerza la atmósfera sucia y primitiva que caracteriza al disco. Las guitarras son frágiles pero intensas, la batería suena monótona y frenética, mientras que las voces de Nocturno Culto son cavernosas y agresivas. Con temas como "Transilvanian Hunger" y "A Blaze in the Northern Sky", Darkthrone marcó un hito con un enfoque más directo y menos ornamentado que en sus discos anteriores. Este álbum es emblemático no solo por su sonido, sino también por el mensaje que transmite: la desesperación y la lucha contra la opresión, temas recurrentes en el black metal. A pesar de su simplicidad, Transilvanian Hunger sigue siendo un punto de referencia para el black metal, influyendo en innumerables bandas que adoptaron su estilo directo y crudo. La atmósfera fría y desolada del álbum lo convierte en una de las obras más puras y genuinas del black metal noruego.
5. Panzerfaust (1995) - Black Metal
Panzerfaust continúa el camino iniciado por Darkthrone en Transilvanian Hunger, pero con un enfoque más maduro y, en cierto modo, más ambicioso. Aunque sigue siendo un álbum de black metal crudo y primitivo, Panzerfaust introduce una mayor variabilidad en la estructura de las canciones, lo que le da un toque más épico y expansivo. Canciones como "The Hordes of Nebulah" y "Triumphant Gleam" son más complejas en términos de ritmo y melodía, mientras que la producción sigue siendo fiel a la estética lo-fi del grupo. Panzerfaust es considerado uno de los discos más representativos de Darkthrone por su equilibrio entre la crudeza y la madurez compositiva. A través de este trabajo, Darkthrone refuerza su estatus como una de las bandas clave en la evolución del black metal noruego, ofreciendo una obra que, aunque fiel a sus raíces, comienza a incorporar una mayor experimentación sin sacrificar la oscuridad característica del género.
6. Total Death (1996) - Black Metal
Total Death es un álbum que sigue la línea de Panzerfaust, pero con una mayor simplificación en su estructura. La banda mantiene su enfoque en la atmósfera cruda y directa, pero el sonido parece estar aún más enfocado en la velocidad y la agresión. Aunque algunos consideran que el álbum no tiene el mismo nivel de complejidad o profundidad que sus predecesores, Total Death sigue siendo un paso importante en la evolución del sonido de Darkthrone, en especial por su enfoque en la pureza del black metal. Con temas como "The Death of a King" y "Black Victory", la banda no se aparta de su estilo característico, pero la simplificación de las canciones las hace más accesibles y directas. Este álbum, aunque a veces opacado por sus antecesores, es un trabajo sólido dentro de la discografía de Darkthrone.
7. The Cult Is Alive (2006) - Black Metal
En The Cult Is Alive, Darkthrone hace un giro hacia un sonido más moderno y crudo, pero con un enfoque de DIY (hazlo tú mismo) que remite a las primeras etapas de la banda. El álbum retoma el enfoque minimalista que había caracterizado a la banda en los 90, pero con un toque más experimental y directo. Con canciones como "The Cult Is Alive" y "Canadian Metal", la banda no solo rinde homenaje a las raíces del metal, sino que también introduce una actitud más irreverente y desafiadora. Este álbum marca el regreso de Darkthrone después de un largo período de silencio, y su estilo primitivo y agresivo reafirma su lugar como uno de los nombres fundamentales del black metal.
8. F.O.A.D. (2007) - Black Metal
En F.O.A.D., Darkthrone continúa explorando su sonido crudo y directo, pero con un enfoque aún más definido hacia lo minimalista. La producción es lo-fi, las composiciones son rápidas y agresivas, y las influencias del punk y el thrash se hacen más evidentes. Este álbum es una declaración de intenciones, una reafirmación del estilo que la banda había cultivado desde sus primeros días. Canciones como "F.O.A.D." y "Nuclear Deuce" capturan la esencia del black metal sin adornos, y la banda demuestra que aún pueden mantenerse fieles a sus raíces mientras exploran nuevas fronteras dentro del género.
9. Circle the Wagons (2010) - Black Metal
Circle the Wagons es un álbum que ve a Darkthrone adoptar un enfoque más contemporáneo dentro del black metal, sin perder sus características más clásicas. El álbum tiene una producción más limpia, y las composiciones muestran una mayor complejidad rítmica, sin sacrificar la atmósfera oscura y fría que caracteriza al grupo. Con canciones como "Circle the Wagons" y "The Wolfpack", el álbum muestra una evolución en el sonido de Darkthrone, pero sigue siendo una obra sólida dentro del género, manteniendo el equilibrio entre lo clásico y lo moderno.
10. Arctic Thunder (2016) - Black Metal
Arctic Thunder es un regreso a la crudeza de los primeros años de Darkthrone, pero con un enfoque más depurado. La producción es más limpia que en sus trabajos anteriores, pero el sonido sigue siendo crudo y directo. Este álbum tiene un aire nostálgico, recordando a los trabajos clásicos de la banda, pero con una madurez compositiva que lo hace aún más contundente. Con temas como "Tundra Leech" y "Arctic Thunder", la banda demuestra que sigue siendo una de las bandas más relevantes en la escena del black metal, manteniendo su legado mientras sigue explorando nuevas direcciones.
11. Old Star (2019) - Black Metal
Old Star es una muestra clara de la longevidad y la relevancia continua de Darkthrone en la escena del black metal. Con un enfoque más dinámico y melódico, este álbum refuerza la importancia de la banda dentro del género, sin perder las raíces que la definieron. Canciones como "The Hardship of the Scots" y "Old Star" destacan por su agresividad, pero también por su capacidad para mezclar la melancolía y la oscuridad del black metal clásico con elementos más complejos y maduros. Old Star se erige como una obra que captura perfectamente la esencia de Darkthrone mientras sigue evolucionando y dejando su huella en la escena del black metal moderno.
Influencia y legado dentro del género:
Darkthrone es una de las bandas fundacionales del black metal noruego y del género en general. Su enfoque crudo, auténtico y sin adornos ha sido un modelo a seguir para innumerables bandas de black metal a lo largo de los años. La evolución de su sonido, desde el death metal hacia un black metal más tradicional, fue clave en la creación de la segunda ola del black metal noruego. Su estética y actitud han sido determinantes, convirtiéndose en una referencia dentro de la escena underground y siendo admirados por su rechazo al comercialismo.
Burzum: el líder solitario
Burzum es otro de los grandes pilares del black metal noruego, aunque su carrera estuvo marcada por la controversia. Bajo el seudónimo de Varg Vikernes, el proyecto comenzó como un vehículo para canalizar las ideas filosóficas y personales de su creador. Su primer álbum, Burzum (1992), ya mostraba una dirección más atmosférica y sombría, muy alejada de la brutalidad de otras bandas de la escena. No obstante, fue en su segundo álbum, Filosofem (1996), donde Burzum alcanzó una mayor madurez artística. Con su enfoque melódico y experimental, Filosofem se convirtió en una obra fundamental del black metal, con temas como "Dunkelheit" y "Rundgang durch die transzendentale Säulenhalle" que conjuraban una atmósfera hipnótica, introspectiva y, a su vez, profundamente sombría.
Además de su indudable impacto sonoro, Burzum también jugó un papel destacado en la creación del "aura mística" que rodea al black metal noruego, con su combinación de elementos del ocultismo, la mitología nórdica y la idea de la soledad como una virtud. Sin embargo, la figura de Varg Vikernes también estuvo marcada por su encarcelamiento por el asesinato de Øystein "Euronymous" Aarseth, miembro de Mayhem, y sus posturas políticas extremistas, que lo convirtieron en un personaje tanto admirado como profundamente rechazado dentro y fuera de la comunidad metalera.
Formación y primeros pasos de la banda:
Burzum fue creado por Varg Vikernes en 1991 en Bergen, Noruega. Al principio, Burzum era un proyecto en solitario de Vikernes, quien tocaba todos los instrumentos y se encargaba de la producción. Su primer trabajo, Burzum (1992), ya mostraba su estilo particular de black metal, con un enfoque más atmosférico y experimental, destacando su uso de teclados y su sonido más melódico. El proyecto se consolidó tras el lanzamiento de Filosofem (1996), considerado uno de los discos más influyentes dentro del black metal.
Time Line de sus formaciones a lo largo de su historia:
- 1991: Burzum se forma bajo el liderazgo de Varg Vikernes, comenzando como un proyecto en solitario.
- 1992: Lanza su primer álbum homónimo, seguido por el influyente Aske (1993).
- 1994-1997: Durante estos años, Vikernes fue arrestado por el asesinato de Euronymous (de Mayhem), lo que detuvo la actividad de Burzum temporalmente.
- 1996: Filosofem es lanzado desde la prisión, presentando un enfoque más melódico y ambiental.
- 2009-Presente: Tras salir de prisión en 2009, Vikernes revive Burzum con varios lanzamientos, aunque su carrera sigue siendo controvertida por sus posturas políticas.
Discografía completa de estudio:
1. Burzum (1992) - Black Metal
El álbum debut de Burzum es una piedra angular del black metal, marcando el inicio de la carrera de Varg Vikernes bajo este seudónimo. Con una producción lo-fi y un enfoque minimalista, Burzum es crudo y oscuro, con un sonido que refleja la atmósfera desolada y la sensación de soledad que se convertirá en uno de los sellos distintivos del black metal noruego. La música está llena de riffs repetitivos y monótonos, con una atmósfera fría y casi hipnótica que captura la esencia del aislamiento. Las composiciones, como "Feeble Screams From Forests Unknown" y "War", muestran la capacidad de Vikernes para crear una atmósfera sombría sin la necesidad de complejidad técnica. Las voces rasgadas y el uso de teclados simples son parte integral de la atmósfera general. Este álbum se considera un pilar en el desarrollo del black metal, no solo por su sonido, sino también por la introducción de temas como el misticismo, la naturaleza y la soledad. A pesar de ser grabado con recursos limitados, Burzum logró capturar la esencia cruda y primitiva del género y estableció a Vikernes como una figura clave dentro de la escena del black metal noruego.
2. Aske (1993) - EP
Aske es un EP que sigue la estela del álbum debut, pero con un enfoque aún más sombrío y centrado en la atmósfera. Fue lanzado tras los eventos que llevaron al encarcelamiento de Vikernes por el asesinato de Øystein Aarseth (Euronymous de Mayhem), lo que añadió una capa de mito y controversia a la obra. Las canciones de Aske son en su mayoría largas, lentas y atmosféricas, con riffs que invitan a una reflexión introspectiva, alejándose del enfoque más frenético de otras bandas de la escena. La producción lo-fi es aún más evidente, creando una sensación de caos y desolación. "Aske" y "Dunkelheit" son piezas fundamentales en este EP, pues muestran cómo Vikernes comenzó a alejarse del black metal tradicional para abrazar una estética más experimental. A pesar de ser un trabajo relativamente corto, Aske capturó la esencia más melancólica y filosófica de Burzum, consolidando aún más la figura de Vikernes como un artista radical y solitario dentro del movimiento black metal. En este EP, Vikernes también empezó a mezclar sonidos más ambientales, lo cual se ampliaría en sus futuros trabajos.
3. Filosofem (1996) - Black Metal / Ambient
Filosofem es uno de los discos más influyentes de Burzum y uno de los puntos más altos de la carrera de Vikernes. Este álbum fusiona de manera única el black metal con elementos de música ambiental, creando una atmósfera introspectiva y casi meditativa. Aunque aún se mantienen las características del black metal primitivo, como los riffs repetitivos y las voces rasgadas, Filosofem es notablemente más melódico y atmosférico. Canciones como "Dunkelheit" y "Jesus' Tod" son ejemplos perfectos de cómo Vikernes pudo introducir una densidad emocional en su música sin sacrificar la esencia del black metal. La atmósfera de Filosofem es más etérea, gracias al uso destacado de teclados y una producción más limpia y rica en matices. El álbum es, al mismo tiempo, agresivo y bello, creando una sensación de desconcierto en el oyente. Además, es el primer trabajo en el que Vikernes se despoja casi por completo de la producción cruda y lo-fi que definió su debut, aunque todavía mantiene esa sensación de desolación y desesperanza. Filosofem es considerado uno de los álbumes más emblemáticos del black metal y uno de los más influyentes en la evolución del género, debido a su capacidad para fusionar agresividad y belleza en una atmósfera única.
4. Hliðskjálf (1999) - Ambient / Black Metal
Hliðskjálf representa un cambio significativo en la dirección musical de Burzum, marcando la transición hacia un enfoque más ambiental y experimental. A diferencia de sus trabajos anteriores, este álbum es en su mayoría ambiental, con elementos de black metal reducidos a un mínimo. Vikernes utiliza el teclado de manera predominante para crear paisajes sonoros de naturaleza mística y sombría, basándose en su fascinación por la mitología nórdica y las leyendas vikingas. La obra está influenciada por los ideales de introspección y conexión con el mundo natural, que Vikernes expresa a través de sus composiciones. Aunque Hliðskjálf no tiene la agresividad característica de Burzum en su etapa inicial, mantiene la atmósfera sombría y la sensación de aislamiento, lo que lo convierte en un trabajo representativo de la evolución de Vikernes hacia una música más abstracta. Los temas como "Lur" y "Hliðskjálf" exploran paisajes sonoros minimalistas que, aunque diferentes de su black metal primitivo, siguen siendo inquietantes y profundamente emotivos. Hliðskjálf es una obra de transición, donde se percibe una mayor madurez artística y un deseo de experimentar con nuevas formas musicales.
5. Belus (2010) - Black Metal
Tras una larga ausencia, Vikernes regresó con Belus, un álbum que marcó su retorno al black metal tradicional, pero con una notable evolución en su estilo. Belus es un trabajo más pulido en comparación con los primeros discos de Burzum, pero mantiene la atmósfera sombría y gélida que caracteriza al black metal. El álbum cuenta con una producción más clara, sin sacrificar la crudeza y la emoción del género. Las composiciones son más dinámicas, con riffs melódicos y estructuras más complejas que evocan un sentimiento épico y ancestral. Vikernes emplea una instrumentación más completa, añadiendo una mayor textura a sus composiciones sin perder la simplicidad que hizo célebres sus primeros trabajos. "Belus' Død" y "Kaimadalthas' Nedstigning" son ejemplos de cómo Vikernes pudo revitalizar su sonido, creando un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. Belus fue un regreso triunfal para Burzum, y aunque algunos de sus seguidores criticaron la producción más limpia, la obra fue generalmente bien recibida por su honestidad y su capacidad para capturar la atmósfera del black metal primitivo mientras exploraba nuevas direcciones sonoras.
6. Fallen (2011) - Black Metal
Fallen sigue la estela de Belus, pero con un enfoque más introspectivo y menos agresivo. Aunque mantiene las mismas influencias de black metal, Fallen se caracteriza por su mayor serenidad y enfoque ambiental. Las composiciones son más lentas y melódicas, pero con la misma sensación de desolación que ha definido a Burzum a lo largo de los años. Temas como "Jeg Faller" y "Valen" son más calmados, con riffs más ambientales y una producción más refinada. La atmósfera de Fallen es sombría pero no tan frenética como en los primeros discos de Burzum. La obra es un viaje emocional que evoca una sensación de reflexión, con una producción más madura que resalta las texturas sonoras y las composiciones minimalistas. Aunque no tiene la misma intensidad que los primeros trabajos, Fallen es una continuación exitosa de la visión de Vikernes de crear una música que explore lo oscuro y lo introspectivo, a través de un enfoque más relajado y experimental.
7. Sôl austan, Mâni vestan (2013) - Black Metal / Ambient
Este álbum marca otro giro en el sonido de Burzum, fusionando aún más el black metal con elementos ambientales y de música étnica. Sôl austan, Mâni vestan tiene una atmósfera profundamente meditativa, con influencias claras de la música vikinga y el folklore nórdico. La producción es más etérea, y las composiciones, aunque siguen siendo primitivas y ásperas, tienen una sensación más introspectiva. El álbum se caracteriza por su ambiente cálido y natural, mientras mantiene la sensación de soledad y la mística que ha definido el trabajo de Vikernes. Temas como "Galar" y "Decrepitude" presentan una estructura más repetitiva, pero con una carga emocional mucho mayor. A través de este álbum, Vikernes sigue experimentando con la creación de paisajes sonoros profundos, creando un balance entre el black metal melódico y los tonos más ambientales.
8. The Ways of Yore (2014) - Black Metal / Ambient
The Ways of Yore es otro trabajo que explora las texturas más ambientales y etéreas, sin abandonar completamente las raíces del black metal. La obra tiene una sensación de misterio y nostalgia, con un enfoque en las melodías largas y los paisajes sonoros que evocan la antigüedad y los mitos nórdicos. Las composiciones son extremadamente atmosféricas, y la producción sigue el mismo camino que Sôl austan, Mâni vestan, pero con un enfoque aún más acentuado en la experimentación sonora. Los temas de "From the Depths of Darkness" y "The Ways of Yore" presentan una exploración más profunda de la música ambiental y la conexión con la naturaleza, pero sin perder la identidad de Burzum como un pionero del black metal. La obra es una reflexión sobre el pasado y la identidad nórdica, y aunque menos agresiva que los primeros álbumes, mantiene la misma oscuridad y desolación.
Influencia y legado dentro del género:
Burzum es una de las figuras más influyentes y controvertidas del black metal noruego. La atmósfera melódica y sombría de Filosofem y Burzum influyó en muchas bandas de black metal posterior, especialmente en el black metal atmosférico y el post-black metal. A pesar de su aislamiento en prisión, Vikernes logró posicionar a Burzum como un pilar en la evolución del black metal, influyendo profundamente en el desarrollo de la atmósfera y la introspección dentro del género.
Emperor: la complejidad del black metal
Mientras que Darkthrone representaba la crudeza y la simplicidad del black metal, Emperor representaba su cara más técnica, ambiciosa y sofisticada. Fundada en 1991, fundada en 1991 Noruega, por Ihsahn (guitarra/voces), Samoth (guitarra), Tchort (bajo) y Faust (batería). La banda debutó con una propuesta técnica y melódica dentro del black metal, llevando el género hacia nuevas dimensiones con influencias de la música clásica y el metal progresivo. Su primer álbum, In the Nightside Eclipse (1994), es considerado uno de los discos más importantes dentro del black metal, marcando una ruptura con el sonido crudo y lo-fi de muchas bandas de la época.. Este enfoque innovador elevó a Emperor a la cima de la escena noruega, convirtiéndose en una de las bandas más influyentes y respetadas dentro y fuera del circuito del black metal.
A lo largo de su carrera, Emperor siguió empujando los límites del género, incorporando nuevos elementos sin perder la esencia visceral y fría del black metal. La banda no solo cambió el sonido del género, sino también su percepción, demostrando que el black metal podía ser tanto agresivo como intelectual, oscuro y refinado al mismo tiempo.
Time Line de sus formaciones a lo largo de su historia:
- 1991: Emperor se forma con Ihsahn y Samoth como miembros clave.
- 1994: Lanza In the Nightside Eclipse, álbum que definirá su sonido sinfónico y técnico.
- 1997: Anthems to the Welkin at Dusk continua su exploración hacia el uso de orquestaciones y estructuras más complejas.
- 2000: La banda se separa temporalmente, pero los miembros continúan sus proyectos en solitario y con otras bandas.
- 2006: Emperor se reagrupa para varios conciertos en vivo, incluyendo una actuación en el Wacken Open Air.
- 2017: Se realiza su última gira de despedida.
Discografía completa de estudio:
1. In the Nightside Eclipse (1994) - Black Metal / Sinfónico
In the Nightside Eclipse es un álbum revolucionario que marcó el surgimiento de Emperor como una de las bandas más influyentes dentro del black metal y, especialmente, dentro del black metal sinfónico. Con Ihsahn a la cabeza, la banda fusionó la agresividad del black metal tradicional con complejas composiciones sinfónicas, utilizando teclados y arreglos orquestales que elevaban la intensidad emocional del álbum. Este trabajo no solo es un hito en la historia del black metal, sino que también rompió las barreras entre el metal extremo y la música clásica, creando una atmósfera grandilocuente y épica. Los temas de In the Nightside Eclipse, como "I Am the Black Wizards" y "Cosmic Keys to My Creations & Times", son fundamentales para entender cómo Emperor incorporó capas de complejidad melódica en su música sin perder la agresividad y crudeza del black metal. La producción, aunque de calidad lo-fi como la mayoría del black metal de la época, es clara y permite que las composiciones sinfónicas se integren de manera armoniosa con los riffs y la batería, creando un sonido único. Este álbum marcó un antes y un después en el desarrollo del black metal, estableciendo a Emperor como una banda clave en la historia del género.
2. Anthems to the Welkin at Dusk (1997) - Black Metal / Sinfónico
Anthems to the Welkin at Dusk es la continuación del sonido épico y sinfónico de Emperor que se comenzó a forjar en su debut. El álbum no solo sigue la línea de In the Nightside Eclipse, sino que la lleva aún más lejos, con composiciones más complejas y una mayor diversidad de arreglos orquestales. Este trabajo refleja una evolución tanto en términos técnicos como artísticos, donde la banda comienza a incorporar más elementos progresivos y melodías más intrincadas. La introducción de teclados más sofisticados y la presencia de secciones más teatrales le da al álbum una atmósfera aún más grandiosa. Temas como "The Loss and Curse of Reverence" y "With Strength I Burn" son ejemplos perfectos de cómo Emperor combina la violencia del black metal con la belleza y la complejidad de la música clásica, creando una atmósfera inconfundible y única. La voz de Ihsahn es más profunda y poderosa en este álbum, y la banda consigue un equilibrio perfecto entre la brutalidad y la melancolía. Anthems to the Welkin at Dusk se ha convertido en un álbum fundamental dentro del black metal sinfónico y sigue siendo considerado uno de los mejores trabajos dentro del subgénero, consolidando a Emperor como una de las bandas más innovadoras y respetadas del metal extremo.
3. IX Equilibrium (2000) - Black Metal / Sinfónico
IX Equilibrium es un álbum que marca un cambio importante en el sonido de Emperor, en parte debido a la mayor complejidad de las composiciones y la producción más pulida. Aunque la esencia del black metal sinfónico sigue presente, IX Equilibrium tiene un enfoque más técnico y experimental. Este trabajo lleva la música de Emperor hacia territorios más progresivos, con cambios de tempo más elaborados y una mayor utilización de estructuras más complejas, tanto en términos de riffs como de arreglos orquestales. La producción también es más refinada que en los trabajos anteriores, lo que permite una mayor claridad y definición de cada elemento musical. Temas como "The Source of Icons" y "Depraved" reflejan la habilidad de Emperor para mezclar la agresividad característica del black metal con una elegancia sinfónica que a menudo recuerda a la música clásica. La banda también experimenta con una mayor complejidad en la estructura de las canciones, utilizando pasajes más largos y cambios de dinámica que crean una atmósfera épica. Aunque IX Equilibrium puede haber sido visto como una obra más accesible en comparación con sus anteriores, sigue siendo un hito en la carrera de Emperor, consolidando su posición como pioneros del black metal sinfónico y progresivo. El álbum muestra la madurez y la evolución de Emperor, quien continuó empujando los límites del género y redefiniendo lo que se podía hacer dentro del black metal.
Influencia y legado dentro del género:
Emperor es una de las bandas más influyentes del black metal, conocida por su sofisticación técnica y su enfoque sinfónico, fusionando el caos del black metal con la armonía de la música clásica. Su impacto fue clave en el desarrollo del black metal progresivo y atmosférico, influyendo en muchas bandas que seguirían su camino hacia la complejidad estructural y la experimentación con elementos orquestales y sinfónicos dentro del género.
Immortal: el black metal como energía vital
Con Immortal, el black metal adquirió una dimensión épica y vibrante. La banda, formada en 1990, se destacó por su enfoque más energético, épico y casi sobrehumano dentro del género. Con álbumes como At the Heart of Winter (1999), Immortal llevó el black metal a nuevas alturas, incorporando elementos más melódicos y heroicos sin perder la intensidad que caracteriza al género. El sonido de Immortal era rápido, agresivo, pero también grandilocuente, con una atmósfera que evocaba paisajes nórdicos helados, batallas mitológicas y el frío invernal.
La estética de Immortal era única en la escena del black metal, abrazando la figura de los "guerreros nórdicos" y el misticismo asociado con los paisajes desolados del norte de Europa. A lo largo de su carrera, la banda desarrolló un sonido característico que se convirtió en uno de los mayores referentes del black metal épico, inspirando a numerosas bandas de la siguiente generación. A pesar de sus cambios de formación a lo largo de los años, la marca de Immortal se mantuvo constante, consolidando su lugar como una de las bandas más queridas dentro del black metal.
Formación y primeros pasos de la banda:
Immortal se formó en 1990 en Bergen, Noruega, por Abbath (voz/guitarra), Demonaz (guitarra) y Horgh (batería). Inicialmente una banda de black metal crudo, Immortal se destacó rápidamente por su enfoque épico y energético. Su sonido evolucionó hacia una mezcla de melodías intensas y rápidas con atmósferas heladas, inspiradas en los paisajes nórdicos y el misticismo de la región. Su álbum At the Heart of Winter (1999) es considerado uno de sus mayores logros, consolidando a la banda como una de las más prominentes en la escena del black metal.
Timeline de sus formaciones a lo largo de su historia:
- 1990: Immortal se forma en Bergen, Noruega.
- 1993: Pure Holocaust establece su sonido épico y rápido.
- 1997: At the Heart of Winter marca un punto culminante en su carrera, con un sonido más melódico.
- 2002: Sons of Northern Darkness es un éxito crítico y comercial.
- 2003: La banda se separa temporalmente debido a disputas internas, pero se reagrupa más tarde.
- 2006-2009: La banda lanza All Shall Fall, su regreso a la actividad tras años de inactividad.
Discografía completa de estudio:
1. Diabolical Fullmoon Mysticism (1992) - Black Metal
Diabolical Fullmoon Mysticism es el álbum debut de Immortal y establece las bases de su sonido distintivo dentro del black metal noruego. Aunque el álbum sigue la tradición del black metal clásico de la época, la banda ya muestra sus primeros signos de su futuro estilo característico, que incorpora un enfoque más melódico y épico. Las guitarras son rápidas y las voces de Abbath tienen una cualidad desgarradora, pero la atmósfera que se crea es más sombría y fría, algo que se ampliará en sus próximos discos. La producción, aún lo-fi, transmite una sensación de desolación y oscuridad, con temas como "The Call of the Wintermoon" y "Inno a Satana" representando la esencia de la banda: una combinación de velocidad, agresividad y una atmósfera completamente invernal. Aunque Diabolical Fullmoon Mysticism no es tan refinado ni experimental como los álbumes posteriores, es un punto de partida crucial para Immortal y un excelente ejemplo de cómo la banda se insertó en la escena del black metal de los años 90. Este trabajo establece su tema recurrente: la belleza sombría de los paisajes nórdicos y la lucha mística contra las fuerzas de la naturaleza.
2. Pure Holocaust (1993) - Black Metal
En Pure Holocaust, Immortal comienza a perfeccionar su enfoque del black metal, incorporando una mayor agresividad y velocidad en su sonido. Este álbum es un referente de la pureza y crueza del black metal de la época, con una producción aún más cruda que en su debut, lo que refuerza su atmósfera sombría y gélida. Las composiciones, como "The Sun No Longer Rises" y "A Sign for the Norse Hordes to Ride", son rápidas y directas, con riffs que cortan el aire y voces desgarradoras que complementan la velocidad frenética de la batería. Sin embargo, Pure Holocaust también empieza a mostrar una inclinación hacia la creación de un paisaje sonoro más épico y expansivo, algo que se convertiría en su sello distintivo en los años siguientes. Este álbum captura a Immortal en su forma más agresiva, pero también más refinada, con la introducción de pasajes melódicos y un enfoque más estructurado en la composición. Aunque sigue siendo una obra del black metal tradicional, Pure Holocaust también marca el comienzo de la evolución hacia un sonido más grande, más monumental y más melódico que se desarrollaría en los siguientes trabajos.
3. At the Heart of Winter (1999) - Black Metal / Épico
Con At the Heart of Winter, Immortal da un paso significativo hacia un sonido más melódico y épico, que fusiona perfectamente el black metal con una atmósfera más grandilocuente. Este álbum marca un hito en la carrera de la banda, llevando su sonido más allá de la agresividad cruda de sus primeros trabajos y abrazando elementos más complejos y melódicos. Las canciones como "Withstand the Fall of Time" y "At the Heart of Winter" son perfectos ejemplos de cómo Immortal comienza a explorar el concepto de una "batalla épica" en su música, con riffs más lentos, melodías que evocan paisajes nórdicos y un sentido de majestad que se mezcla con la oscuridad. La producción más pulida permite que las guitarras y los teclados se fusionen, creando una atmósfera invernal y mística, mientras que las voces de Abbath siguen siendo ásperas pero ahora con un tono más melódico. Este álbum no solo marcó la consolidación de Immortal como una de las bandas clave del black metal, sino también la apertura de nuevos territorios dentro del género, al incorporar un enfoque más cinematográfico y épico a sus composiciones. At the Heart of Winter es esencial para entender la evolución de Immortal y su influencia en la posterior ola de black metal épico.
4. Sons of Northern Darkness (2002) - Black Metal / Épico
Sons of Northern Darkness es el regreso triunfal de Immortal después de un largo período de silencio y se considera uno de los puntos más altos de su carrera. Este álbum combina todo lo que la banda ha hecho hasta el momento, fusionando la intensidad del black metal clásico con la grandeza y la majestuosidad de la música épica. El tema central del álbum sigue siendo la mitología nórdica, con canciones como "One by One" y "Sons of Northern Darkness" que evocan una sensación de lucha constante contra las fuerzas de la naturaleza, con la frialdad del invierno como telón de fondo. La producción es más robusta que en trabajos anteriores, lo que le permite a Immortal crear una atmósfera más grandiosa y poderosa sin sacrificar su identidad del black metal. El álbum se caracteriza por riffs densos y veloces, pero también por pasajes melódicos más expansivos, lo que lo convierte en una de las obras más completas de Immortal. Sons of Northern Darkness consolidó aún más su estatus como una de las bandas más importantes del black metal, mostrando una madurez en la composición y una capacidad para combinar lo mejor de la agresividad con lo melódico y épico. Este álbum no solo es una obra maestra del black metal, sino también una de las piezas más representativas de la escena nórdica.
5. All Shall Fall (2009) - Black Metal / Épico
All Shall Fall es el esperado regreso de Immortal después de un largo descanso, y es una obra que muestra la madurez de la banda, tanto en términos de composición como de producción. Este álbum es una culminación de todo lo que Immortal ha construido a lo largo de los años, fusionando la agresividad y la rapidez del black metal con una atmósfera épica y monumental que recuerda a su álbum más emblemático, At the Heart of Winter. Canciones como "All Shall Fall" y "Hordes to War" son ejemplos perfectos de cómo Immortal ha logrado crear un sonido grandioso y lleno de energía, con riffs poderosos, melodías melancólicas y una producción nítida que permite que cada instrumento se destaque. Aunque el álbum mantiene la esencia del black metal clásico, hay un toque de madurez en la forma en que la banda maneja las dinámicas de las canciones, haciendo que cada tema se sienta más completo y cohesionado. La atmósfera es épica y épicamente gélida, con un enfoque renovado en la construcción de paisajes sonoros que evocan batallas mitológicas y paisajes invernales. All Shall Fall no solo reafirma el legado de Immortal como una de las bandas más influyentes del black metal, sino que también muestra su habilidad para adaptarse a los cambios sin perder su identidad. Este álbum es un testamento a la longevidad y relevancia de la banda dentro de la escena del metal extremo.
Influencia y legado dentro del género:
Immortal es conocido por su estilo distintivo de black metal épico, centrado en la mitología nórdica, las batallas y el frío polar. Su influencia se extiende a bandas de black metal melódico y a aquellos que buscan evocar paisajes nórdicos y mitológicos. El estilo de Immortal ha sido crucial para consolidar el black metal como un género no solo de agresión y desesperación, sino también de grandiosidad épica, llevando la música más allá de lo puramente agresivo hacia un paisaje sonoro lleno de dramatismo y poesía visual.
La escena noruega: de la oscuridad a la fama mundial
1) Contexto y punto de partida (1990–1993)
A comienzos de los 90, un pequeño núcleo de músicos y fanzineros en Oslo, Bergen y Telemark convirtió un conjunto de intuiciones estéticas —lo-fi deliberado, disonancias crudas, tempos fulminantes y voces aceradas— en una ética artística. El local Helvete («infierno»), la tienda y cuasi-cuartel de Øystein «Euronymous» Aarseth en Oslo (junio de 1991), articuló esa sociabilidad: allí se intercambiaban cintas, se trazaban manifiestos de autenticidad y se definía el “nosotros” frente al resto del metal mundial. Helvete (hoy Neseblod) se transformó con los años en archivo y lugar de peregrinación, prueba de cómo un sótano de discos puede catalizar una escena internacional.
La narrativa pública de aquel arranque quedó marcada por la violencia: incendios de iglesias —con el caso emblemático de Fantoft (6-06-1992)—, profanaciones y el asesinato de Euronymous (1993). El libro Lords of Chaos fijó —no sin polémica— ese relato de crimen + música, exportándolo a un público mucho más amplio del que alcanzaban los fanzines de la época.
2) Un sonido, una estética, una ética
La estética «corpselike» (corpse-paint) —blanco mortecino y ojos ennegrecidos— no fue simple shock-rock: funcionó como signo de diferencia y “deshumanización” artística frente al metal mainstream; Per «Dead» Ohlin, de Mayhem, es señalado por coetáneos como quien cristalizó su sentido literal (parecer un cadáver, no un personaje glam). La iconografía helada (bosques, nieve, ruinas, tipografías filosas) reforzó el imaginario noruego de “naturaleza sublime + misantropía”.
En el plano sonoro, el “frío” noruego tuvo en Grieghallen (Bergen) y el productor Eirik «Pytten» Hundvin una cámara ideal: allí se registraron hitos de Mayhem, Burzum, Emperor o Immortal, con mezcla áspera, reverb cavernosa y planos instrumentales que privilegiaban atmósfera sobre pulido técnico. Esa decisión fue estética y ética: distancia respecto al virtuosismo heavy y a la compresión brillante del metal noventero.
3) Infraestructura y redes: del tape-trading al «canon»
La escena no se entiende sin la economía informal del fanzine. Slayer Mag, de Jon «Metalion» Kristiansen, documentó desde 1985 la transición death→black y fijó genealogías, entrevistas y criterios de autenticidad que aún hoy se citan como fuentes primarias. Esa red mediática (cintas, cartas, flyers) permitió que un puñado de bandas en Noruega influyera en Suecia, Finlandia, Grecia o EE. UU. antes de que existieran las plataformas digitales.
4) Álbumes-bisagra y cristalización del “segundo asalto”
Entre 1992 y 1994 aparecen obras que definen la «segunda ola» del black:
— Darkthrone – A Blaze in the Northern Sky (1992): giro consciente desde el death metal hacia un minimalismo helado y repetitivo; inicia una trilogía (con Under a Funeral Moon y Transilvanian Hunger) que codifica timbre, estructura y actitud.
— Mayhem – De Mysteriis Dom Sathanas (1994): concebido entre tragedias (suicidio de Dead, asesinato de Euronymous), se publica con producción de Pytten; su estatuto de clásico es hoy incuestionable.
— Emperor – In the Nightside Eclipse (1994): incorpora teclados y orquestaciones como arquitectura, expandiendo el espectro hacia lo sinfónico sin perder fiereza; su impacto crítica/escena fue inmediato y duradero.
— Immortal – At the Heart of Winter (1999): con producción de Peter Tägtgren en Abyss, afila el riffing hacia un cruce black/thrash y lleva el “paisaje ártico” de Immortal a su formulación más épica.
5) De escándalo mediático a icono cultural (1995–hoy)
El tratamiento de la prensa internacional a mediados de los 90 convirtió la “leyenda negra” en fenómeno global. Con el tiempo, Noruega pasó de la criminalización a la patrimonialización: Rockheim (museo nacional de música popular) ha albergado exposiciones monográficas sobre el black metal y su “emocionalidad sonora”, institucionalizando un capítulo que nació contra la institución. En paralelo, el sótano de Helvete hoy opera como museo/archivo informal (Neseblod), síntoma de cómo la memoria de escena se museifica sin perder magnetismo subcultural.
6) Filosofía de escena: transgresión, autenticidad, comunidad
La sociología del metal extremo subraya que “transgresión” y “autenticidad” son vectores centrales, pero siempre negociados colectivamente: la escena delimita fronteras (qué es “true”, qué no), a la vez que ofrece comunidad y ritual. En Noruega, ese juego se cruzó con debates de identidad nacional (paisaje, romanticismo, paganismo) y con polémicas —racismo, violencia— que hoy se discuten críticamente desde la academia y el periodismo especializado. El resultado es un campo donde coexisten tradición, revisión y mutación.
7) Estela y mutaciones en el siglo XXI
Lejos de agotarse, el “ADN noruego” se ha reconfigurado en múltiples vectores:
- Sinfónico/majestuoso: la huella de Nightside legitima el diálogo con lo coral/orquestal a escala global.
- Black/thrash y black ‘n’ roll: la senda de Immortal, Satyricon o Darkthrone abre una cintura rítmica exportable a audiencias más amplias sin diluir la aspereza.
- Normalización cultural: del estigma a la vitrina —museos, retrospectivas, reportajes mainstream— sin perder la pulsión de “underground”: un equilibrio inestable que explica su vigencia.
El black metal noruego pasó del sótano a la portada sin renunciar a su núcleo estético: frialdad, ferocidad y aura de irreductibilidad. Su historia combina ética de medios mínimos, redes DIY y una iconografía que convirtió el paisaje en sonido. La leyenda —alimentada por la violencia y el sensacionalismo— fue la puerta de entrada; el canon discográfico, la estética y la capacidad de mutación explican su permanencia: de Darkthrone a Emperor e Immortal, el “sonido Noruega” sigue marcando el compás del extremismo musical en el siglo XXI.
Playlist de 25 cortes esenciales —7 de Darkthrone, 6 de Burzum, 6 de Emperor y 6 de Immortal—
Darkthrone — “In the Shadow of the Horns” (A Blaze in the Northern Sky, 1992)
Este tema es uno de los pilares fundacionales del black metal noruego. La guitarra abre con un motivo helado y obsesivo que, sin recurrir a virtuosismo, establece una estética de crudeza consciente: riffs repetitivos, producción cavernosa y una voz que suena a invocación más que a canto. La estructura, aparentemente sencilla, está llena de pequeños desplazamientos rítmicos y cambios de atmósfera que definen el sello de Darkthrone en su transición desde el death crudo hacia el black gélido. “In the Shadow of the Horns” ha sido ampliamente citado por la crítica por su poder de síntesis: el riff central podría sonar minimalista, pero funciona como matriz de un lenguaje. La batería, con caja seca y platillos escalofriantes, evita cualquier extravío técnico para fijar una marcha inexorable. A nivel histórico, su influencia fue descomunal: demostró que el “menos es más” podía convertirse en una poética total, marcando a toda una generación de bandas.
Darkthrone — “Kathaarian Life Code” (A Blaze in the Northern Sky, 1992)
La apertura del disco es una declaración de principios: una introducción lúgubre que desemboca en un ataque sostenido de riffs ásperos, tempos arrastrados y voces espectrales. “Kathaarian Life Code” expone el “código” estético que Darkthrone impondría a la década: atmósfera sobre técnica, clímax por reiteración, reverberaciones que no embellecen sino que ennegrecen. La crítica suele subrayar lo cinematográfico del corte: cada pasaje sugiere un paisaje nocturno, una liturgia. El éxito de culto ha sido enorme porque en este tema se entiende el giro doctrinal del grupo. La producción deliberadamente lo-fi, lejos de ser un defecto, convierte a la distorsión en un instrumento expresivo adicional. Históricamente, consolidó la noción de “negatividad sonora” como estética: no hay luz al final del túnel; solo capas de sombra que se suceden con lógica inexorable.
Darkthrone — “A Blaze in the Northern Sky” (A Blaze in the Northern Sky, 1992)
El tema homónimo condensa la mitología del “cielo del norte” como espacio simbólico del black metal. Melódicamente, los motivos son escuetos, pero la interpretación los vuelve iconográficos: cada acorde suena a sentencia. La crítica lo celebró por su audacia: no intenta “superar” al death metal en velocidad o técnica, sino que lo sortea con una estética de vacío polar. Su recepción popular creció con los años, convirtiéndose en puerta de entrada a la discografía de la banda. El valor histórico está en la fijación de un clima: riffs de una sola línea, voces que resuenan como un conjuro, batería sin ornamento, y todo ello en una producción que rehúye la pulcritud por principio. La canción ayudó a cimentar la noción de “second wave” como ruptura cultural, no solo estilística. Pocas piezas explican tanto, en tan poco, el manifiesto Darkthrone.
Darkthrone — “Transilvanian Hunger” (Transilvanian Hunger, 1994)
Probablemente el mantra supremo del minimalismo black. Cuatro acordes, una velocidad constante casi hipnótica y un timbre de guitarra serrado forman un bucle que, lejos de agotarse, produce trance. La crítica lo ha descrito como “ascético” y “monolítico”: renuncia a la dinámica convencional para abrazar una experiencia ritual. Popularmente se convirtió en emblema del “true Norwegian black metal”, con el eslogan del libreto elevando su aura. Históricamente, su importancia radica en demostrar que la repetición puede ser una forma de intensidad: el riff no progresa, se clava. La batería como metrónomo febril y la voz como cuchillo helado completan la fórmula. Su influencia ha sido gigantesca, desde la ortodoxia raw hasta derivaciones más atmosféricas que entendieron aquí el poder de la insistencia.
Darkthrone — “Skald av Satans Sol” (Transilvanian Hunger, 1994)
Otro hito del periodo “hipnótico” del dúo. El riff principal, de intervalos mínimos, se estira hasta volverse paisaje. La crítica valora su cualidad de “poema rúnico” eléctrico: no narra, evoca. Popularmente, ha ganado estatus de tema de culto por su capacidad de suspender el tiempo; es música que “ocupa” la habitación, no solo suena en ella. Históricamente, consolida el giro lírico-ritual: la figura del “skald” recontextualizada en clave blasfema. En la práctica, fue escuela para cientos de bandas que entendieron que el black podía ser menos teatral y más ensimismado, casi místico en su negación de adornos. El sonido de guitarra, filoso y seco, es una lección de ecualización anti-rock: medios punzantes, graves escasos, y una sutil modulación que mantiene el hilo de tensión.
Darkthrone — “Quintessence” (Panzerfaust, 1995)
Con “Quintessence” Darkthrone muestra su veta más marcial: riffs pesados, tempo medio, latido casi doom que se impone como marcha. La crítica lo suele destacar por su “peso” conceptual: tras el hipnotismo de 1994, llega la contundencia hierática. Popularmente, es uno de los cortes más citados de Panzerfaust por su poder ceremonioso y ese estribillo que parece esculpido en piedra. Históricamente, exhibe la elasticidad del lenguaje: el black no es solo velocidad; también puede ser sepulcral. Detalle importante: la producción es cruda pero da espacio al golpe de caja y a la resonancia áspera de la guitarra, creando una tridimensionalidad tosca pero efectiva. Sirvió de puente para oyentes de thrash/doom que encontraban aquí un punto de entrada a la estética noruega.
Darkthrone — “En ås i dæmring” (Total Death, 1996)
Tema menos obvio para el gran público, pero valorado por la crítica por su atmósfera crepuscular: melodías más insinuadas, un fraseo que abre la puerta a un lirismo tundral sin abandonar la aspereza. Históricamente, es significativo porque documenta una fase de maduración: la banda no cambia de dogma, pero lo “respira” diferente. Popularmente, es corte de culto entre quienes ven en Total Death un disco de transición con joyas escondidas. La mezcla deja entrever capas que, sin convertirse en sinfonismo, amplían el campo armónico. Es importante en la historia del género porque normaliza la idea de que la crudeza puede convivir con una cierta sensibilidad melódica sin “traicionar” la ortodoxia.
Burzum — “Dunkelheit” (Filosofem, 1996)
Uno de los himnos más reconocibles del black atmosférico. El motivo de sinte/guitarra se repite como un faro en niebla, mientras la voz se funde con la mezcla como entidad espectral. La crítica lo elevó por convertir la pobreza de medios en riqueza sensorial: distorsión como bruma, repetición como trance. Popularmente, fue puerta de entrada a Burzum para oyentes no iniciados, y su videoclip, sombrío y minimal, multiplicó la iconografía. Históricamente, su peso es enorme: definió una vertiente contemplativa del black que influiría tanto en el ambient extremo como en el post-black. “Dunkelheit” no busca clímax; busca inmersión. Su “éxito” es haber demostrado que lo atmosférico no es sinónimo de dulcificación, sino de otra forma de dureza: la del tiempo detenido.
Burzum — “Jesu død” (Filosofem, 1996)
Más agresiva que “Dunkelheit”, pero igual de envolvente, “Jesu død” articula riffs que funcionan como oleajes densos. La crítica destacó su cualidad “granular”: parece que cada partícula de sonido araña. Popularmente, es uno de los cortes más celebrados del disco por su equilibrio entre violencia y suspensión. Históricamente, muestra la tesis central de Filosofem: la distorsión como paisaje y la voz como textura, no como protagonista. La batería programada/monótona (según versiones) añade una capa de deshumanización que potencia el efecto narcótico. Su importancia reside en que legitimó el uso del medio-tempo y del loop extendido en un contexto black, abriendo senda a una sensibilidad más abstracta sin perder sombra ni filo.
Burzum — “Det som en gang var” (Det som engang var, 1993)
Aquí aparece una de las melodías más icónicas de Burzum, una línea que parece excavada en roca. La crítica lo aplaude por su sentido épico “subterráneo”: no hay grandilocuencia, pero sí destino. Popularmente, se convirtió en favorito por su motivo inolvidable y su cualidad narrativa: uno siente que avanza por cámaras de piedra. Históricamente, consolida la alianza entre repetición y épica contenida que luego explotará en Filosofem. La producción, cruda y a veces desbalanceada, es parte del encanto: el black como registro arqueológico de un estado mental. La estructura no ofrece sorpresas, y justo por eso construye una lógica interna férrea. Su legado se oye en incontables proyectos de black atmosférico y dungeon synth.
Burzum — “Feeble Screams from Forests Unknown” (Burzum, 1992)
Del debut, este corte captura la fase más feroz y primaria del proyecto. Riffs serrados, batería en ráfagas y una voz que parece llegar desde otro plano. La crítica lo valora por su inmediatez brutal: no hay barniz, solo impulso. Popularmente, se mantiene como favorito entre quienes prefieren el Burzum más directo. Históricamente, muestra el puente entre el death/black primigenio y la abstracción posterior: la semilla del trance ya está en la insistencia rítmica. La mezcla, áspera hasta la incomodidad, es esencial para entender el ethos del momento: convertir limitaciones en estética. Su importancia reside en cómo ayuda a cartografiar la evolución del black noruego entre 1991 y 1993.
Burzum — “Key to the Gate” (Det som engang var, 1993)
Más trepidante, con un motivo que se clava como una runa. La crítica subraya su filo melódico sin concesiones: no hay ganchos “amables”, hay fórmulas mnemotécnicas de sombra. Popularmente, es pieza recurrente en discusiones de favoritos por su energía y su esqueleto melódico memorable. Históricamente, aporta al canon el concepto de “portal”: pasajes que no resuelven, sino que abren. Su influencia se percibe en bandas que, años después, apostaron por el black hipnótico con mayor agresividad rítmica. El timbre de guitarra, delgado y cortante, es casi un manifiesto: la calidez está prohibida; el frío manda.
Burzum — “Tomhet” (Hvis lyset tar oss, 1994)
Corte íntegramente ambiental que, sin guitarras, definió una sensibilidad enorme en el black y más allá. La crítica lo celebró como revelación: el minimalismo electrónico podía ser tan inhóspito como un muro de Marshalls. Popularmente, se volvió pieza de culto, citada por músicos de ambient, post-black y videojuegos por su poder inmersivo. Históricamente, legitima la convivencia entre black y ambient en un mismo discurso, y anticipa líneas estéticas que más tarde serían ubicuas en el underground. Su importancia radica en demostrar que el “negro” puede ser silencio, eco y latido lento. No es un interludio: es una caverna.
Emperor — “I Am the Black Wizards” (In the Nightside Eclipse, 1994)
Posiblemente el estandarte del sinfonismo extremo. La crítica lo encumbró por su arquitectura: riffs ciclónicos, teclados que no adornan sino que homogeneizan la tormenta, y una voz que declama con autoridad arcana. Popularmente, es el himno que muchos asocian de inmediato a Emperor. Históricamente, inauguró un paradigma: el black podía ser grandioso sin perder ferocidad. La producción, aunque cruda, deja espacio a las capas; cada retorno del motivo principal es un acto de soberanía estética. Su legado es ubicuo en el sinfónico posterior: desde la orquestación como “atmósfera portante” hasta la dramaturgia de los cambios de tempo. Aquí, todo suena a catedral en ruinas.
Emperor — “Inno a Satana” (In the Nightside Eclipse, 1994)
Cierre monumental que acuña la idea de “himno” black sin caer en lo épico hollywoodiense. La crítica lo ha visto como rito de clausura: melodías ascendentes, coros espectrales, percusión que se ensancha. Popularmente, es una de las piezas más coreadas y recordadas del género. Históricamente, fija el modelo de final apoteósico que luego replicarán innumerables bandas sinfónicas. La conjunción de guitarras con los teclados crea una verticalidad sonora que trasciende el lo-fi típico: aquí hay diseño, intención y cálculo dramático. Su importancia está en enseñar que el black puede levantar “arquitectura” sin sacrificar la oscuridad.
Emperor — “Into the Infinity of Thoughts” (In the Nightside Eclipse, 1994)
La obertura del álbum es una lección de world-building. La crítica la celebra por cómo establece mapa y reglas: modulaciones rápidas, tensión permanente, teclados que pintan el cielo nocturno. Popularmente, muchos la consideran puerta de entrada a Emperor por su narrativa clara dentro del caos. Históricamente, consagra el sinfonismo como dispositivo estructural, no como adorno. La batería articula cambios con precisión quirúrgica, y las guitarras, aunque afiladas, sostienen líneas melódicas que apuntan a una musicalidad superior dentro del canon black. Es clave para entender la profesionalización compositiva que este subestilo aportó a mediados de los 90.
Emperor — “Thus Spake the Nightspirit” (Anthems to the Welkin at Dusk, 1997)
Con un sonido más nítido, Emperor eleva la complejidad sin perder mística. La crítica lo considera una de las cumbres del sinfónico por su equilibrio entre técnica, teatralidad y oscuridad. Popularmente, es uno de los cortes más citados del disco por su estribillo magnético y su sensación de vuelo nocturno. Históricamente, marca el momento en que el sinfonismo del black noruego alcanza una madurez que influirá en toda Europa. La guitarra conduce melodías que se enroscan con los teclados, y la batería, precisa, permite respirar al entramado armónico. Es un estándar para juzgar producción y arreglos en el subgénero.
Emperor — “Ye Entrancemperium” (Anthems to the Welkin at Dusk, 1997)
Más agresiva y ceremonial, esta pieza destaca por su escritura rítmica y su sensación de portal. La crítica la subraya por el diseño de clímax: cada retorno al motivo central suma altura. Popularmente, es favorita por su poder de trance y la contundencia de sus acentos. Históricamente, refuerza la idea de Emperor como arquitectos: construir, derribar, reconstruir. La producción ya no es cavernosa; es un palacio oscuro donde todo ocupa su lugar. La pieza terminó de codificar un estándar de excelencia que sería aspiracional para el sinfónico internacional en adelante.
Emperor — “Alsvartr (The Oath)” → “Ye Entrancemperium” (Anthems…, 1997)
La secuencia se suele escuchar como díptico: juramento y entrada. La crítica aprecia cómo el preludio establece un clima de fatalismo poético que el tema siguiente convierte en acto. Popularmente, muchos fans citan esta continuación como experiencia imprescindible del álbum. Históricamente, es importante porque formaliza la dramaturgia en el black: no solo canciones, sino escenas. El diseño tímbrico de teclados y las progresiones armónicas dan al conjunto una dimensión épica sin caer en lo “cinemático” fácil. Es prueba de que el black podía pensar en macroformas, no solo en riffs.
Emperor — “With Strength I Burn” (Anthems…, 1997)
Una de las cimas emocionales del catálogo. La crítica resalta su lirismo encendido y su estructura que asciende sin prisa hacia una coda catártica. Popularmente, es corte de referencia para quienes buscan pathos sin perder aspereza. Históricamente, ensancha el margen expresivo del black noruego: intensidad no es solo velocidad, también es combustión interna. Los teclados funcionan como brasas, la voz como aliento ritual, y las guitarras trenzan una melodía que, por momentos, roza lo trágico. Tema clave para entender el alcance estético del sinfónico.
Immortal — “Blashyrkh (Mighty Ravendark)” (Battles in the North, 1995)
Himno absoluto del universo Blashyrkh, la mitología propia de Immortal. La crítica lo ha descrito como épica glacial: riffs galopantes que pintan llanuras heladas, voces que proclaman y una batería que impulsa el viaje. Popularmente, es el tema-firma de la banda, celebrado en directo por su poder imaginativo. Históricamente, consolidó el “fantasy frost” como estética autónoma: no satanismo, sino reinos de hielo. La producción, afilada y un punto caótica, potencia la sensación de ventisca. Su importancia radica en demostrar que el black podía ser mitopoyético sin volverse sinfónico; pura guitarra, pura velocidad, puro paisaje.
Immortal — “At the Heart of Winter” (At the Heart of Winter, 1999)
Cambio de era sonora: producción más nítida, riffs con aroma thrash y estructura amplia. La crítica lo considera una obra maestra por su combinación de musculatura y atmósfera. Popularmente, abrió Immortal a oyentes de otros subgéneros por su claridad y gancho rítmico. Históricamente, mostró que el black podía dialogar con el metal clásico sin perder identidad. Los riffs, enormes y memorables, y la batería, con groove contundente, hacen del tema una marcha imperial. Fue clave en el reposicionamiento de la banda a finales de los 90.
Immortal — “The Sun No Longer Rises” (Pure Holocaust, 1993)
Velocidad implacable, riffs cortantes y una sensación de carrera por la tundra. La crítica lo valora como ejemplo del asalto ininterrumpido que definió a Immortal en sus comienzos. Popularmente, es corte esencial por su pegada inmediata. Históricamente, ayudó a estandarizar una vía “bélica” dentro del black: menos ritual y más ofensiva. La producción, aguda y comprimida, favorece la claridad del picking a alta velocidad. Es referencia para entender la transición del caos lo-fi a un ataque más definido y técnico sin abandonar la frialdad estética.
Immortal — “Tyrants” (Sons of Northern Darkness, 2002)
Peso, mid-tempo y autoridad. La crítica lo destaca por su contundencia rítmica y su estribillo colosal. Popularmente, es uno de los temas más coreados del catálogo moderno de la banda. Históricamente, ratifica que Immortal dominó también la épica a medio tempo, asentando un puente entre black, thrash y un cierto clasicismo metálico. La producción cristalina deja brillar la arquitectura de guitarras y la batería golpea con precisión marcial. Es un estándar para medir la fase madura del grupo y su influencia en escenas posteriores.
Immortal — “One by One” (Sons of Northern Darkness, 2002)
Pura energía cinética. La crítica lo elogia por su eficacia inmediata: riff principal inolvidable, estrofas que empujan y un estribillo que arrasa. Popularmente, se convirtió en favorito por su potencia de directo y su capacidad para encender al público. Históricamente, muestra el black “musculado” de los 2000: producción potente, ejecución precisa y la imaginería gélida intacta. El corte consolidó a Immortal como referencia para bandas que deseaban combinar velocidad con claridad compositiva. Cierra la playlist como recordatorio de que el género no quedó congelado en 1994; evolucionó sin perder su médula helada.
Influencia y legado de Darkthrone, Burzum, Emperor e Immortal
Panorama
El «segundo oleaje» noruego de black metal (1992–1997) cristaliza un léxico sonoro, visual y discursivo que se volverá estándar mundial. Cuatro vértices —Darkthrone, Burzum, Emperor e Immortal— fijan gramáticas distintas pero complementarias: crudeza minimalista, trance atmosférico, sinfonismo post-extremo y épica glacial. Su legado rebasa lo musical: define estética (corpsepaint, portadas de alto contraste, tipografías góticas), modos de producción (bajos presupuestos, estudio “de culto”, mezcla seca/reverberante) y una ética de oposición al mainstream.
Nota editorial: el periodo incluye delitos reales (p. ej., quema de iglesias, violencia) y posturas ideológicas reprobables. La valoración aquí es histórica y crítica, no apologética.
Ejes transversales de legado
Producción y sonido: guitarras de alta ganancia con definición media, tremolo-picking constante, batería con blast/ skank beat, voces ásperas muy adelantadas o sumergidas según banda; uso de salas/placas que crean «espacio frío». El Grieghallen (prod. Pytten) y el Abyss (Peter Tägtgren) quedan asociados a la estética.Composición y forma: del riff-mantra circular (hipnótico) a la suite con modulaciones y contra-melodías; tensión entre crudo/lo-fi y ambición estructural.Iconografía y escena: imagen ritualizada, fotografías monocromas, mitologías propias (bosques, invierno, ruinas), fanzines y redes de cinta; internacionalización vía sellos europeos.Derivaciones: atmospheric BM, DSBM, symphonic BM, black-thrash/black ’n’ roll, y la corriente «post-black/blackgaze».
Aportaciones por banda
Darkthrone — el canon “raw” minimalista
- Claves: A Blaze in the Northern Sky (1992), Under a Funeral Moon (1993), Transilvanian Hunger (1994).
- Aporte: reducción al esqueleto: riffs en modo eólico/frygio, estructuras cíclicas, producción deliberadamente áspera; plantillas de tempo medio-rápido que se vuelven modelo del «true Norwegian black metal».
- Legado: estándar de crudeza y autonomía (do-it-yourself); más tarde, su giro hacia el black-punk/’n’ roll abre otra vía de hibridación.
Burzum — el trance atmosférico (música vs. autor)
- Claves: Hvis lyset tar oss (1994), Filosofem (1996).
- Aporte: repetición hipnótica, armonías estáticas, guitarras como «niebla» textural, sintetizadores austeros; proto-ambient black.
- Legado: base de atmospheric/ambient BM y del «viaje interior» del género.
- Caveat: separar la innovación musical de los crímenes e ideología del autor; el tratamiento crítico es ineludible en cualquier historia del género.
Emperor — el sinfonismo y la complejidad
- Claves: In the Nightside Eclipse (1994), Anthems to the Welkin at Dusk (1997).
- Aporte: orquestación con teclados como capa estructural (no mero colchón), contrapunto de guitarras, modulaciones, métrica flexible; mezcla más «noble» sin perder agresión.
- Legado: legitimación del black metal como «arte compositivo» complejo; genera una línea que llevará a Dimmu Borgir, Limbonic Art y numerosas escuelas sinfónicas.
Immortal — la épica gélida y el músculo rítmico
- Claves: Pure Holocaust (1993), Battles in the North (1995), At the Heart of Winter (1999), Sons of Northern Darkness (2002).
- Aporte: imaginería propia (Blashyrkh) y una síntesis de feroz velocidad con riffs claros y memorables; a partir de 1999, mayor precisión técnica y guiños thrash/heavy sin perder frialdad.
- Legado: modelo de tightness rítmica y escena en directo; su narrativa mitopoética influye en el black épico contemporáneo.
Impacto en la cadena cultural
- Estudios y técnicas: el «sello Grieghallen» (ambiente cavernoso, voces espectrales) y la escuela Abyss (definición y pegada) se vuelven referentes; proliferan home-studios que persiguen lo lo-fi como estética no como carencia.
- Ecosistema industrial: sellos indie europeos profesionalizan la distribución de un nicho radical; reediciones, boxsets y remasterizaciones convierten catálogos en patrimonio.
- Expansión geográfica: Escandinavia → Europa central y del Este → EE. UU./LatAm (cenas Cascadia y Patagonia como ejemplos de apropiación paisajística).
- Hibridaciones actuales: blackgaze y post-black (colisiones con shoegaze/post-rock); black sinfónico renovado con producción de alto presupuesto; corrientes folclóricas y ambientales con enfoque cinematográfico.
Por qué siguen importando
- Prescripción de lenguaje: entre 1992 y 1997 se fijan plantillas sonoras y visuales aún reconocibles treinta años después.
- Elasticidad del género: de Darkthrone a Emperor, el espectro demuestra que el black metal puede ser, a la vez, minimalista y maximalista.
- Memoria y debate: su historia obliga a discutir fronteras éticas del arte extremo, al tiempo que preserva obras decisivas en la música contemporánea.
Discos faro (selección rápida)
- Darkthrone: A Blaze in the Northern Sky (1992), Transilvanian Hunger (1994).
- Burzum: Hvis lyset tar oss (1994), Filosofem (1996).
- Emperor: In the Nightside Eclipse (1994), Anthems to the Welkin at Dusk (1997).
- Immortal: Pure Holocaust (1993), At the Heart of Winter (1999).
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