ZEPPELIN ROCK: THE CURE o el arte de la melancolía sonora: Biografía y discografía comentadas

martes, 24 de junio de 2025

THE CURE o el arte de la melancolía sonora: Biografía y discografía comentadas

 


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Eternos en la penumbra: El legado inmortal de The Cure

Desde su irrupción a fines de los años 70 hasta su consolidación como una de las bandas más influyentes y perdurables de la música alternativa, The Cure ha sido sinónimo de sensibilidad oscura, ambición artística, reinvención constante y una profunda conexión emocional con su audiencia. A lo largo de más de cuatro décadas, liderados por el carismático y enigmático Robert Smith, han transcurrido por múltiples etapas estilísticas: del post-punk minimalista al pop oscuro, del rock gótico más introspectivo a paisajes sonoros de enorme densidad emocional y lirismo melancólico. Su obra, marcada por letras introspectivas, atmósferas sombrías y una estética inconfundible, ha influido a generaciones de músicos y ha acompañado emocionalmente a millones de oyentes en todo el mundo.

Este artículo recorre su discografía de estudio con mirada crítica y detallada, contextualizando cada lanzamiento dentro del proceso creativo de la banda y el marco cultural de su tiempo. Además, se traza la evolución interna del grupo —reflejo del propio viaje emocional de Smith— que, a través de constantes cambios de formación y estética, ha mantenido una coherencia identitaria rara en el panorama musical. The Cure no solo ha sabido adaptarse al paso del tiempo, sino que ha construido un universo sonoro propio, donde la tristeza se convierte en belleza y el dolor en arte.

Formación y evolución del grupo

Primeros años (1976–1979): Los orígenes bajo el nombre de The Easy Cure

Nombre original: Easy Cure.

Fundadores: Robert Smith (voz y guitarra), Michael Dempsey (bajo), Lol Tolhurst (batería), más tarde se uniría Porl Thompson (guitarra).

Influencias iniciales: Buzzcocks, Wire, David Bowie, The Beatles, Siouxsie and the Banshees.

La historia de The Cure comienza en Crawley, Sussex, a mediados de los años 70, en un contexto de efervescencia juvenil y creciente interés por las nuevas formas del rock. En sus primeras fases, bajo el nombre de The Easy Cure, el grupo experimentaba con distintas configuraciones y sonidos. Robert Smith, que desde un principio demostró ser el núcleo creativo de la banda, imprimió una sensibilidad melódica y lírica particular, que contrastaba con la crudeza del punk británico dominante en ese momento.

Con una alineación inicial inestable, la banda logró consolidarse como trío: Smith, Dempsey y Tolhurst. Esta formación, caracterizada por su minimalismo instrumental, resultó esencial para la estética cruda y directa de su primer álbum. En 1978 firmaron con Fiction Records, sello con el que establecerían una relación duradera. La contratación con Fiction fue un punto de inflexión: permitió profesionalizar su propuesta y facilitar la grabación de su primer disco, que llegaría al año siguiente.

Durante este periodo, The Cure mostró una tensión creativa entre la inmediatez del punk y una sensibilidad más atmosférica y melódica, lo que les permitió destacar en un panorama saturado. Su estética sobria y andrógina, sumada al magnetismo oscuro de Smith, empezaba a delinear lo que luego sería su firma estilística. La combinación de guitarras entrecortadas, bajo prominente y batería seca, con letras que oscilaban entre la alienación juvenil y el existencialismo incipiente, sentó las bases de su futuro desarrollo musical.

El periodo 1976–1979 no solo marcó su consolidación como banda, sino también el inicio de una trayectoria que desafiaría etiquetas, reinventándose una y otra vez sin perder su esencia. Fue en estos años donde se gestaron las semillas del universo emocional y sonoro que The Cure cultivaría con singular maestría en las décadas siguientes.


Cambios en la formación

La única constante de The Cure ha sido el cambio. Algunos momentos clave:

  • Michael Dempsey (bajo) fue reemplazado por Simon Gallup en 1979, quien se convirtió en la figura más estable junto a Smith.

  • Lol Tolhurst, batería original, pasó a teclados y fue expulsado en 1989 por problemas con el alcohol.

  • Porl Thompson, guitarrista ocasional desde los inicios, fue esencial entre 1983 y 1993, regresando por cortos periodos.

  • Boris Williams, baterista durante la era dorada (Head on the Door a Wish), dejó el grupo en 1994.

  • Jason Cooper (batería desde 1995) y Roger O'Donnell (tecladista) han sido miembros clave desde mediados de los 90.

  • Reeves Gabrels, guitarrista ex–Bowie, se integró en 2012.

La dirección siempre fue de Smith, pero su arte se nutrió de las dinámicas internas.

Discografía de estudio: análisis crítico 

  • Three Imaginary Boys (1979)
    Estilo: Post-punk, minimalismo, new wave.

Análisis:

El debut de The Cure es una radiografía del ímpetu juvenil y de la energía de una banda que aún buscaba su identidad definitiva. Con una producción cruda, casi amateur, pero rebosante de sinceridad, el álbum presenta canciones directas y sin ornamentos. Temas como “10:15 Saturday Night” y “Grinding Halt” destilan urgencia post-punk con toques irónicos y letras sencillas, pero inquietantes. Aunque Robert Smith no domina aún completamente la dirección creativa, hay destellos de brillantez en cortes como “Fire in Cairo” o “Accuracy”. El álbum también incluye una extraña versión de "Foxy Lady" con voz del bajista Michael Dempsey, evidencia de una etapa aún experimental.

  • Seventeen Seconds (1980)
    Estilo: Dark wave, proto-gótico.

Análisis:

Con una atmósfera mucho más sombría y contenida que su debut, este disco marca el inicio de la célebre “trilogía oscura”. Smith toma las riendas compositivas por completo, y el resultado es un trabajo introspectivo, envolvente y elegante en su minimalismo. “A Forest” se erige como su primer gran clásico, gracias a su desarrollo hipnótico y su carga emocional contenida. Los sintetizadores y las guitarras se funden en un tejido sonoro brumoso que da unidad al álbum. Cada pista parece flotar en una niebla emocional, donde la soledad y el paso del tiempo se convierten en los ejes centrales.

  • Faith (1981)
    Estilo: Gothic rock, ambient, experimental.

Análisis:

Si “Seventeen Seconds” era introspectivo, “Faith” es directamente existencial. La banda se adentra en un territorio más abstracto, dominado por un tono fúnebre y reflexivo. La percusión es contenida, los teclados se vuelven más ambientales y la voz de Smith transmite resignación más que desesperación. Temas como “The Drowning Man” o “All Cats Are Grey” profundizan en la pérdida y la fragilidad humana. Su estructura lenta y su ausencia de grandes picos emocionales lo convierten en una obra que exige entrega y atención. No es un disco para escuchar distraídamente, sino para dejarse absorber por su tristeza latente.

  • Pornography (1982)
    Estilo: Rock gótico extremo.

Análisis:

Este álbum es, sin duda, el momento más extremo y catártico de la banda. Desde la primera línea de “One Hundred Years” –“It doesn’t matter if we all die”– se establece un tono nihilista e implacable. El sonido es abrumador, con capas de guitarras, efectos, y una batería casi marcial. La voz de Smith se transforma en un grito desesperado. Canciones como “The Figurehead” o “A Strange Day” sumergen al oyente en un viaje de desolación emocional y belleza distorsionada. Aunque no es fácil de digerir, se considera una obra maestra del rock gótico por su honestidad brutal y cohesión conceptual.

  • The Top (1984)
    Estilo: Psicodelia, pop, experimental.

Análisis:

Tras un período convulso, Robert Smith prácticamente graba este disco como solista. Aquí, el caos y la exploración toman el mando. “Shake Dog Shake” abre con crudeza, mientras “The Caterpillar” despliega una psicodelia juguetona. En este trabajo, la coherencia estilística se sacrifica en favor de la libertad expresiva. Hay momentos que rozan lo esquizofrénico (“Give Me It”) y otros de belleza extraña (“Birdmad Girl”). A pesar de su irregularidad, es un álbum esencial para comprender la necesidad constante de cambio que define a The Cure.

  • The Head on the Door (1985)
    Estilo: Pop alternativo, art rock.

Análisis:

Este álbum marca la transición definitiva de The Cure hacia un sonido más accesible sin renunciar a la profundidad lírica y sonora. Smith vuelve a rodearse de una banda estable, y eso se refleja en la cohesión del disco. “In Between Days” y “Close to Me” tienen una inmediatez pop irresistible, pero también hay espacio para momentos más intensos como “Sinking” o “Kyoto Song”. El eclecticismo es controlado y la producción mucho más pulida. Es el inicio de su periodo de mayor éxito comercial.

  • Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987)
    Estilo: Ecléctico, psicodélico, alternativo.

Análisis:

Un disco doble en el que The Cure lanza toda su artillería creativa. La banda suena ambiciosa y desbordante, tocando casi todos los estilos posibles: del funk (“Hot Hot Hot!!!”) al romanticismo oscuro (“If Only Tonight We Could Sleep”), pasando por la melancolía luminosa de “Just Like Heaven”. La amplitud de registros impide una cohesión plena, pero a cambio ofrece una variedad fascinante. Su riqueza emocional y sonora lo convierte en una experiencia intensa y compleja.

  • Disintegration (1989)
    Estilo: Shoegaze, gothic, dream pop.

Análisis:

La consagración definitiva. Considerado por muchos su obra cumbre, es un álbum de emociones épicas y sonido envolvente. Las canciones fluyen como un río melancólico, con arreglos exuberantes y letras profundamente personales. “Pictures of You”, “Lovesong”, “Plainsong” o “Untitled” son joyas que revelan una madurez emocional inusitada. Smith canaliza su crisis de los 30 en una obra majestuosa, triste, pero increíblemente bella. Su influencia en el shoegaze y el dream pop es innegable.

  • Wish (1992)
    Estilo: Alternative rock, dream pop.

Análisis:

Tras la intensidad de “Disintegration”, este disco ofrece un respiro más vitalista, aunque sin abandonar del todo la introspección. “Friday I’m in Love” fue un éxito planetario que mostró a una versión más luminosa de la banda, pero temas como “From the Edge of the Deep Green Sea” conservan la épica emocional. La producción es más guitarrera, y aunque algunos lo consideran un paso hacia el mainstream, sigue siendo un álbum honesto y emotivo.

  • Wild Mood Swings (1996)
    Estilo: Ecléctico, pop experimental.

Análisis:

Probablemente el disco más disperso de la discografía de The Cure. Intentando replicar la fórmula de variedad de “Kiss Me…”, aquí los resultados son menos logrados. “Want” y “Treasure” sobresalen por su intensidad, pero otros temas como “Club America” o “Round & Round & Round” parecen desentonar. Aun así, hay momentos líricos conmovedores y una búsqueda honesta por explorar nuevas direcciones.

  • Bloodflowers (2000)
    Estilo: Gótico, post-rock, introspectivo.

Análisis:

Smith cierra su segunda gran trilogía con un disco que retoma la densidad emocional y el tempo lento de “Disintegration” y “Pornography”. Aquí no hay sencillos pop ni concesiones: es un álbum que requiere tiempo y entrega. “Out of This World” y “Maybe Someday” demuestran que la inspiración sigue viva, y aunque para algunos puede parecer monótono, para otros es una declaración de integridad artística.

  • The Cure (2004)
    Estilo: Rock alternativo, oscuro, moderno.

Análisis:

Con producción de Ross Robinson, conocido por trabajar con bandas de nu-metal, este disco sorprende por su agresividad en momentos como “Us or Them” o “Lost”. Sin embargo, también hay espacio para la emoción delicada en “Anniversary” o la pegajosa “The End of the World”. Aunque la recepción fue mixta, es un trabajo que muestra a una banda aún inquieta, probando nuevas fórmulas.

  • 4:13 Dream (2008)
    Estilo: Pop-rock alternativo, luminoso.

Análisis:

Anunciado como la primera mitad de un proyecto doble, “4:13 Dream” resultó ser una colección algo dispersa de canciones con un tono más ligero. “Underneath the Stars” destaca como apertura onírica y poderosa, pero el conjunto sufre por la falta de unidad. Algunos temas parecen esbozos de algo más grande que no llegó a concretarse. Aun así, la sensibilidad melódica de Smith permanece intacta.

En conjunto, la discografía de estudio de The Cure representa un viaje emocional e innovador que ha marcado a generaciones. Desde la urgencia punk de sus inicios hasta las catedrales sonoras de sus obras más ambiciosas, cada álbum revela una faceta distinta de una banda que nunca ha temido reinventarse.

TEMAS SELECCIONADOS

1. “Boys Don’t Cry” (1979) – El segundo single de la banda puso a Robert Smith en el mapa del post-punk con una melodía luminosa que contrasta con una letra de vulnerabilidad masculina poco habitual para la época. Aunque no entró en listas británicas hasta su remezcla de 1986, hoy figura de forma constante entre las mejores canciones del grupo y ha dado título a películas y programas de radio, prueba de su impacto cultural. 

2. “A Forest” (1980) – Primer éxito en las listas del Reino Unido (n.º 31) y piedra angular del rock gótico: su atmósfera nocturna y el crescendo hipnótico marcaron un antes y un después en cómo se podía hacer rock oscuro para la radio. Robert Smith la señala como “el punto de inflexión” que demostró que podían lograr algo grande. 

3. “Close to Me” (1985) – Con su ritmo minimalista y el icónico vídeo del armario cayendo al mar, llevó al grupo al Top 10 británico y demostró que podían sonar pop sin perder personalidad. El descaro rítmico y la producción aireada abrieron la puerta a nuevas audiencias en Europa y EE. UU. 

4. “In Between Days” (1985) – Tres minutos de jangle-pop perfecto: llegó al n.º 15 en las listas británicas y alinea guitarras acústicas con sintetizadores para cantar sobre el paso del tiempo y la pérdida. Sigue siendo un básico de la radio alternativa y prueba de la versatilidad compositiva del grupo. 

5. “Just Like Heaven” (1987) – Para el propio Smith es “la mejor canción pop que hemos escrito”. Fue su primer Top 40 en EE. UU. y, con su mezcla de romanticismo y melancolía, convirtió a The Cure en un nombre imprescindible del rock alternativo mundial. 

6. “Lullaby” (1989) – La nana más inquietante de la historia alcanzó el n.º 5 en Reino Unido (su pico nacional) y se llevó el Brit Award al Mejor Vídeo, reafirmando la importancia visual del grupo. La crítica alabó su “pop serio de primer nivel” y su producción orquestal. 

7. “Lovesong” (1989) – Escrito como regalo de boda para Mary Poole, se convirtió en su mayor hit estadounidense (n.º 2 del Billboard Hot 100) y en un estándar que han versionado desde 311 hasta Adele. Su sensibilidad gótica filtrada por un groove accesible demostró que la oscuridad también puede ser masiva. 

8. “Pictures of You” (1990) – La épica balada de siete minutos que captura el duelo y la nostalgia; cerró el ciclo de Disintegration consiguiendo top-25 en Reino Unido y es celebrada por la crítica como una de las cumbres emocionales del grupo. 

9. “Fascination Street” (1989) – Publicada solo en Norteamérica, reinó siete semanas en el recién creado Modern Rock Tracks de Billboard y consolidó a The Cure como fuerza dominante del rock alternativo en EE. UU., combinando bajo sinuoso y guitarras densas con producción expansiva. 

10. “Friday I’m in Love” (1992) – El “día feliz” definitivo: top-10 británico, top-20 estadounidense y ganadora del MTV European Viewers’ Choice. Demostró que la banda podía firmar un himno pop puro sin traicionar su esencia y se convirtió en puerta de entrada para nuevas generaciones. 

Estos diez temas no solo resumen la evolución estilística de The Cure, sino que combinan reconocimiento crítico, éxito comercial y una influencia que todavía resuena en el indie, el goth y el pop rock contemporáneos.

5. Legado e influencia

The Cure redefinió la melancolía en el rock. Su impacto abarca:

  • Géneros como el goth rock, el post-punk revival y el dream pop.

  • Bandas influenciadas: Interpol, The Smashing Pumpkins, Placebo, Deftones, Muse, Mogwai.

  • Robert Smith se convirtió en un ícono cultural, tanto por su estética como por su honestidad emocional.

Pocas bandas han tenido una evolución tan coherente y rica como The Cure. Desde el minimalismo post-punk hasta el barroquismo emocional, su discografía es un viaje introspectivo por la condición humana. En cada etapa, Robert Smith supo renovar su lenguaje sin traicionar su esencia. La tristeza, la belleza, el deseo y la pérdida encuentran en The Cure no solo una banda sonora, sino una forma de existencia artística.



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