Así rezaba (así, así):
"Hola, soy Eric Clapton y hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero. Tumbado en una hamaca y tomándome un mojito, se me ha ocurrido que podría sacar un disco de versiones y, de paso, meter un par de temas propios para darle algo novedoso al álbum. De paso, ya que estoy aquí, en este lugar tan paradisíaco, me saco una foto con el móvil y la pongo de portada. Alguna fecha por ahí para presentar el disco y tener algo de liquidez, que siempre viene bien, y a otra cosa mariposa. A los 70 me retiro y el que pueda que lo mejore".
Este párrafo bien podría ser el resumen de este veraniego y agradable Old Sock. Doce temas: diez versiones y dos propias. Ilustres invitados: Paul McCartney, Steve Winwood, J.J. Cale, Taj Majal...
Ya habíamos tenido ocasión de escuchar su primer tema propio como adelanto el buenísimo "Gotta Get Over", dejándonos muy buenas sensaciones y, transcurridas unas semanas. pudimos decir que el gancho funcionó. Se trata de un disco que no sorprendería a nadie a esas alturas, sin embargo es un trabajo ameno, que se deja escuchar y que te pone de buen humor con gana de que llegue ya el buen tiempo y deje de llover incesantemente. Seguramente, parte de la culpa la tendrán esas tres o cuatro canciones reggae, que en absoluto son mis preferidas, pero que, introducidas convenientemente, no llegan a molestar demasiado, aun sin gustarme. Estas son: "Further On Down The Road", "Till Your Well Runs Dry", "You One And Only Men" de Otis Redding y el estribillo del otro tema propio "Every Little Thing". Es decir, tres y media de 12, casi la cuarta parte. Sin embargo, también te puedes encontrar joyas como la ya citada "Gotta Get Over", la delicada "The Folks Who Live On The Hill", la deliciosa "All Of Me" con Sir Paul McCartney, la siempre generosa "Still Got The Blues" acompañado de Steve Winwood o la sensual "Our Love Is Here To Stay". Sin olvidarnos, claro está, del country, en ese par de canciones como son "Born To Lose" y "Goodnight Irene".
Yo debo añadir un par de cosas. El disco se deja escuchar, desde luego, tanto por la labor de Clapton como por la colección de músicos que le acompañan, no solo los invitados, que aportan lo suyo, sino por los que metió en el estudio, que para algo tiene pasta. Como anécdota, fue la última grabación de J. J. Cale antes de su muerte. Por cierto, Clapton no compone ninguna canción, lo hacen sus amiguetes de grabación: Doyle Bramhall II, Justin Stanley y Simon Climie (también encargado de las mezclas). La masterización la hizo Bob Ludwin (¿alguien sabe cuántos años tiene este señor?). El título significa literalmente "calcetines viejos" y se le ocurrió, ¿cómo no?, al propio Clapton en referencia a la sensación de tocar canciones que le sentaban a su estilo y gusto como unos "calcetines viejos". Ahí lo dejo.
El vinilo, muy bien prensado y con excelente sonido, es doble (tres canciones por cara) y con carpeta gatefold. Las fotografías y la idea del diseño son del propio Eric. La foto de la portada es un autorretrato que se hizo en sus vacaciones en Bahamas y la contraportada en su casa en Nosédónde.
Reflexión: ¿no os da pereza, en la era hiperdigital en que vivimos, dar la vuelta al vinilo cada tres canciones, o sea, cada diez-quince minutos?
Clásico, incombustible, genial, a veces demasiado predecible, pero uno de los últimos grandes guitarristas vivos (80 hoy en día, que ya van siendo).
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