
Blue Jasmine es una crítica ácida y despiadada contra la clase adinerada de Nueva York –aunque es extrapolable a todos los rincones del mundo globalizado en el que vivimos- que disfruta de su exagerada fortuna a costa de engaños en un mundo paralelo al real, un mundo con el que temen relacionarse porque –en realidad- son incapaces de subsistir en él. Allen nos muestra la inmoralidad y la falta de escrúpulos de hombres y mujeres acostumbrados a vivir rodeados de glamour, pero también de engaños, tanto financieros como sentimentales, y pone de manifiesto la culpabilidad de unos y otros, los estafadores y los que miran a otro lado para no ver lo que ocurre y seguir, así, perpetuando su vida de lujos. En ese sentido, el realizador no muestra pena alguna por la debacle vital de la protagonista, que, además de ser incapaz de desenvolverse en el mundo real, lleva el caos por donde pasa. En fin, amiguitos, no puedo negarlo: me gustó mucho. El guion, la música, la fotografía, las notables interpretaciones de los protagonistas –Cate Blanchett está espléndida destacando sobre todos los demás con un personaje que es un regalazo, pero también Alec Baldwin y Bobby Cannavale, que bordan sus papeles, y una Sally Hawkins a la que no conocía y me sorprendió-. En definitiva que todo en esta película me hace recomendárosla sin reservas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario