ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película EL CONSEJERO (Ridley Scott, 2013): Reseña

domingo, 25 de mayo de 2025

CRÍTICA de la película EL CONSEJERO (Ridley Scott, 2013): Reseña



by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




The counselor (El consejero en versión española) es una película que esperaba ver desde hacía tiempo aunque la inmensa mayoría de críticas que leía de ella eran casi como los mensajes del diablo que algunos esquizofrénicos cinéfilos creen escuchar en sus oídos, “no la veas, NO LA VEAS”. Total, que, por fin, cayó en mis manos la última de Ridley Scott. Tanto su nombre, como el argumento, como el autor del guion –Cormac McCarthy- y el estupendo reparto presagiaban una gran película..., pero, como os he dicho, esas voces que tomaban la apariencia de críticas cinematográficas se empeñaban en tirar por tierra mis ilusiones. Pero ¿de qué va The counselor? La historia que la cinta nos cuenta es la de un abogado norteamericano que, tras pasarse al otro lado de la ley y montar por su cuenta una operación de tráfico de drogas, se ve envuelto en una trama de traiciones que dan al traste violentamente con sus planes de enriquecerse rápidamente y casarse con su novia.





Y no hay más, amiguitos. Lo que ocurre es que una historia que hubiese dado para una buenísima cinta de acción se queda en una farragosa película con exceso de diálogos, y una omnipresencia del sexo que no sé muy bien a cuento de qué tiene tanto peso en el guion. Digo yo que será alguna obsesión del escritor. No creo que sea faltar a la verdad deciros que The counselor es visualmente impecable, las interpretaciones –sobre todo la de Cameron Díaz y exceptuando la de Penélope Cruz- son más que aceptables y, en general, es una película que, en mi humilde opinión, ha sido vilipendiada sin razón. ¿Que no es redonda? Por supuesto que no. ¿Qué incluso es presuntuosa? Sí. ¿Que tampoco se explica claramente lo ocurrido en sus casi dos horas? Pues tampoco..., pero pasé un buen rato mirándola –en solitario, ya que mi hija se durmió y mi mujer decidió que era pesada, no se entendía nada y era mejor irse a la cama- y, desde aquí, os recomiendo que la veáis para, como mínimo, dar vuestra opinión sin fiaros de nadie –lo que me incluye- que la haya valorado previamente. Eso sí, McCarthy debería limitarse a escribir novelas y dejar que los guionistas profesionales las adapten. La letra queda muy bien sobre las páginas de papel, pero en la pantalla, lo que los consumidores de palomitas queremos es –como decían los Def Leppard en su Pyromania- "acción, no palabras". 

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