por Dani Matute (@dmatuteb)
He aquí otro de esos vinilos que me compré a finales de los 80 y principios de los 90 de mujeres con voces personales. Ya os he traído por aquí a Alannah Myles, Cher, Melissa Etheridge, Belinda Carlisle o Bonnie Tyler. No sé por qué, pero durante unos años sentía predilección por ese tipo de voces. Quizás Bonnie Raitt sea la poseedora de la voz menos marcada entre todas las que os he ido contando. Pero recuerdo que el Lp de Nick of Time fue bastante promocionado, ganando diversos premios y creo que eso pesó casi más en la compra del vinilo que la atracción de su voz. En absoluto quiero insinuar que el disco es malo. Solo que podría ser mejor.
Raitt comenzó en esto de la música a principios de los 70, con una mezcla de folk, blues y rock muy típica en aquellos lares americanos que llevó su disco de 1972 Give it Up al número uno. Durante esa década mantuvo un relativo éxito, pero en los ochenta casi desapareció del mapa. Terminó abandonando (mejor dicho, fue invitada a irse) su discográfica de siempre, Warner Bros. Además, el exceso también le pasó factura: “Pensé que tenía que vivir ese estilo de vida fiestero para ser auténtico pero, de hecho, si sigues así por mucho tiempo, todo lo que vas a ser es descuidado o muerto”. Consiguió limpiarse allá por 1987 centrándose en su salud física y, sobre todo emocional. Y justo en este punto, con cuarenta años ya, se alinearon los astros para relanzar su carrera. El karma, dirían algunos: dos ex empleados de Warner Bros. Records ahora formaban parte del equipo que buscaba revitalizar Capitol Records. El ejecutivo de A&R, Tim Devine, contrató a Raitt, con la ayuda del recién nombrado presidente Joe Smith, quien había sido presidente antes de Warner Bros y luego de Elektra/Asylum. Bonnie trajo con ella como productor a Don Was (Was (not Was)), con quien había trabajado en el álbum tributo a Disney de Hal Willner, Stay Awake. El resultado de todo ello fueron el número 1 en USA, cinco millones de copias vendidas y tres Grammys: Álbum del año, mejor interpretación vocal femenina de rock y mejor interpretación vocal femenina de pop. La producción de Was hizo hincapié en los inicios de Bonnie Raitt y potencia el blues y folk, a pesar de que la música que hizo famoso a Was fue el funky. Luego Don Was produjo a artistas como Richie Sambora, Bob Seger, Rolling Stones, Black Crowes y un largo etcétera.
La canción que da título al LP. “Nick of time” es una composición propia de Raitt. En 1988 se retiró a su California natal, a Mendocino, “para relajarse y reflexionar sobre todos los cambios del año pasado y tal vez escribir algo de música en honor a lo agradecido que me sentía por haberlo superado”. El tema es un reconocimiento profundamente conmovedor del paso del tiempo, sus hitos y angustias, presentado con una calma pensativa aclarada por su sobriedad: hablando de su medianía de edad, de los temores sobre el tictac de nuestro reloj biológico o cómo los padres ancianos nos sirven como espejo de nuestro yo futuro: "¿Cuándo se volvieron tan difíciles las elecciones/ Con tanto más en juego/La vida se vuelve preciosa/ Cuando hay menos para desperdiciar..." Con Raitt cambiando la guitarra por el piano eléctrico, la canción se desliza con un ritmo de medio tiempo con una resaca de percusión que evoca un segundero que hace tictac. En esta ocasión, colabora en la guitarra Michael Landau. El verso final trae la redención, "amor, justo a tiempo", pero el tema no creo que sea una reivindicación del amor a edades maduras. Lástima que prácticamente no haya más composiciones propias en el disco.
"Thing Called Love" ofrece una lección de vida más optimista. El original de 1987 de John Hiatt siguió a su propia recuperación del abuso de sustancias de Hiatt que le llevó a editar el disco Bring the Family a modo de catarsis personal. El ritmo lujurioso de la canción llega a un punto dulce familiar en la forma de tocar de Raitt y su slide.
"Love Letter" es una mezcla dura y burlona que encuentra a Raitt acechando a un posible amante que está vigilando desde su automóvil, "trabajando en una carta de amor, tengo la radio encendida". Aquí, como en otras partes del álbum, Don Was aprovecha los coros conmovedores de sus incondicionales Was (Not Was), Sir Harry Bowen y Sweet Pea Atkinson para agregar un guiño auditivo. La composición es de Bonnie Hayes, compositora y cantante californiana, hermana de Chris Hayes, el guitarrista de Huey Lewis & The News y de Kevin Hayes, batería de Robert Cray. Sus canciones han sido interpretadas por gente como Bette Midler, Cher, Adam & The Ant…y ha formado parte de las bandas de apoyo de Belinda Carlisle y Billy Idol entre otros.
“Cry on my shoulder”, con la national slide guitar de Bonnie, baja un poco las revoluciones y nos transporta a un garito lleno de humo y olor a bourbon. En los coros, nada más y nada menos que David Crosby y Graham Nash.
En “Real man” habla de su interés por un hombre libre de inclinaciones superficiales, un hombre real y de verdad. Versión de Jerry Lynn Williams (autor del “Pretending” y “Running on faith” de Eric Clapton) que también colabora tocando el piano
Sigue un country acústico, “Nobody’s girls” que es todo lo contrario al tema anterior en cuanto a letra (o un contrapunto). Y escueto en instrumentos: sólo la voz y guitarra de Raitt apoyadas por el bajo acústico del músico de jazz Chuck Domanico (su bajo suena en los temas de cabecera de las series MASH, Cheers y Frasier, por ejemplo)
Otro tema de Bonnie Hayes, “Have a heart” abre la segunda cara. Con un poso reggae más que evidente, habla de una mujer que encuentra la fase de luna de miel, la etapa rosa de la relación, casi terminada, y que exige más respeto y simpatía de un compañero insensible.
En “Too soon to tell” Raitt nos regala su mejor interpretación vocal en un tema con regusto jazz donde el productor Don Was toca los teclados.
Volvemos al blues con “I Will not be denied”, de las que más me gusta y que gana con las escuchas. Es otra composición de Jerry Lynn Williams.
Vamos terminando con la colaboración en el piano de Herbie Hancock en “I Ain’t Gonna Let You Break My Heart Again”. De hecho, sólo tenemos la voz de Bonnie y el piano de Hancock. Curiosa la historia de cómo llegó este tema a las manos de Bonnie. David y Julie Lasley (vocalistas de la banda de James Taylor) la habían compuesto y pensaban que era idónea para ella. Así que David Lasley convenció a una persona del equipo de seguridad que entregara una cinta con la canción a Bonnie Raitt que se llevó a casa y depositó en una caja que olvidó. La casualidad quiso que esa caja se le abriera un día que rebuscaba en el armario dándole la cinta en la cabeza.
Para cerrar el disco, la otra canción acreditada a Raitt: “The Road’s My Middle Name”. Un blues en el que el alma y corazón vagabundo de Bonnie rechaza la monotonía de la vida sedentaria. En la armónica, el líder y fundador junto a Jimmie Vaughan de los Fabolous Thunderbirds, Kim Wilson.
Dos años más tarde, su siguiente plástico, Luck of the Draw vendería otros siete millones de álbumes en los EEUU, ganaría otros tres premios Grammy y alcanzaría el puesto número 2 en la lista de álbumes de Billboard. Los álbumes posteriores de Bonnie Raitt llevaron su botín de premios Grammy a 11 preseas. Fue incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll en el 2000 y recibió un Premio a la Trayectoria en los Premios Americana en el 2012.
Curiosidades varias:
- El año que ganó el Grammy a mejor disco del año, competía con el Full Moon Fever de Tom Petty, el The End of the innocence de Don Henley y el Volumen 1 de Traveling Wilburys.
- Bonnie también ganó ese año el Grammy a la mejor grabación de blues tradicional, por su dueto con John Lee Hooker en el tema “I’m in the mood”.
- El tema “Nick of time” ganó el Grammy a la mejor interpretación femenina de rock y de pop (¿?). Sí, las dos categorías al mismo tiempo.
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