ZEPPELIN ROCK: DEEP PURPLE - Whoos! (2020): CRÍTICA Review

lunes, 7 de septiembre de 2020

DEEP PURPLE - Whoos! (2020): CRÍTICA Review


Por Esteban Martínez (@EMartineC)




La verdad es que se presentaba como tarea realmente difícil que Deep Purple pudiese superar el listón dejado por el fantástico Infinite (2017), mira que tras cincuenta años de carrera un disco de ese nivel no se encuentra a la vuelta de la esquina. Sin embargo, lejos de decepcionar la leyenda británica regresa en este 2020 con un álbum que continúa mostrándoles en buen pie, y por sobre cualquier otra cosa: disfrutando de lo que hacen. Whoosh! es el quinto álbum de la banda con su actual formación, ya que en los noventeros Perpendicular (1996) y Abandon (1998) participó el mítico Jon Lord en teclados, y el fiato se aprecia, entregándonos un puñado de canciones que logran tocar de buena forma las distintas aristas que Deep purple tiene hoy para ofrecer, regalando así un álbum dividido en dos almas, una primera parte que agrupa canciones sencillas, directas y que gozan de muy buena vibra (todas ellas rondando los tres minutos de duración) y una segunda que regala momentos muchísimo más experimentales y sorpresivos en materia estructural.



De esta forma, la cara A de Whoosh! da muestras de una banda que busca pasarse un buen rato, lo cual se aprecia desde la partida, ahí el tridente 'Throw my bones' + 'Drop the weapon' + 'We're all the same in the same in the dark' trabaja diez minutos en una dirección similar, con un Ian Gillan llevando cada relato en total comodidad, sin desbordes y consciente de que los tiempos ya no están para sobre exigirse sino más bien para cumplir con el cometido, y lo mismo corre para la guitarra de Steve Morse o el Hammond de Don Airey, que acompañan todo el tiempo llevando cada canción con elegancia aunque en los solos soltando un tanto más las riendas, de hecho, cuando ambos se encuentran más adelante en la reflexiva 'Nothing at all' lograrán uno de los momentos más fabulosos del disco.




Se empantanará un poco el álbum en su nudo eso sí, tanto 'No need to shout' + 'Step by step' como el rock & roll de 'What the what' suenan demasiado a lugar común y no logran enganchar como debiesen, sin embargo, una vez superado el impasse, el disco recuperará el vuelo con 'The long way round' (la única del álbum que supera los cinco minutos de duración) seguida de 'The power of the moon', ambas representarán el momento más experimental del trabajo en materia de estructuras, con idas, vueltas y oscuros arreglos que escapan de lo predecible, y desde ahí Whoosh! no bajará más el nivel. 'Remission possible' es un interludio instrumental que te deja pidiendo más y que dará paso a una atmósférica y notable 'Man alive' (con un excelente Ian Gillan) para finalizar todo de manera emblemática con una reversión de 'And the address' (instrumental que abrió su disco debut de 1968), en un simbolismo que emociona, ya que inevitablemente el cerrar recordando donde todo comenzó más de cincuenta años atrás, suena a guiño de despedida...

¿Algo más que agregar? Difícil. Solo considerarnos privilegiados de seguir disfrutando de un dinosaurio en activo y, digámoslo, plenamente vigente en materia creativa. Gracias, eternos.


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