ZEPPELIN ROCK: BOCANADA - El sino de la herida (2013): CRITICA Review

sábado, 12 de septiembre de 2020

BOCANADA - El sino de la herida (2013): CRITICA Review


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia



Este disco titulado El sino de la herida fue  el mejor trabajo de Bocanada. Si nunca les has dedicado un rato, buen momento. Aunque andaban viviendo en ese Universo tan personal entre Marea y Extremoduro, principalmente, las canciones, en general, venían más arregladas que en trabajos anteriores: se notaba que le habían dedicado tiempo en el proceso de producción. Añado que las melodías se disfrutan más, que las voces están más curradas y, sobre todo, que las guitarras dieron un pasito adelante: riffs, punteos, unas acústicas muy bien metidas. Eso sí, parte de la rabia se pierde en el proceso.



Los Bocanada eran Juanito y Abel a las guitarras, Martín Romero a la voz y las letras, Rupi al bajo y Pepo a la batería. Colaboran Raúl Lerín con los teclados (antiguo bajista) y Naiara Ruz en los coros. 

La producción a cargo de Kolibrí Díaz saca lustre a cada instrumento y la mezcla final deja todos los elementos en armonía. El bajo suena claro, en su sitio, la batería siempre presente en el centro, las guitarras perfectamente identificadas, la voz cubriéndolo todo sin esconder, pulida pero dejando matices desnudos. 

Hay un par de bofetadas que te levantarán las orejas. Martillos del cielo crece desde una intro acústica hacia los gritos aguerridos a través de la pegajosa melodía del puente y el estribillo; buena línea de bajo; los cambios del centro le dan un punto especial (¿a qué suena un rato en un plato de felicidad?). Y no es menos la pareja Entre barrotes/Comiendo soles, la primera breve y semi-acústica, la segunda una hermana mayor aguerrida, demuestra que estos tipos van a dar palos a poco que el escenario y los dineros les dejen seguir creando a gusto. 

Un single muy bien parido Tu nombre se escribe con sangre, con una estructura directa, estribillo conseguido y un buen trabajo rítmico. Algo más duras, pero en la misma línea, No me he rendido (trae uno de los mejores solos del disco) y Sus calaveras. En Cuando se extingan las cucarachas hay una guitarra muy lograda. Y el cierre con Tu tejado (tu cama será la cunda que me lleve al pozo donde los locos dicen que vendrán) y El faquir, la más dura, donde Martín se desmelena a gusto, deja un buen, buen sabor de boca. 

A mí me hubiera gustado que Martín se hubiese currado otro tipo de letras, con menos introspección y menos temática de amor/odio, y hubiese abordado otras historias, no digo de crítica social, eso va en su gusto, desde luego, pero seguro que la lírica suya nos hubiera entregado otras historias igualmente interesantes. 

Bocanada completaron un trabajo digno de ocupar nuestro tiempo.

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