ZEPPELIN ROCK: BUSH - The Kingdom (2020): CRÍTICA Review

lunes, 3 de agosto de 2020

BUSH - The Kingdom (2020): CRÍTICA Review


Por Esteban Martínez (@EMartineC)




Bush, desde el principio, fue un grupo desfasado. Me haré entender. Su primer álbum llegó en 1994, cuando la oscuridad del llamado grunge comenzaba a decaer. Con todo, discos como Sixteen stone (1994) o Razorblade suitcase (1996) alcanzaron algo de repercusión, pero claro, inevitablemente la banda se ganó el estigma de haber sido la respuesta comercial inglesa a lo que estaba sonando en los Estados unidos desde comienzos de década.




Es el caso que, al llegar tarde a la fiesta, con el auge del nu metal el proyecto se quedó con poco que decir y llegó a su fin entrando al nuevo siglo. Sin embargo, cuando se dio el revival noventero cercano a 2010 (y agrupaciones como No doubt, Garbage, Stone temple pilots y tantas más decidieron volver) Gavin Rossdale no quiso quedarse abajo por lo que decidió armar una banda (ya sin sus compañeros originales) y así traer a Bush de regreso. Desde entonces, el compositor ha editado tres álbumes, todos en una línea cercana al rock alternativo pero que más allá de las intenciones no supieron llegar por lo que demasiadas expectativas no habían en torno a este nuevo trabajo. Quizás por todo esto es que The kingdom sabe bien y sin ser una maravilla, al menos logra entregarnos una bocanada de nostalgia y frescura, inmersa en puñado de canciones bastante disfrutables y que se enmarcan como lo mejor que Rossdale ha entregado durante la última década.




Lo que Bush ha recuperado en The kingdom es principalmente la fuerza de su sonido. Y si bien el disco abre en una linea muy comercial con 'Flowers on a grave', una canción que intenta con descaro generar un gancho con el auditor a partir de su reconocible estructura (y lo consigue), rápidamente este se lanzará sobre un sonido mucho más oscuro marcado por riffs pesados como ocurre a la vuelta de la esquina en 'The kingdom' (la canción) o en la densa pasada por 'Blood hunter' + 'Quicksand', canciones que cuentan con una energía tremenda que ya se la quisiesen algunos de sus pares en la actualidad (¿alo, Pearl jam?). De igual forma 'Ghosts in the machine' , 'Bullet holes' o 'Send in the clowns' se sostendrán sobre el bajo y coros explosivos mientras que 'Undone' apuesta por la desnudez de un Gavin Rossdale que interpreta solo acompañado de su guitarra, aportando el momento sensible del trabajo.

Hay que decir que el disco se queda sin fuerzas en su recta final por lo que las últimas tres o cuatro aportan poco y nada al conjunto, pero, con todo, está muy bien The kingdom, un disco que provoca ganas de oírlo en vivo, con muchas canciones que uno quisiese disfrutar en una futura gira de la banda, lo cual evidencia frescura y un trabajo que ha aportado a la discografía de Bush. No reinventan nada pero transmiten motivación por sostener un sonido e identidad.

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