ZEPPELIN ROCK: 091 - La otra vida (2019): Crítica reseña

jueves, 24 de octubre de 2019

091 - La otra vida (2019): Crítica reseña


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




Quién podía imaginar, hace casi un cuarto de siglo, que los 091 se guardaban cartas en la manga cuando sacaron Todo Lo Que Vendrá Después. Probablemente, ni siquiera ellos mismos eran conscientes de que el tiempo haría justicia con su música. Aquel LP cerraba la etapa en estudio del secreto mejor (y más injustamente) guardado de nuestra música. Hoy, en pleno año 2019, esas cartas han quedado descubiertas en forma de la mejor de las noticias posibles: nuevo disco y gira. No importa quiénes sean los oponentes en esa partida: cuando una banda como los 091 descubre sus nuevas cartas, la ganadora siempre es la música.




Es cierto que los últimos discos de Lapido y José Antonio García invitaban a algo más que al mero optimismo: no suele resultar habitual en músicos cuyas trayectorias sobrevuelan las cuatro décadas al pie de la canción el poder ofrecer colecciones de canciones de tanta calidad. No obstante, los pies en la tierra apuntaban a que la resurrección de la banda ya había sido una despedida más ajustada a lo que merecían. Por suerte, en esto de la música a veces el corazón le gana la batalla a la razón. En la ocasión que nos ocupa, el sueño de volver a degustar un nuevo LP de los 091, este La otra vida, se ha convertido en uno de los acontecimientos del año a nivel musical. A por ello:

Vengo A Terminar Lo Que Empecé es una canción cruda como la realidad misma, donde Lapido ajusta cuentas con un pasado donde el éxito nunca caminó de la mano del grupo (“me cansé de leer manuales de supervivencia, me cansé de llamar a la puerta sin que tú me abrieras”) para rematar casi con furia en esa frase que titula la canción. Quizá su toque cinematográfico guarde un cierto parecido con esa The Old Man & The Gun, donde Robert Redford también llega para terminar lo que empezó. Mañanas de Niebla en el Corazón combina una belleza en la que mucho tiene que ver Raúl Bernal, cuyas manos hacen surf sobre las teclas, con fragmentos para helar hasta el último de los huesos (“guerras que todos perdimos”).




Sucede que, en ocasiones, escucho canciones que me parecen hijas de otras surgidas tiempo atrás. Leerme el Pensamiento, mucho más que tan solo una canción de amor, me parece hija de La Canción del Espantapájaros. En especial, por ese puente donde ambas comparten unos parámetros donde términos como inmortal o leyenda hacen acto de presencia. Condenado se trata de un tema de dolorosa actualidad donde José Antonio García canta “conozco la sentencia, la música y la letra”, en un mundo donde la ignorancia de unas nos condena a la abundancia de la otra. Por esos derroteros continúa transitando Por el Camino que Vamos, vestida con guitarra acústica afilada como pocas veces se recuerda para mantener un disputado pulso con la electricidad.

En la recta final del disco llega un brillante medio tiempo donde, una vez más en su carrera, vuelven a ser protagonistas el sol y la luna: hablo de Una Sombra, cuyo mensaje de “solo cuando sale el sol, se ve la luna que agoniza” está diseñado para romper no pocos esquemas, constituye además un perfecto claro ante la tempestad que llega de la mano y acordes de Dejarlo Morir, una canción con guiño incluido al Let It Bleed de los Stones donde las revoluciones aumentan peligrosamente, como en todo ejercicio de buen rock and roll. Finalmente, para clausurar esta vida después de la resurrección llega Soy el rey, una enorme balada cimentada sobre el piano donde el ejercicio vocal es mayúsculo para entregar una de las grandes canciones no ya exclusivamente de este LP, sino de su trayectoria completa.




Comentaban hace poco los Cero en una entrevista para El Independiente de Granada que “no podemos competir contra la nostalgia”. Es innegable lo alargada que resulta la sombra de sentimientos como la nostalgia o la melancolía en esto de la música, pero pocas dudas puede haber en lo estrictamente musical de este regreso, si es que alguna vez se fueron del todo, porque nunca dejaron de sonar. Ojalá este sea el primero de muchos más discos. Larga vida a 091: necesitamos grupos como ellos.

Mañanas de Niebla en el Corazón

Condenado

Soy el rey

No hay comentarios:

Publicar un comentario