ZEPPELIN ROCK: Metallica - Master Of Puppets (1986): Crítica review

martes, 24 de octubre de 2017

Metallica - Master Of Puppets (1986): Crítica review


por Edy Fernandes (@edylefer)
del blog Soonatas




En el momento en que Metallica publicó su segundo álbum, Ride the Lightning, consolidaron el movimiento “thrash” dentro del “Heavy Metal”; colocaron una columna de mármol que estableció la base musical de la banda; y permitieron que llegaran a nuestros oídos composiciones magistrales que se hacen más poderosas con el pasar del tiempo.

Ellos aún no sabían que habían cambiado una parte de la historia de la música, pero ya estaba escrito en el firmamento, los cuatro integrantes de Metallica como si hubiesen sido conducidos, tomaron la misma fórmula para grabar su tercer disco. Regresaron a Copenhague, llamaron nuevamente al productor Flemming Rasmussen, y de alguna manera colocaron la misma energía, tomaron la dirección ya conocida; ahora querían sonar consolidados, repotenciados, recargados; sin dejar un ápice, un espacio de desperdicio que levantara dudas con esta producción, sobre todo entre ellos mismos, debía ser un engranaje perfecto.



El 03 de marzo de 1986 nace Master Of Puppets, el que es considerado como el mejor disco que se ha publicado hasta hoy de “Thrash Metal”; la mayoría ubican este álbum dentro de los tres mejores del heavy metal. Fue un éxito silencioso que vendió en la década de los 80 más de seis millones de copia, sin sonar en la radio, sin videos transmitidos por MTV, sin publicidad; solo fue suficiente con tocar estas canciones en vivo para mover al mundo; su calidad hizo despertar la curiosidad de cualquier melómano, nadie puede negar que es un compendio de ocho grandes obras maestras que crean su propio universo.

¿Quieres probar un poco de esta luz? Escucha entonces la suave melodía, esas guitarras que abren las puertas para que sople la suave brisa; con cuidado te montas sobre quietas arenas que están a punto de levantar, porque a lo lejos la tormenta enseña su seca fuerza.

Velocidad, poder, rabia, se combinan para sacar todo lo que se lleva a cuestas, hay mucha energía adolescente acumulada en una pequeña caja, capaz de mover los cimientos de tu corta vida, va rasgando las capas delgadas de una ya pesada memoria.

Cliff Burton y James Hetfield se encargan de dar los primeros suaves pasos con acústicas guitarras, para que Kirk Hammett junto con Lars Ulrich enciendan los motores que harán volar todo lo que está a tu alrededor, Battery se llama esta composición.




Vuelve Hetfield a colocar la expulsión de adrenalina, es regresar a sus inicios, es traer el martillo de Kill ‘Em All para golpear con fuerza todo lo que se encuentre a tu paso, hay mucha frustración por ver como el mundo no reacciona ante tantas injusticias: “Circle of destruction, hammer comes crushing. Powerhouse of energy, whipping up a fury, dominating flurry; we create the Battery (Círculo de destrucción, el martillo viene aplastando. Centro de energía, levantando una furia, ráfaga dominante; nosotros creamos la Batería)”.

Battery es thrash, combinado con un metal progresivo, es punk y heavy juntos; es Cliff Burton manejando su bajo de tal manera que guía a la canción a la línea de la locura. Lo que comenzó esta pieza regresa a los 02’05” pero ahora ácido, la tormenta de arena arremete con todo, no hay ojos que se puedan mantener abiertos ante estas ráfagas que cortan y queman la piel.

Hetfield trae a los polos opuestos para enfrentarse, negativo y positivo se encuentran para luchar por el control del cuerpo, busca cada quien imponer sus reglas, no hay bien sin mal, no existe infierno sin cielo: “Lashing out the action, returning the reaction. Weak are ripped and torn away. Hypnotizing power, crushing all that cower. Battery is here to stay (Arremetiendo contra la acción, devolviendo la reacción. Los débiles son destrozados y arrastrados lejos. Poder hipnotizante, aplastando todo lo que ceda. La Batería está aquí para quedarse)”.




El martillo golpea, remata, revienta, sientes que la cabeza está a punto de estallar, la batería no se detiene, la guitarra te empuja para no quedar atrapado debajo de las dunas que se van formando, el solo de Hammett te levanta, saltas y te mueves contra la fuerte corriente, pero sigue triturando el mazo que con toda su fuerza para que reacciones, así puedas salir de la invisible trampa.

Así de rápido llega el himno de la banda, la canción que es considerada su gran obra maestra, pareciera que fue escrita para una gran orquesta sinfónica, es apoteósica, gloriosa: “Master Of Puppets”.

Solo déjate llevar en el momento que inicia, te atrapa, te eleva, te lleva por un viaje complejo. El riff es sencillo pero potente, Cliff Burton colocó aquí toda su majestuosidad, las piezas están en su justo lugar. Hetlfied va aullando, como un lobo va contando una metáfora que da para infinitas interpretaciones, que al final se centra en estas líneas: “Master of Puppets I'm pulling your strings, twisting your mind, smashing your dreams. Blinded by me, you can't see a thing. Just call my name, 'cause I'll hear you scream: Master. (Amo de Marionetas estoy tirando de tus cuerdas, retorciendo tu mente y aplastando tus sueños. Cegado por mí, no puedes ver nada. Sólo di mi nombre, porque te escucharé gritar: Amo)”.

Después de que Metallica te ha dado por 03’33” toda una clase de thrash repotenciado, te levita con esa melodía producida por el juego de guitarras con el bajo de Burton, este parece venido de un lugar lejano, de otra galaxia. El solo de Hammett es perfecto, sinfónico, traslucido. Se abre el cielo, comienza a tronar, entre la batería de Ulrich y el bajo de Cliff te muestran la línea que separa el cielo del infierno; Kirk arremete de nuevo, cualquier compositor clásico hubiese querido plasmar esto en sus partituras.

Para algunos “Master Of Puppets” se trata sobre las adicciones; en lo personal, pienso que es una reflexión del mundo en que vivimos, la mayoría somos controlados por unos amos invisibles, nos manejan en un tablero para responder a sus intereses, las sociedades son dibujadas por unos pintores que le gusta lo surrealista. El final es alucinante, un remate perfecto.




Llegó lo hora de que tus pies tengan raíces, serás un árbol frondoso en el desierto, la arena te va tapando, el escorpión sube hasta tu brazo, la luna nueva no te deja ver la oscuridad, tus ojos abiertos siguen soñando, lagrimas solidas caen levantando polvo, te tienes frente a ti, ves las escamas frías sobre tu piel.

Posiblemente así te sientes cuando escuchas “The Thing That Should Not Be”, una canción que hubiese sido una gran obra en cualquier otro disco, pero en “Master Of Puppets” queda eclipsada por tantas composiciones maestras. Esa guitarra con la cual nos introduce a la terrorífica historia, es la llave que abre las puertas a una dimensión oscura, te hará viajar por una letra inspirada en el libro de Howard Phillips Lovecraft, “La Sombra sobre Innsmouth”. Cliff Burton fue un gran lector de las novelas y cuentos de este autor estadounidense, él introdujo al resto de los miembros de Metallica a conocer sobre estos escritos.

Aquí se combina esa capacidad que tiene James Hetfield de adaptar historias a su guitarra, después va llevando al resto de los integrantes para crear una música que puede hacer aullar los lobos así no esté la luna llena. Lars Ulrich va azotando con cada golpe que le da a su batería, mientras Cliff Burton va cortando con su bajo, ese que va sonando como una sierra oxidada; mientras que Kirk Hammett se lanza un solo que electrocuta tus huesos congelados.

No importa cuando y como la escuches, siempre te generará escalofrías, tiene ese ambiente espeluznante, busca levantarte de tu asiento, te quiere convertir en el protagonista de una historia del más oscuro terror.

Ahora lo irracional toca a tu puerta, golpea lentamente, se va cerrando la luz de la conciencia, mientras van abriendo las celdas donde las pesadillas han pasado un largo tiempo encerradas. Escuchas el reloj marcando la tortura del tiempo, no hay día que sea distinto a la noche, no hay ayer que se diferencia de mañana, sigues atrapado entre la desesperación y los tranquilizantes.

La puerta se abrió, desde entonces tú estás donde no sabes, en el día que no tiene fecha, viendo frente a ti lo que no reconoces, sintiendo un frío estando cerca del infierno. Luchas con los monstruos que quieren que te lances al vacío, los que te invitan a subir las escaleras para que veas que desde la cima todo está más cerca, ahí puedes apagar la luz eterna, la tuya o la de ellos: “Welcome Home (Sanitarium)”.




Estamos ante un oscuro paseo por la mente de una persona recluida en un hospital psiquiátrico, alguien que cuenta su experiencia, física, espiritual y mental; sentirás que a partir de este momento te encerrarán, atarán, y colocarán en tus venas un alterador de la lucidez.

James Hetfield se adentra en una persona perturbada, no sabemos si era así antes de llegar ahí, posiblemente son las consecuencias de pasar tanto tiempo en ese lugar; lo que está claro es que su estado mental es una lucha constante con lo que es y lo que cree, con lo que es su realidad y lo que debe ser.

En la primera parte de la canción se aborda la sensación física del lugar donde se encuentra, le da la bienvenida a todo aquel que llega contando como se percibe el sanatorio: “I see our freedom in my sight. No locked doors, no windows barred. No things to make my brain seem scarred. (Veo la libertad en mi mirada. No hay puertas cerradas, no hay ventanas abarrotadas. Nada para hacer que mi cerebro parezca cicatrizado)”.

La segunda parte se conecta lo físico con el estado mental del paciente: “Build my fear of what's out there and cannot breathe the open air. Whisper things into my brain assuring me that i'm insane. (Construye mi miedo con lo que hay ahí y no puedo respirar el aire libre. Susurra cosas en mi cerebro asegurándome que estoy loco).”

La parte final relaciona lo metal con lo espiritual, el ser humano encerrado en ese lugar lamentablemente no ha mejorado: “Fear of living on. Natives getting restless now, mutiny in the air, got some death to do. Mirror stares back hard. Kill, it's such a friendly word, seems the only way for reaching out again. (Miedo a vivir. Nativos poniéndose inquietos ahora, motín en el aire, tengo un poco de muerte para dar. El espejo mira fijo hacia atrás. Matar, ahora es una palabra amigable, parece ser la única forma de alcanzar otra vez)”.




Esta canción por su melódica interpretación entra dentro de esa lista de tracks “suaves” que Metallica ha realizado para sus discos, que por casualidad o no ubican como el cuarto tema en la mayoría de sus álbumes: Fade to Black, One, The Unforgiven, Until It Slepps, The Unforgiven II, y The Day That Never Comes.

Esas primeras pinceladas con la guitarra ya generan un tiempo oscuro y aterrador, un frío recorre tu cuerpo, te estremeces cuando llega el primer solo de Kirk Hammett. Hetfield con su voz tenue introduce la historia, la va endureciendo hasta colocarla en un punto en el que cuenta una historia de horror.

Vuelve un solo de guitarra para bajar tensiones, mientras James va contando con su riff los pasos del reloj. Viene una intervención del bajo de Cliff Burton que truena en tu cabeza, y llega con un riff que recuerda el clásico de Rush, “Tom Sawyer”. Este es posiblemente un reconocimiento, un homenaje a la banda canadiense que incluso aparecen mencionados en los agradecimientos del disco, esto refuerza más la profundidad musical que existía en ese momento en cada uno de los integrantes de Metallica.

Nuevamente un solo de Kirk Hammett, en el fondo ese trueno del bajo de Cliff Burton, mientras que la batería de Lars Ulrich a lo largo de la canción va cambiando de ritmo, para que la locura se riegue por la mente. Tiene un cierre magistral, musicalmente es otra joya que Metallica trae a nuestros oídos.
La letra fue inspirada en el film de 1975 “One Flew Over the Cuckoo's Nest”, conocida en gran parte de Latinoamérica como “Atrapado Sin Salida”, protagonizada por el actor Jack Nicholson. Metallica hizo música para crear un ambiente abominable, que sientas terror de solo imaginar ese lugar, ese momento, los pensamientos de ese posible enfermo, de las consecuencias de su estado mental combinado al trato que ha recibido.




“Disposable Heroes” no da respiro, son 8 minutos 17 segundos de velocidad, es una carrera por la supervivencia del más apto, es correr para llegar con vida. La letra habla sobre los jóvenes soldados que van a la guerra, que solo son vistos como piezas movibles en un tablero, necesarias para acabar con el enemigo: “Back to the front, you willdo what I say, when I say. Back to the front, you will die when I say, you must die. Back to the front, you coward, you servant, you blindman” (De regreso al frente, harás lo que yo digo, cuando yo lo diga. De regreso al frente, morirás cuando yo lo diga, debes morir. De regreso al frente, cobarde, sirviente, ciego)”.

Lars Ulrich demuestra en esta interpretación el nivel que llegó a tener sobre la batería, con pocos espacios para tomar aire, dejando sobre nuestros oídos sonidos acumulados de una fuerza descomunal. El solo de guitarra de Kirk Hammett es realmente bueno, posiblemente no se habla mucho de el por la fuerza de la pieza, pero da un toque magistral, es como si le hubiésemos puesto algunos instrumentos de cuerda de una orquesta sinfónica a este thrash metal puro.

James Hetfield desata toda su furia, su guitarra es una descarga que asemeja una metralleta, el bajo de Cliff Burton se encarga de hacer el zumbido que simula las balas que roza nuestros cuerpos, mientras se escucha el mensaje claro al soldado y su supervisor: “Why? Am I dying? Kill, have no fear. Lie, live off lying. Hell, hell is here. (¿Por qué? ¿Estoy muriendo? Mata, no tengas miedo. Miente, vive de la mentira. Infierno, el Infierno está aquí)”.

En la carátula del álbum se puede ver en la primera cruz ubicada a la izquierda, como cuelga el casco de un soldado, el joven caído que posiblemente no le vio sentido a su vida, seguramente recordado y honrado en ese cementerio, pero ¿Cuántos de ellos aun caminan por las calles, respirando, observando, escuchando, pero sin vida? ¿Cuántos de esto soldados son más olvidadas que los que se encuentran bajo tierra?: “Life planned out before my birth. Nothing could I say, had no chance to see myself, moulded day by day,looking back I realize, nothing have I done. Left to die with only friend, alone I clench my gun. (La vida fue planeada antes que yo naciera. No podría decir nada, no tengo oportunidad de verme a mí mismo, moldeado día a día, mirando hacia atrás me doy cuenta que no he hecho nada. Dejado morir con un único amigo, en soledad me aferro a mi pistola)”.




Una frase se repite a lo largo de la canción, “back to the front (de regreso al frente)”, James, Lars y Kirk fueron los encargados de componer esta pieza, ellos también son los que deberán seis meses después de lanzado este álbum tomar esta frase y colocarla como un grito de supervivencia, para poder continuar más allá de los giros que le dio la vida.

“Leper Messiah” es una crítica muy fuerte hacia todos aquellos movimientos que usan la fe como un medio para persuadir a personas y sacarles su dinero; esos pastores que se hacen llamar evangélicos ofreciendo a través de programas de televisión la salvación a cambio de unos cuantos dólares. Hetfield habla del engaño, de cómo estos charlatanes manipulan a hombres y mujeres que necesitan de alguien que les devuelva la fe, que les brinde la posibilidad de salvarse de los pecados; estos aprovechadores de oficio los invitan a dejar el diezmo todas las semanas, así garantizarán un lugar en el cielo.

-“La guerra empieza en casa”, esta fue una frase que James Hetfield expresó al periodista británico Mick Wall en 1986. En un primer momento Wall no la entendió, pero James se lo explicó con una pregunta y una respuesta: -“¿Ves la televisión todas las noches? Bien, pues ahí hay una guerra fija, por lo que tienes que tener cuidado, o esa basura va llegarte sin que te des cuenta…”.

Mick Wall cuenta en la biografía que plasmó de Metallica en 1995 coescrita con Malcolm Dome, que James Hetfield no había sido muy específico en cuanto a esa reflexión, solo fue cuando escucho “Leper Messiah” que conectó esas palabras con la canción.




El líder vocalista de Metallica sacó por primera vez de lo más profundo de su ser ese conflicto personal que tiene con la religión, que posiblemente tiene su raíz en la muerte de su madre, la cual no aceptó tratamiento médico para curar el cáncer que padeció, por seguir al pie de letra la doctrina de la Ciencia Cristiana.

Lars Ulrich llegó a decir en una oportunidad: -“Lo que todos esos llamados fundamentalistas cristianos representan para nosotros es una maldad real. Tratan de espantar a la población, te infunden miedo de ser diferente a la norma, lo cual es quizá la cosa más sana en el mundo. Lo que hacen estos predicadores de la televisión es todavía más raro, no solo quieren fastidiar, quieren que también le des todo tu dinero por hacerlo. Eso es realmente asqueroso. “Leper Messiah” es un ataque contra todo ese grupo raro”.

“Orion”, la joya de Cliff Burton, en ella transmite toda su energía, conjugando brillantes melodías salidas de su bajo; solo con escucharlas puedes viajar por lo desconocido, te
 lleva al infinito, te reencuentra con lo olvidado, revive lo que tanto ha dejado. No tarda mucho para que veas ante ti el universo, mientras el instrumento de Burton es acompañado por batería y guitarras. Escuchen el primer solo del bajo al 01’42’’, es apoteósico como sale magia de esas cuerdas movidas por los dedos de Cliff.

Los cambios permiten desplazarte por el infinito, a los 03’11’’ Kirk Hammett presenta su primer solo de guitarra, finura que se desliza entre la inmensidad del tiempo. A los 03’59’’ Burton hace un puente celestial, es el viaje que te llevará hasta Orión. James Hetfield presenta un solo de guitarra, sencillo pero elegante que hace reverencia al próximo solo de Cliff Burton, el cual es abrumador.




Llega un tercer solo de guitarra, el segundo de Hammett, sabe colocar todo su estilo para llevar esto a otra velocidad. Te lanzas hacia la inmensidad, es la búsqueda de lo desconocido. Es una pieza que merece todos los aplausos, es música en su máxima expresión.

Malcolm Dome y Mick Wall la llaman la “pequeña mancha blanca en el océano negro con el que la banda cubre el resto del álbum”; y es así, es la luz propia que irradia dentro de tantas letras llenas de críticas a un sistema; “Orion” deja el “thrash” aún lado para sumergirse en sonidos progresivos, profundidad sin llegar a exagerar, logrando los justo, donde todo se siente pleno.

Cliff Burton dejó su sello personal en esta composición, fue posiblemente una revelación ante el viaje que estaba por embarcarse meses después de esta grabación, la constelación del “Cazador” posiblemente fue la guía del camino que embarcó hacia la eternidad.

En lo personal estoy convencido que la portada de “Master of Puppets” tiene presente a “Orion”, la nube que está en el centro se parece a la “Nebulosa Cabeza de Caballo” ubicada al sur del cinturón de “Orión”, lo podemos además inferir por el color rojizo característico de esta nebulosa de emisión ubicada a 1.500 años luz de la tierra.

¿Puede un disco terminar de mejor manera? Tres buenos elementos se combinaron para darle vida a “Damage Inc.”: Una introducción sublime; la máxima velocidad que hayamos escuchado de ellos; y una letra cortante, sin símiles, directa al cerebro.




Empecemos por el gran aporte de Cliff Burton, su genialidad no tuvo límites, y aquí podemos ver un poco de la grandeza de este músico. Decidió grabar varias líneas de bajo inspiradas en piezas de Sebastian Bach; al menos así lo afirmó Kirk Hammett, mencionado en la biografía de la banda “Enter Night” escrita por Mick Wall. Cliff tomó ese trabajo y las vuelva a registrar, pero en esta oportunidad al revés; de allí nace esta armonía que abre la canción más explosiva de este álbum.

Al 01’19’’ comienza la furia, una fuerza que va tomando una velocidad que parece incontrolable, pero todo se mantiene dentro de la pista, no hay posibilidad de chocar; más allá de que sube en intensidad, no hay espacios libres, es todo compacto, llega la voz contundente de James Hetfield para dejar claro que aquí no estamos frente a matices, es sencillamente la dura verdad.





“Damage Inc.” debe ser de las piezas más “thrash” de Metallica hasta este momento, cuenta con todos los ingredientes de esta forma de hacer heavy metal. La batería de Lars Ulrich suena como si estuviera a punto de explotar, son segundos de descarga para hacer sentir todo el poder de la percusión. El riff cuenta con la marca personal de la banda, y el solo de guitarra de Kirk Hammett es un ascenso hacia la línea que separa el cielo del universo, si no llegas bien te puedes quemar.

Eres preso de una sociedad, así parece resumirse esta canción, un posible abreboca de lo que encontraremos en su próximo álbum “… And Justice for All”, un disco donde en cada tema hay una crítica a la forma en como están viviendo las sociedades, bajo sistemas corrompidos, y en algunos casos destructivos, amenazando con el futuro del hombre y demás seres vivos en la Tierra.

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