ZEPPELIN ROCK: Woody Guthrie - Dust Bowl Ballads (1940): Crítica review

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Woody Guthrie - Dust Bowl Ballads (1940): Crítica review


por Alberto Iniesta (@A_Maqueda_8)
del blog Discos




Hoy toca viajar en el tiempo hasta 1940. Son los años de los discos de 78 revoluciones por minuto, estamos en plena segunda guerra mundial… y en verano de ese año salió el que era el primer disco de Woody Guthrie, con la única compañía de su guitarra con ese legendario mensaje “esta máquina mata fascistas” escrito en ella, y una armónica. No necesitó más para cambiar el mundo. The Freewheelin’ de Bob Dylan, Nebraska de Bruce Springsteen o With His Hot And Blue Guitar de Johnny Cash nunca habrían existido sin Woody Guthrie. Su temprana muerte a los 55 años quizá le privó de un reconocimiento que no es el que debiera. Pero no hay ninguna duda de que Woody es al folk y al country lo que Chuck Berry al rock and roll. Muchos vinieron después de ellos, pero los pioneros fueron ellos. Al lío:




The Great Dust Storm juega con una melodía amable mientras Woody canta sobre lo que fue “la peor tormenta de arena”, lo que nos da una de las claves del disco: casi todo lo que escuchemos será principalmente autobiográfico. En otras canciones, como Talkin Dust Bowl Blues, es inevitable acordarse del Talking World War III Blues que Dylan grabó para su Freewheelin’. Ese rasgueo de cuerdas tan típico, que muchos asocian a Robert Zimmermann es en realidad de Guthrie. También encontramos momentos más duros como en la sensacional Dusty Old Dust, que trata un tema tan delicado como la gran depresión surgida a raíz del crack del 29. Increíble lo que se puede conseguir transmitir con una guitarra y una voz que, sin ser por ejemplo la de Sinatra, va directa al corazón transmitiendo muchísimo. Y la prueba de lo difícil que es eso radica en los poquísimos discos de calidad hechos con voz y guitarra, sin aditivos. Sin duda, una de las voces más personales que jamás he escuchado es la de Woody Guthrie.




Otra de las canciones destacadas es la que lleva el nombre del ladrón de bancos Pretty Boy Floyd, que los Byrds versionaron haciendo honor a su nombre y consiguiendo que sonara bonita, pero sin duda una cuya temática sigue de plena actualidad a día de hoy es Dust Bowl Refugee, un canto a todos los que no tienen la suerte que tenemos los que vivimos en nuestra burbuja de Europa occidental. Probablemente, la letra más dura de todo el disco. Quizá ni siquiera él mismo pensaría que más de setenta años después sigue habiendo ese problema. O quizá sí: “I’m a dust bowl refugee, and I wonder why I always be a dust bowl refugee?”.

Talking Dust Bowl Blues

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