El trasfondo de una obsesión
La idea de la nada no es la apropiada para la humanidad laboriosa: los atareados no tienen ni tiempo ni ganas de sopesar su polvo; se resignan a las durezas o a las estupideces de la suerte; esperan: la esperanza es una virtud de esclavos.
La parte de las cosas
Tomemos el amor: ¿hay expansión más noble, arrebato menos sospechoso? Sus estremecimientos compiten con la música, rivalizan con las lágrimas de la soledad y del éxtasis: es lo sublime, pero de una sublimidad inseparable de las vías urinarias: transportes vecinos a la excreción, cielo de las glándulas, santidad súbita de los orificios... Basta un momento de atención para que esa embriaguez, conmocionada, os arroje en las inmundicias de la fisiología, o un instante de fatiga para constatar que tanto ardor no produce más que una variedad de moco.
ZR
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