ZEPPELIN ROCK: Decapitated - Anticult (2017): Crítica review

martes, 25 de julio de 2017

Decapitated - Anticult (2017): Crítica review



Por Esteban Martínez (@EMartineC)




Con en lanzamiento en 2004 de The negation, el grupo polaco Decapitated se consolidó como una realidad potente dentro del death técnico. Cierto giro comenzó a evidenciarse en Organic hallucinosis (2006), pero fue el lamentable accidente de 2007 y la muerte de Witold "Vitek" Kieltyka (baterista y creador junto a su hermano Waclaw "Vogg" Kieltyka de la banda) aquello que evidentemente marcó un punto de no retorno para la agrupación, la cual hoy funciona más bien como un proyecto en solitario de Vogg en lugar de un colectivo creativo. El retorno en 2011 con Carnival is forever así lo hizo ver y las dos entregas posteriores han refirmado aquel camino, el de un metal mucho más cercano al groove de Sepultura y en general más simple en términos compositivos, con estructuras reconocibles y un sonido tan violento como directo. Nada de lo mencionado por cierto debería mover a engaño: Anticult es, en lo suyo, un gran disco, solo que deja la sensación de solo ser "un (muy buen) disco más".



A destacar el que sean solo ocho canciones. Insisto en la idea de que los buenos discos de música extrema no deberían sobrepasar dicha cifra, más de 50 minutos de complejidad (en cualquier estilo dicho sea de paso) solo produce redundancia. El caso es que Anticult al ser un trabajo preciso logra apuntar a la médula con cada una de sus piezas, comenzando por 'Impulse', seis minutos que entran de a poco, con una intro oscura e instrumental como era de esperar para luego incorporar cambios estructurales, bastante velocidad y gancho. 'Impulse' posee elementos progresivos interesantes, sin embargo, esta dará paso esta a una seguidilla de temas que funcionan en una linea bastante monotemática entre si, es decir, un metal absolutamente desenfrenado y bestial, ni más ni menos. Ahí 'Deathvaluation', 'Kill the cult', 'Anger line' o 'Earth scar' no regalan segundo de tregua con un blast beat incesante, interpretaciones vocales notables por parte de Rafael "Rasta" Piotrowski y guitarras afiladísimas que mantienen vivo el legado del eterno Dimebag Darrell. Cabe destacar acá la producción del álbum que permite disfrutar del sonido a mucho gusto marcando un importante punto a favor.



Algunos matices en términos de dinámica y estructura marcaran 'One-eyed nation', 'Never' o el exquisito cierre instrumental a cargo de 'Amen', pero nada fundamental, las cartas acá han sido lanzadas sobre la mesa, estamos frente a un muy buen álbum de metal inyectado directo a la vena, pero que aleja definitivamente a la banda de las líneas experimentales y técnicas de sus inicios.




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