ZEPPELIN ROCK: Bob Dylan - Shadows In The Night (2015): Crítica del disco Review

martes, 3 de febrero de 2015

Bob Dylan - Shadows In The Night (2015): Crítica del disco Review


por Blue Monday (@BlueMonday1971)



Y de pronto aparece Bob Dylan, se pone nostálgico, recuerda aquellas preciosas melodías de antes de los años 50 y decide revisarlas bajo su implacable prisma. El artefacto se llama Shadows In The Night y aunque pudiera parecer una aproximación muy personal del de Duluth al trabajo de Frank Sinatra realmente es más bien un recuerdo de aquellos temas que marcaron su juventud antes del rock and roll. Siendo cierto que Sinatra grabó los diez cortes que componen este álbum, también lo es que muchos otros lo hicieron.


Puede parecer chocante que la generación, encarnada por Dylan, que sepultó a la representada por Sinatra, rescate ahora estos temas, pero Bob Dylan ha tratado en "Shadows In The Night" de despojarlos de la en ocasiones excesiva orquestación que, empezando por Sinatra, les acompañó a lo largo de infinidad de versiones.




Tantas versiones que efectivamente todos estos temas parecen ya enterrados. Dylan los saca de la tumba y los despoja de toda su superficialidad adquirida con el tiempo para ofrecerlos desnudos a quien quiera escucharlos. El resultado se llena de ese encanto lánguido y de esa sobriedad que sin duda ayuda a liberarse de las cadenas orquestales a los 10 temas que el maestro ha decidido revisar. Además Dylan carga sus interpretaciones de una belleza inesperada que no es más que un extraordinario refuerzo para unos temas que cuentan historias de desamor, de pérdida y de dolor. Tras algún extraño experimento en los últimos tiempos Dylan parecía perdido, pero la vulnerabilidad y respeto con el que Dylan trata estos diez temas hacen que "Shadows In The Night" funcione muy bien.

Musicalmente "Shadows In The Night" no se aleja demasiado del clásico ritmo de vals majestuoso característico de la música de Dylan. Dylan canturrea con su ronco graznido mientras su discreta y heroica banda se desliza a su alrededor. La producción del propio Dylan, esta vez bajo el sobrenombre de Jack Frost, es deliciosamente ascética, grabando sin pulir los cortes en el estudio, despojados de cualquier asomo de artificio. Los vientos con sordina a cargo de Daniel Fornero, Larry G. Hall, Alan Kaplan, Andrew Martin o Francisco Torres, la pedal steel guitar de Donnie Herron o las líneas de bajo de Tony Garnier añaden un peso lúgubre perfectamente involucrado en la temática propuesta por Dylan para "Shadows In The Night".




"I'm a Fool to Want You", la composición de Frank Sinatra, Jack Wolf, y Joel Herron abre "Shadows In The Night" recordando más a la versión de Billie Holiday que a la de Sinatra, sobre todo por la manera en la que Dylan arrastra unas palabras de desesperado anhelo que profundiza el cuerno francés de Dylan Hart y Joseph Meyer. Después "The Night We Called It a Day" muestra claramente el trabajo de liberación orquestal de Dylan, desde la sutil pedal steel guitar de Donnie Herron hasta el profundo lamento del bajo de Tony Garnier pasando por las discretas pinceladas de la percusión de George Receli, y "Stay with Me", compuesto por Jerome Moross y Carolyn Leigh y popularizado por Frak Sinatra se convierte aquí en un himno con aspecto de canción de amor en el que un entusiasta Bob Dylan recuerda a Leonard Cohen.

"Autumn Leaves" muestra a un Dylan absolutamente resignado antes de que "Why Try to Change Me Now" sea interpretada por un maestro bastante sutil a través del suspiro de su voz y "Some Enchanted Evening" recupere el original de Oscar Hammerstein II y Richard Rodgers y se establezca la primera de las excepciones musicales de "Shadows In The Night", una melodía típica del Pacífico Sur basada líricamente en el amor a primera vista. Luego desfilan clásicos como "Full Moon and Empty Arms", "Where Are You?" o "What'll I Do", temas que Dylan restablece con enorme dignidad y sentido, antes de poner punto y final con "That Lucky Old Sun", el tema de Haven Gillespie y Beasley Smith que supone la otra excepción sonora de "Shadows In The Night", un corte increíblemente bien revisado por Dylan que se acerca asombrosamente al doloroso espíritu del blues.




"Shadows In The Night" representa los recuerdos musicales de la niñez de Dylan, y como tal los representa. Además, Dylan es Dylan, y por supuesto puede hacer lo que le salga de las pelotas. Lo que esta vez le ha salido de allí es bueno, sobre todo si se analiza y se comprende su figura. Si no eres de esos, dedícate a escuchar otra cosa. Tanto es así que "Shadows In The Night" no debe ser considerado como un disco de versiones, sino como un disco de "desversiones", como si Dylan hubiese tratado de volver al momento en el que estos diez temas fueron escritos. Un trabajo sumamente interesante que sobre todas las cosas supone una nueva lección de historia de la música popular.

©Blue Monday

No hay comentarios:

Publicar un comentario