por Blue Monday (@BlueMonday1971)
del blog Kids Wanna Rock
Deberías reconocerlo, aceptar que a tus veintitantos años eras un adepto al hair metal y que amabas a bandas como Kix o Posion, no sólo musicalmente, también en su estética. ¿Dónde has escondido tus mallas y el bote de laca? De acuerdo, ya has pasado de los cuarenta y te has convertido en un respetable rockero que reniega de los 80 y que parece haber seguido toda su vida a gurús como Tom Waits, Neil Young o Tom Petty. ¿Qué has hecho con tus vinilos ochenteros?, ¿ya no los escuchas? No te preocupes, existe una opción para escuchar glam metal y no sentirte ridículo. Se llaman Steel Panther y están de vuelta con All You Can Eat, su tercer álbum de estudio.
A los californianos se les suele considerar una broma, una divertida parodia de aquellas bandas que jodieron definitivamente la capa de ozono durante la segunda mitad de la década de los ochenta, pero la realidad es que los cuatro miembros de Steel Panther aman la música y la estética a la que satirizan, empapándolas de unas letras en las que el principal protagonista es el sexo, definitivamente el elemento que los ha catalogado como grupo de coña. Pero cuidado, estos tíos saben tocar, componer y escribir, y aún en un mar de cipotes, coños y pezones su música debe ser tenida en cuenta.
All You Can Eat supone una mezcla entre la progresión y el más de lo mismo si lo comparamos con el Balls Out de 2011. De contenido lírico similar pero de mayor instinto asesino, mejor producción y una interpretación de nivel. Riffs carnosos y ritmos rudos al servicio de himnos hard rockeros y baladas de estadio en las que las explosivas guitarras, las sensuales líneas de bajo y el estilo vocal conducen sin remisión a lo mejor del metal lacado de los ochenta. Sí, Steel Panther hacen música de notable calidad, y su habilidad para recrear la depravación del género al que supuestamente parodian es innegable.
Michael Starr sigue siendo la voz de Steel Panther, y su progresión ha sido bastante significativa, abriendo de modo admirable su rango vocal y encajando a la perfección en el universo sonoro que postula su banda, además de ampliarlo. Ojo a Satchel, ese tipo que fabrica riffs y solos directamente salidos del túnel del tiempo. El hombre es realmente bueno, bastante mejor que muchos mediocres guitarristas que se hicieron millonarios en los años de esplendor del género. Satchel hubiese sido feliz allí, pero aquí también consigue brillar. Lexx Foxxx no es un virtuoso de las cuatro cuerdas, pero mantiene el tipo e incluso consigue dotar a su bajo de una cierta sensualidad al tiempo que Stix Zadinia consigue que su batería se mueva en aquellos ritmos que su momento marcaron Dokken o Ratt.
Líricamente hay poco que decir, o mucho, nunca se sabe. A veces sucede que cuando se repite una broma muchas veces puede llegar a cansar. Steel Panther ha corrido ese riesgo en All You Can Eat, y la verdad es que con sus explícitas letras de sexo me he descojonado una vez más. Sí, existe gente a la que este tipo de letras les chirría, o culturetas a los que solo interesen las temáticas profundas, pero hay tiempo para todo, y una buena dosis de cachondeo no hace daño a nadie, sobre todo si se emplea como hilo conductor de musicaza ochentera. ¿Misoginia?, ¿pero estos tíos no eran una broma?
“Pussywhipped” abre All You Can Eat avisando muy seriamente sobre las consecuencias de una posible dominación femenina. Su inicio acústico de aroma a Metallica torna pronto en una sucesión de riffs efectistas a cargo de un inspirado Satchel mientras un alocado Starr grita lleno de convicción antes de la irrupción en escena de ese nuevo himno llamado “Party Like Tomorrow Is The End Of The World”, un corte de ambiente sleaze que insta a follar como posesos antes de que el mundo se acabe.
Llega “Gloryhole”. Mamadas, corridas y agujeros de placer que dejan poco espacio a la imaginación empujados de nuevo por un fuerte pisotón de riffs y solos impregnados de suciedad. A continuación “Bukkake Tears”, una power ballad a lo Bon Jovi con excelente Starr en las voces y un estribillo muy pegadizo. Correrse en la cara de ella impide ver sus lágrimas, pero lo que sucede luego en “Gangbang At The Old Folks Home” es poesía pura, es la historia del pizzero que terminó de orgía con unos septuagenarios y que ofrece creatividad y un extraordinario solo.
“You’re Beautiful When You Don’t Talk” es una balada de sonido clásico y letras al uso, vamos, una auténtica canción de amor tras la que “If I Was The King” se convierte en uno de los temas más duros escritos por Steel Panther, con la batería de Zadinia marchando a ritmos de thrash. “She’s On The Rag” finaliza All You Can Eat comunicando el imperdonable error de tirarse a una tía que esté con la regla. Delicadeza y sutilidad para un cierre en el que destaca de nuevo un inmenso solo de Satchel.
Así es más o menos All You Can Eat, lo nuevo de Steel Panther. Por supuesto no va a estar en las listas de final de año, pero uno ya sabe lo que le espera cuando coloca un disco de los de California en el reproductor: toneladas de cachondeo en el más puro formato sexo, drogas y rock and roll que agotó la laca de las estanterías de camino al final de los 80. Y a quienes a estas alturas les den vergüenza las explícitas letras o para quien no se haga con el idioma, All You Can Eat contiene música realmente apreciable.
©Blue Monday
Muy buena la descripción de el nuevo disco de Steel Panther. Gran trabajo de una banda que sigiue haciendo muy bien las cosas.
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