ZEPPELIN ROCK: Unisonic (2012) - Crítica del disco

sábado, 14 de abril de 2012

Unisonic (2012) - Crítica del disco



Sabía que, habiendo escuchado y degustado con placer ese EP titulado Ignition, el nuevo disco de Unisonic no me defraudaría. No lo ha hecho. El supergrupo alemán capitaneado por Michael Kiske (Helloween) con el bajo Dennis Ward, el batería Kosta Zafiriou y los guitarras Mandy y Kai Hansen, en su conjunto, hacen justo la música que por aquí más gusta. Digo por aquí refiriéndome a esta casa: un heavy metal muy ochentero, clásico, sin demasiadas extravagancias. Que no es innovador, ¿y qué? De igual modo que muchos grupos se agarran ahora a la música de los 70 y hacen invención de temas que parecen clásicos (véase Three Seasons, The Moggs o The Brew, por citar solo tres) por qué no puede empezar ya una reivindicación de aquellos 80 tan fructíferos cansados ya de tanta innovación que nos ha gustar a la fuerza. Si no hay amor, no hay fuerza que doblegue al hierro frío de los adoramos aquellos años nuestros.

El disco de Unisonic suena a clasicazo de talones, o al menos en su primera parte. Arranca con potencia desmedida con esa “Unisonic” y un ritmo que nos pone de inmediato en movimiento. Es un tema que engancha de todas todas desde los primeros compases, punteos de escándalo, estribillo pegadizo y la voz de Kiske que se adueña de la situación. Todo bien trabado, con reminiscencias de temas clásicos del buen rock de aquellos años. No pido más, soy así. “Souls Alive” suena a canción ya escuchada, pero no, sus notas no han pasado antes por nuestras tiernas orejitas, lo que indica solo una cosa: ¿otro clásico? Joroba, pues puede ser. En realidad todos los riffs, ritmos, melodías, transiciones, bases, todo responde a esquemas ochenteros, así que perfecto. Perfecto al menos para nos. ¿Que el disco va ganando con las escuchas? Claro, ¿y qué esperabas? Pero con el conveniente de que no hacen falta muchas. A las dos o tres pasadas ya estás repitiendo los estribillos como un mono. Llega “Never Too Late”: estribillo melódico, pegadizo (no es fácil), sencillo, ideal para corear en compañía (¿que suena a Green Day en determinados tramos? Sí, ¿pero suena bien? Sí. Pues ya está: quien tenga complejos que se compre una piruleta).

“I’ve Tried” es muy AOR. No se rebajan los quilates. Y gusta. Es simple, pero sigue entrando bien: no hay ni que masticar. Es de una suavidad a lo Sonata Arctica cuando se ponen. “Star Rider”; mirad he escuchado las dos versiones: es la más floja del disco y lo contrario, de lo mejor del disco. Me quedo con que es un tema normalito tirando a, bueno, de los de ir a mear mientras suena (no sé si me explico: uno llega y le dicen: no te has perdido nada, y encima es verdad). “Never Change Me” tiene un buen ritmo, como de fiesta, de fiesta algo pop, algo Europe, pero no exactamente, suena a algo prescindible, no me digáis: es como un quiero ser comercial pero sin dejar de hacer buena música y que al final se quede en ni una cosa ni otra. “Over The Rainbow” suena muy bien como balada, la verdad, y sí, tiene toques Rainbow, e incluso Scorpions si me apuráis; sí, decididamente es un tema que podrían haber firmado los alemanes.

“Renegade” tiene un ritmo cojonudo, hard rock progresivo, que quizá habría ganado con un empujoncito aun más metalero. La voz, como en la mayoría de los temas, se erige como protagonista. Los instrumentos sirven de coro que instrumentaliza la voz como acompañándola de paseo; la voz les dice a esos niños traviesos: "venid aquí, no os alejéis de mamá". “My Sanctuary” parece algo plana al principio, pero contiene momentos de ¿gloria?, no, de lucidez más bien: guitarras, aunque la voz se imponga luciéndose de nuevo. “King For A Day” suena de película en determinados pasajes, pero la totalidad llega a convencer a medias, como a quien le dan de comer su comida favorita tres veces al día y al levantarse al siguiente también la tiene sobre la mesa. Algo así. “We Rise” me gusta, definitivamente, y suena como un enorme himno épico que recuerda a los Helloween de cuando entonces (algunos me entendéis). “No One Ever Sees Me” termina por coronar el pastel. Un tema lento con guitarras acústicas y teclados incluidos. Ta bien.

Total, un disco hecho a la medida de Kiske que sirve para su especial lucimiento. Alterna temas potentes llenos de melodías pegadizas junto a otros más planos que parece que ya nos los presentaron en una ocasión anterior: algunos los conocimos hace mucho tiempo, pero tenemos de ellos un especial recuerdo y los recibimos como bien venidos. Un buen inicio para una banda de la que se espera, fijaos, aun más. Yo al menos.

NOTA: 7’5

Ángel Carrasco Sotos

6 comentarios:

  1. Tanto te gusta y le pones solo un 7,5???
    Anda que no eres duro para dar notas altas, cualquiera saca un 10 en tu clase.

    PD: No me gusta, parece un tabalenguas.

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    1. Si lees la crítica íntegra del disco, verás que hay temas que me gustan más y otros menos, pero 7'5 creo que es una nota justa y no es mala, Tow. Lo del 10, bueno, pues ya depende de si hay jamón de por medio, jaja (un queso da para un 9, un jamón suele alcanzar el 10; estos principios los tengo siempre muy claros).
      Saludetes dominicales.

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  2. el disco dejo mucho que desear , no es bueno , salvo 3 canciones me kedo con el LP ME DESILUSIONe AL ESCUXAR EL DISCO COMPetoO ya que kiske es mi cantante favorito influye ,muxo en la composicion de la musika y areglos etc denis ward pesimo compositor en genreal solo hansen compone bn me desilusione d este super grupo saludos

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  3. Que esperaban amigos...????
    Todos sabemos los gustos personales de kiske...
    Se que esta pagina se llama el portal del metal pero mas alla de eso hay otros generos y quiza este disco no debio ser comentado aqui.

    Por que no es metal... aunque esta formado por estrellas de este genero...

    Kiske lo hace excelente... las canciones son buenas,si ser legendarias, cumplen como se debe.

    Claro que fracasaran y quiza este disco o a mas tardar el proximo sera el debut y despedida de esta banda, pero no por hacerlo mal... si no por renegar de su destino...

    Todos sabemos que kiske nacio para cantar metal sea que lo haya echo por accidente o por un error de juventud...

    Cuando tuvo la edad lo soluciono... y cantó... cuando es su grupo... o cuando fue se disco lo que a el le gusta...
    Diganme se equivoco???

    No tiene valor por lo menos filosofico... esa lucha constante de un hombre que se esfuerza por desafiar al mundo y ser el mismo aun sabiendo que esto le traera desgracias, enemistades, criticas y pobreza, por que creen que no sabe kiske ahora(quiza en su juventud no lo supo)...que si hiciera un disco como un keeper, que vamos ya esta la formula es solo inmitarla tendria el tan esperado "retorno triunfal"

    O diganme en su ego de metaleros "true" prefieren al hombre humillado que finge ser lo que no es para complacer a un publico al que solo "respeta" por que le dara a ganar ????

    Pero ahora lo veo venir... diran, pero si no le gusta el metal por que sigue cantando metal, vamos esta mas que claro que lo hace por trabajar, recuerden que es un musico y de eso vive, y que las canciones que interpreta las hacen otros...Esto es malo??? esto no es respetable??? esto lo hace un traidor??? Claro que no (ademas que no sea su genero favorito el power metal, pues recordemos ke kiske nacio en una epoca diferente donde no existia este genero, por lo que es bastante razonable que no sea su genero favorito, no significa que le desagrade, y no lo hace)

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    1. No no es malo qeu Kiske interprete canciones escritas por otros,(aunque eso es lo que diferencia al Metal de otros generos)lo malo con Kiske es su actitud,dice que las canciones claves de Heloween las escribio Hansen,pero tambien que una de sus canciones favoritas es Eagle Fly Free,dice que no le gusta la ''enfermedad satanica''en el Metal,pero toca en Swedesh Rock festival,junto a bandas con cantantes guturales,eso entre otras muchas incoherencias que hace y dice.Si Kiske actuara igual que como canta Unisonic serìa una gran banda,lamentablemente Unisonic pasara como todos los demas proyectos de Kiske,por culpa de su bipolaridad.

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  4. Kiske es una paradoja de la vida, tiene (o quizas mas bien tuvo) la voz para ser un dios del metal, asi se demostro en Helloween, pudo ser el cantante de Iron Maiden, consagrandose y borrando la partida de Dickinson y ahora junto con el genio de Hansen pudo regresar por la puerta grande (aun puede hacer cosas inmortales con Unisonic) pero siempre rechazo su destino, esta claro que al hombre no le gusta el metal, pero para su desfortuna es lo unico que hace bien, una triste historia de alguien que pudo ser un dios pero que nunca dio el ancho.

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