ZEPPELIN ROCK: THE CANNONBALL ADDERLEY SEXTET - Cannonball In Europe! (1963): CRÍTICA Review

miércoles, 18 de junio de 2025

THE CANNONBALL ADDERLEY SEXTET - Cannonball In Europe! (1963): CRÍTICA Review

 

The Hunter


Pues nada más y nada menos que 42 000 fueron los espectadores que un 5 de agosto de 1962 se juntaron, en el marco del International Jazz Festival celebrado en la localidad belga de Comblain-La-Tour, para disfrutar -¡y de qué manera!- de la actuación del sexteto de Cannonball Adderley. Al saxo alto del artífice de Mercy, Mercy, Mercy! le acompañarían para la ocasión su hermano Nat a la trompeta, una base rítmica formada por Sam Jones (bajo) y Louis Hayes (batería), el piano del músico austríaco Joe Zawinul y un recién llegado al combo, Yusef Lateef, quien se ocupará indistintamente del saxo tenor, la flauta y el oboe. 



Con semejante alineación, y haciendo gala de una comunión encima del escenario que enseguida se traslada al enfervorizado público -que puntuará cada solo, cada cambio de ritmo, con sus vítores y aplausos-, los metales se convierten en los indiscutibles protagonistas de la pieza que abre el disco, "P. Bouk", original del propio Lateef. Tras unas palabras de agradecimiento ("para aquellos que las puedan entender", bromea Adderley) una hermosa melodía de flauta abre "Gemini", cuyos casi 13 minutos se convierten en el vehículo perfecto para que se luzca un tan magnífico como comedido Zawinul. Clásico recurrente en el repertorio de la banda, la celebérrima "Work Song", trepidante y swingeante, volverá a enardecer una audiencia que poco necesitaba para ello. Acercándonos al final, llega el momento del blues, género que no tenía secretos para el añorado músico de Florida. Sirviéndose de todo un estándar como "Trouble In Mind", la rendición es toda una lección de imaginación y sensibilidad, coloreando semejante clásico con un instrumento, el oboe, que pocos relacionarían con dicha música. Toda la contención acumulada será echada por la borda para, ahora sí, decir adiós con una "Dizzy's Business", atacada con toda la fiereza posible por unos instrumentos a punto de ebullición. 



Despedidos como auténticas estrellas de rock, da una idea de la sinergia que esa lejano verano de hace ya 53 años se vivió en un campo de vacas convertido en un barrizal por las continuas lluvias (tal es el terreno donde tuvo lugar dicho festival, el primero celebrado al aire libre en nuestro continente), lo que hace de Cannonball In Europe! un vívido documento con el que darle en la cabeza -aunque mejor será que le de una oportunidad- a cualquiera que tenga la peregrina idea (cosa distinta es que se conecte o no con él) de que el jazz es aburrido.

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