ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película EL OJO EN LA OSCURIDAD (Umberto Lenzi, 1975): Reseña

viernes, 19 de enero de 2024

CRÍTICA de la película EL OJO EN LA OSCURIDAD (Umberto Lenzi, 1975): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




La película El ojo en la oscuridad, de la que hoy os hablaré, tiene por título original, en realidad, Gatti rossi in un labirinto di vetro, aunque también es conocida por otros títulos como Eyeball o The secret killer o Wide-eyed in the dark. Se trata de una coproducción italo-española de 1975 dirigida por Umberto Lenzi –quien ya pasó por este espacio con su canibalística Eaten alive!- y con guion de él mismo y el catalán Félix Tusell, por aquel entonces director de Estela films –la productora más antigua de España, fundada en 1948- y miembro de una familia que fundó Cinespaña y ayudó en hacer realidad el Institut del Cinema Català. El argumento de la cinta –cuyo título original en italiano aún no veo a qué se refiere- nos cuenta, a grandes rasgos, cómo las componentes femeninas de un grupo de norteamericanos inscritos en un viaje organizado en microbús por la ciudad de Barcelona y alrededores, comienzan a ser asesinadas y despojadas de uno de sus globos oculares, de ahí el título más acertado e inmediato de Eyeball. Se trata de una peliculilla menor de misterio que podría calificarse de slasher, aunque muy poco violenta y nada gore.





Aún así, la cinta no deja de ser distraída y puede resultar hasta simpática para los que –como yo- son barceloneses ya que al inicio de la película se realiza un breve tour por diversas localizaciones de la ciudad como las Rambles, la Catedral, el monumento a Colón o la Plaça d'Espanya que luego –ya en el desarrollo de la trama- nos sigue llevando por rincones como Montjuïc o el Tibidabo. Por supuesto, tratándose de una visita para turistas norteamericanos, no faltará la escena en un tablao flamenco. Eso sí, la historia de Eyeball –como habéis podido leer antes- es muy simple y poco original, siendo su peor baza al tratarse de una cinta de este tipo la de los efectos de maquillaje -de ínfima calidad- y las escenas de los asesinatos, rodadas pésimamente en mi humilde opinión. En relación al elenco protagonista, hay que decir que asistimos a un batiburrillo de nacionalidades. Así, nos encontramos con franceses como Martine Brochard o Silvia Solar, italianos como Ines Pellegrini o Raf Baldassarre, el británico John Richardson, los españoles Andrés Mejuto y José María Blanco y argentinos como Mirta Miller o George Rigaud, seudónimo del bonaerense Pedro Jorge Rigato Delisset, aquí en el papel de reverendo Bronson, a quien los que crecieron en los 70 pasando los sábados por la tarde mirando películas en blanco y negro por televisión recordarán como el San Valentín en El día de los enamorados, con Tony Leblanc y Concha Velasco. En fin, amiguitos, una peliculilla para ver, sonreír, y olvidar.

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