ZEPPELIN ROCK: ¿Qué batería de música me compro? - Háztela tú mismo (consejos prácticos)

lunes, 16 de abril de 2018

¿Qué batería de música me compro? - Háztela tú mismo (consejos prácticos)


Peter Olayer




Peter Olayer es profesor de música y educación especial, y bajista y baterista autodidacta, que aprendió a tocar la caja con 8 años de edad y lleva tocando el tambor casi treinta años, el bajo eléctrico unos veinticinco y la batería veintitrés. Llegó a ser profesor de batería, aunque dejó el puesto por dedicarse a otro tipo de enseñanza y, pese a estar retirado de los grupos (porque vive por y para su hijo pequeño), continúa en la sombra practicando con la inmensa batería que tiene en su casa, la cual toca también frecuentemente con su retoño. Hoy trae un artículo sobre la batería, que es su gran pasión, y que podría resultar de utilidad para la gente que no sabe mucho del tema y que se esté planteando comprar una batería. Sin más preámbulos, entramos de lleno en el asunto.





Una cuestión difícil de responder, es qué tipo de batería debemos comprar. Lo cierto, es que no hay una única y sencilla respuesta para este interrogante porque tener una batería depende de las circunstancias (económicas, personales, etcétera) del baterista, así como de sus gustos y sus necesidades.




En cuanto a las circunstancias, hay que tener en cuenta qué recursos económicos se tienen porque, claro, las mejores baterías -como suele ocurrir con casi todo- son también las más caras. Los precios pueden oscilar entre los doscientos y los doce mil euros aproximadamente, y hablamos de buenas baterías a partir de los tres mil euros (eso sí, contando con los platos). Además, hay que tener en cuenta también otros factores a considerar, como por ejemplo el uso que se le vaya a dar (si va a ser para muchos directos, se puede llevar más golpes que si va a pasar mucho tiempo en casa o en el estudio), si se tiene experiencia o aún no se ha aprendido a tocarla, si se dispone de un espacio para meterla (y cómo es ese espacio), etcétera. 

Una ventaja que tiene la batería, es que se puede comprar por partes, lo cual no pasa con otras muchas cosas: para tener un buen coche, no podemos comprar primero las ruedas, después los asientos… Lo único que podemos hacer es pagarlo a plazos. Y la batería también, pero, además, si buscamos tener una buena batería y no tenemos mucho dinero pero tampoco tenemos prisa, con paciencia, uno puede ahorrar poco a poco y comprar: primero una buena caja; después, puede adquirir una buena pedalera doble; luego puede comprar un buen asiento; posteriormente puede comprar los platos uno a uno… Hasta conseguir ahorrar lo suficiente como para comprar el bombo y los toms. De esa forma, estaría realizando las cosas despacio, pero muy bien hechas: yo por ejemplo, no podía meter una batería en casa de mis padres, pero tuve la gran suerte de poder tocar durante años con la batería prestada del cantante de mis dos primeros grupos (de rock y metal) -que era el mismo vocalista- en el local de ensayo que teníamos, gracias a otro compañero de grupo. No pude tener batería, hasta que me independicé. 

Mi primera batería, fue una eléctrica muy básica que me regalaron y que muy pronto se me quedó pequeña por lo que comencé a ahorrar -además de sacar dinero extra vendiendo cosas que apreciaba menos- y, con tiempo y paciencia, conseguí tener la batería de mis sueños. Otra opción es conseguir una buena batería de segunda mano y sin defectos serios, que podría salir con suerte, a mitad de precio. Dado que una batería no se puede guardar en cualquier parte, es necesario disponer también de cierto espacio para colocarla. Existen actualmente baterías eléctricas muy completas, que son más pequeñas y manejables que las baterías acústicas; además de ocupar menos espacio, permiten el fácil transporte (porque se pueden plegar) y ofrece las posibilidades de tocar con auriculares para no molestar a nadie -ya que solo se escucharía tocando el baterista a sí mismo- o también que todo el mundo pueda escucharlo con la ayuda de un bafle potente. Los precios de estas baterías, pueden oscilar entre los doscientos y los dos mil quinientos euros. En resumen: la economía, la experiencia, el uso que se le pretende dar, la paciencia y disponer del espacio necesario, son unos factores importantes que determinarán el tipo de batería que vayamos a tener.




En relación a los gustos, hay que tener en cuenta para qué estilos musicales se le quiere dar uso a la batería. En general, una buena batería servirá para cualquier estilo de música, pero, aun así, conviene asegurarse muy bien en la elección para no cometer errores y para que no nos den por buena una batería que no lo es: se recomienda preguntar a gente que entienda (en foros, o consultando artículos relativos a esta cuestión), e incluso consultar en varios establecimientos. Puede que haya, por ejemplo, alguna batería que sea mejor para tocar jazz que para tocar heavy metal, pero la mayoría de las baterías buenas son tan versátiles, que pueden servir para tocar casi todos los estilos. También hay que tener en cuenta la forma, el color y el diseño que se desea: algunos bateristas buscan un diseño concreto (como calaveras, etcétera); otros, como yo, vemos varios diseños hasta que damos con el que más nos gusta; unos prefieren tener un set sencillo, dándole preferencia a la comodidad (hay que tener en cuenta que, cuantos más accesorios y componentes tenga una batería, más tiempo y trabajo llevará montarla y desmontarla); otros, sin embargo, prefieren que su batería tenga dos bombos con muchos toms y platos… Por lo tanto, el estilo de música que pretende tocar el baterista, así como la forma, el color y el diseño de su batería, constituyen los gustos del músico y también deben tenerse en consideración.

Por último -y no por ello es menos importante-, en cuanto a las necesidades del baterista, es fundamental dar con los platos adecuados -elección que, por cierto, no es tan sencilla como parece porque no solo es cuestión de elegir buenos platos (duraderos y con buen sonido), sino que además, el sonido tiene que encajar con el estilo de música que se va a tocar- y considerar la posibilidad de incluir otros accesorios (como el block y el cencerro), que el baterista piense que le pueden hacer falta, etcétera. En definitiva, es de vital importancia -para no desperdiciar el dinero- dar con todo aquello que el baterista crea que le va a dar lo que este necesita.

Y esto ha sido todo. Espero que estos consejos puedan ayudar a mucha gente.

ZR

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