ZEPPELIN ROCK: A vueltas con los KISS: CRÍTICA de su primer álbum homónimo (1974)

martes, 12 de diciembre de 2023

A vueltas con los KISS: CRÍTICA de su primer álbum homónimo (1974)

 

The Hunter


Quizás haya peña que piense que siempre ha sido así, pero el ascenso a la fama de Kiss no fue instantáneo sino que fue paulatino, show a show, teloneando a todo bicho viviente ya fuera Blue Öyster Cult, Iggy & The Stooges o Patti Smith. Y todo esto desde una pequeña compañía discográfica (Casablanca Records) que únicamente contaba con un año de vida cuando el disco protagonista de la entrada de hoy vio la luz, el homónimo de 1974.



Siempre me he preguntado qué pensaría el despistado comprador que se topara de repente en su tienda de discos favorita esa portada con su guiño a la de With the Beatles y merecedora por igual del título a la mejor y peor de la historia. Cubierta ya mítica (ese pelo plateado de Ace Frehley) del primer capítulo de la que podríamos llamar Trilogía Rocanrolera de Kiss (completada por Hotter Than Hell y Dressed To Kill) que se abría con "Strutter", callejera carta de presentación de lo que vamos a encontrarnos en todo el álbum, una irresistible combinación de adictivas melodías e imbatibles riffs. "Nothing To Lose" con su aroma glammy y saltarín y las voces repartidas entre Gene Simmons y Peter Criss, es uno de los mejores cortes del disco a la que le sigue el ritmo sincopado de "Firehouse" y su inolvidable y kitsch coda con sirena incluida. El himno alcohólico de "Cold Gin", compuesto por Ace Frehley, venía a constatar el infravalorado talento de la banda para el riff inmortal que mencionábamos arriba. Y lo mismo respecto a la melodía, heredera de la mejor tradición British Invasion, de la joya oculta que resulta "Let Me Know".



"Kissin´ Time" y "Love Theme From Kiss", simplemente curiosa versión de Mann & Lowe la primera e intrascendente corte instrumental la segunda, son los únicos borrones de una máquina de, insistimos, crudo y puro rock n´ roll, que remonta el vuelo con el himno instantáneo que resulta "Deuce".  Como fin de fiesta, una acerada composición de la dupla Simmons/Stanley guiada por los secos golpes de bajo de The Demon, "100.000 Years" y la épica "Black Diamond" que servía también para cerrar los conciertos del grupo redondean un debut energizante como Here´s Little Richard e "inocente" como Please, Please Me.

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