Por Esteban Martínez (@EMartineC)
Dicho esto, si vienes siguiendo la carrera de Amorphis, nada de lo que acá suena huele a novedad. Sin embargo, el gancho con el auditor continúa ahí presente. Las claves están puestas en una nítida producción que permite disfrutar del retumbe de una batería que luce en todas las canciones, así como los múltiples arreglos que la banda incorpora (sobre todo, en las secciones medias de las canciones), los cuales van desde el uso de sintetizadores ('The moon'), cítaras o incluso el característico teclado Hammond en ciertos pasajes ('Northwards'). En cuanto a lo vocal el disco se paseará constantemente por vaivén de siempre, con guturales en las estrofas y voces limpias en los coros ('Windmade', 'A new land'), encontrando un álbum de melodías atractivas donde realmente podrías destacar cualquiera de estas, pues todas funcionan.
Quizá el disco se vuelve algo repetitivo en sus 55 minutos de duración pero de todas formas el nivel está, dando cuenta de una banda que luce asentada en sus dinámicas pero aún lejos de la sorpresa continúan sonando contundentes.
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