ZEPPELIN ROCK: Jason & The Scorchers - Fervor (1983): Crítica del disco. Review

miércoles, 16 de abril de 2014

Jason & The Scorchers - Fervor (1983): Crítica del disco. Review



por Addison de Witt (@Addisondewitt70)





Cuando a principios de los ochenta el cantante y guitarrista Jason Ringenberg conoce a Warner Hodgens adicto a las seis cuerdas y berreante nato, al bajista Jeff Johnson y al baterista Perry Baggs y deciden formar una banda de rock, mucho me temo que lo que básicamente le motivó fue el hecho de tocar rock and roll sin darse mayor importancia, buscando: diversión, ligar y hacer el gamberro los viernes y sábados por la noche.




En cambio, treinta y pico años después de esta reunión se habla de que Jason & The Scorchers fueron creadores del cowpunk...es decir, una mezcla de punk y country, y es que será por etiquetas.

Partamos de la base de que estos chicos son de Nashville, por lo cual huir del country es cuando menos, difícil sino imposible directamente, así que algo de eso tiene que haber en la música de esta gente. Lo del punk es más aleatorio, pues en la escucha de este primer disco de Jason & The Scorchers, el fantástico Fervor se capta un poco de todo lo que a estos tipos les ha interesado musicalmente en sus pocos y locos años de vida hasta entonces, de hecho el disco se abre con una versión del tema de Bob Dylan "Absolutely Sweet Marie" y Dylan de punk, más bien poco.




Ahora bien, que en esta versión la influencia de Ramones es clara es un echo incuestionable, de hecho el tema es una anfetamínica explosión sónica con el punk y el rock enredándose alrededor de una canción del de Duluth, haciendo real la en principio utópica premisa de que Dylan pueda sonar punk, pues suena punk y rock e incluso folk, una versión divertida, desenfadada y que fluye de una actitud juvenil y gamberra que para nada esta buscada ni pretendida, es simplemente intuición e incluso inocencia al servicio de un tema con la premisa de disfrutar y hacer que el personal disfrute...y esa es la verdadera etiqueta de Jason & The Scorchers.




Guitarras countrys hacen de entradilla a la adictiva "Help There`s a Fire" que pronto trae al esqueleto las ganas de moverse inherentes a los ritmos de los Ramones, presentes en todo el álbum, cantada como si de un rockabilly se tratase con actitud de absoluta improvisación, se trata de otro tema de energético y divertido rock and roll con aportes de todo lo que en el momento se les vino a la cabeza a estos tipos.

Rock guitarrero con distorsión y aires rockabillys en la tremenda hiperactividad rítmica de "I Can't Help Myself", versión de una canción del cantante y compositor rock y country Tim Krekel y que el grupo de Nashville dota de un espíritu soleado y optimista, bailable y desenvuelto, disfrute teñido de alegres distorsiones, lo mismo ocurre en el tema racial y de local ubicación sónica "Hot Nights in Georgia", fabuloso y corto, casi precipitado country-rock eléctrico de desahogadas guitarras y coros lanzados a tumba abierta compuesta por Johnson y Ringenberg, se trata de un mítico tema de la banda.

La cara B da inicio con la acústica y sesteante melodía de "Pray For Me Mama", tema de evidente personalidad sureña y evocadora melodía de atardeceres pesarosos ante el sol muriente de un día duro y triste, fabuloso tema que demuestra que hasta los mas locos tienen momentos de dorada melancolía.

Y parece que se lo toman en serio cuando sorprenden con un estructurado y fenomenal tema como "Harvest Moon", mas maduro y sin embargo empapado de los principios básicos de la banda, velocidad y espontaneidad con la juventud dominando el ADN de los temas, otro maravilloso y vitamínico corte.



Electricidad y frenesí vocal junto a distorsión que mezcla rock y punk, ambos atrapados en una estructura melódica adictiva y febril en su vertiginoso ritmo, se trata de la divertida y desbocada "Both Sides of The Line" que llena mi corazón de pena porque da por terminado este tremendo discazo que durante apenas 25 minutos no permite que una sonrisa de disfrute se borre de mi rostro, un álbum que no es nada mas, ni nada menos, que la quintaesencia del rock, del punk y del country, juventud eterna no contabilizada en cifras sino en latidos, botas golpeando contra el suelo del garito y lágrimas de vida a tope, de noches interminables que se olvidan con la misma velocidad que se viven, de espíritu de libertad y aprovechamiento del tiempo que nos han regalado, sudor y saliva desperdiciados al servicio de la actitud rockera con la que hemos sido envenenados y bendecidos.

Un disco irresistible...recordarlo es vivir.

©Addison de Witt

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