ZEPPELIN ROCK: Extremoduro - Para todos los públicos (2013): Review. Crítica del disco

jueves, 21 de noviembre de 2013

Extremoduro - Para todos los públicos (2013): Review. Crítica del disco


No hay dos sin tres, y hete aquí que el amigo Free Fer (@Free_Fer84) nos envía con la amabilidad que lo caracteriza sus personales impresiones de este disco último de Extremoduro titulado Para todos los públicos, del cual tanto el maestro Don Críspulo como yo mismo publicamos nuestras respectivas reseña. Esta desde luego viene a enriquecer esas dos anteriores. Os dejo con las palabras de Free Fer.


Pues nada, tenemos nuevo disco de Extremoduro. Lo primero que sorprende es su variedad de estilos, mientras que sus dos discos anteriores tenían un concepto más monolítico y homogéneo, en éste se tocan muchos palos. Creo que ésa es la razón por la que lo han titulado irónicamente Para todos los públicos, porque en él todos podemos encontrar alguna canción que se adecue a nuestros Extremoduro preferidos: los viejos, los de la última época, los más brutos y viscerales, los más románticos y tiernos...

La primera canción, "Locura transitoria", podría haber formado parte de La ley innata, más de 8 minutos de puro éxtasis en los que el Robe recita un texto delicioso mientras la progresión musical empieza en calma y termina en tormenta. "Entre interiores", de guitarras gruesas y ritmo pausado, recuerda a los Extremoduro del Agila y de canciones como "Cabezabajo". "Qué borde era mi valle" nos retrotrae a sus tiempos más añejos, una canción tosca y sin sutilezas que es guiada por un riff muy zeppeliniano y adictivo. "Poema sobrecogido" es quizás la más sorprendente, en ella dan rienda suelta a sus influencias del flamenco y la música andaluza, un tema que recuerda a grupos como Triana; hay que decir que salen airosos de este difícil envite. Tras la broma del diálogo de "Manué", en "Mama" juguetean con un ritmo muy funky mientras desgranan la letra más explícita y lasciva de todo el disco. "Mi voluntad" por momentos recuerda a algunos fragmentos del Pedrá, una canción directa y pegadiza. Platero y tú hubieran firmado orgullosamente una canción como "Pequeño rocanrol endémico", un blues-rock calmado y melódico que habla del desamor pero destila buen rollo y te roba más de una sonrisa. El plástico se cierra con "El camino de las utopías", posiblemente la mejor canción que han hecho nunca; admito que me gusta más su primera versión en directo, desnuda, a dos guitarras (cuando la llamaban "El pájaro azul", por derecho propio una de las canciones de mi vida) porque gana en solemnidad y hondura, pero los abundantes arreglos que introducen le otorgan más matices, complejidad y dinamismo.

Un disco magnífico que no se parece a ninguno de los anteriores y a todos a la vez. Ésa es una de las dos grandezas del grupo: da igual el tipo de canción que hagan, el estilo que toquen, todo lo que hacen suena inequívocamente a ellos, absolutamente genuino. La segunda grandeza es, por supuesto, las letras, el talento poético de Roberto Iniesta: su poesía sucia, romántica, deshinibida y tierna. Poesía que siempre sabe llegar al corazón, aunque sea por caminos pocos convencionales. Lo que algunos llaman "Poesía transgresiva".


Ahora que ya no entiendo nada
y no me funciona un hemisferio,
quiero saber si entre tus bragas
está la clave del misterio.

©FreeFer

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