ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película EYES WIDE SHUT (Stanley Kubrick, 1999): Reseña

viernes, 23 de diciembre de 2022

CRÍTICA de la película EYES WIDE SHUT (Stanley Kubrick, 1999): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Eyes wide shut es una obra póstuma del desaparecido y mítico Stanley Kubrick, una cinta que en su día desprecié al prejuzgarla como obra menor del realizador neoyorquino, sobre todo por la presencia de Tom Cruise en el reparto. Sin embargo, los dos colegas del Twitter con los que crucé unas palabras hace poco me recomendaron abordar la visión de esta película como si de una historia de terror se tratase. Y a ello he ido. La sinopsis del argumento de Eyes wide shut –que cuenta con Nicole Kidman, cuando aún estaba preciosa y natural antes de pasarse con el bótox y el bisturí, dando la réplica al cienciólogo más famoso de Hollywood- nos dice que el Doctor Harford, casado felizmente con una mujer guapa y joven y padre de una niña pequeña, con una vida acomodada y normal, ve un día cómo su rutina se hace añicos cuando Alice –su esposa- le cuenta bajo los efectos de la marihuana y tras tener una discusión que el verano anterior fantaseó con dejarle a él y a su hija por escaparse con un desconocido con el que hubiese tenido sin dudarlo una noche de pasión. Tras oír esas palabas cargadas de una incomprensible mezcla de resentimiento y tristeza, el despechado William Harford sigue las recomendaciones de un antiguo amigo y se introduce en un grupo secreto que le abre las puertas a un mundo dominado por el sexo y el placer.




Piltrafillas, una cosa sí os digo, la primera imagen de la cinta –aún durante los títulos de crédito- es una de las más sugerentes que he visto nunca, de esas escenas que hacen del todo innecesario un tráiler comercial y necesitan solo de ocho segundos para decirte “eh, sigue mirando, que esta película es especial”. Así y todo, me la perdí en su momento. Se trata de una historia inquietante que mezcla sexo y suspense, dotada de una elegante y preciosa fotografía con momentos de gran plasticidad –como la reunión de máscaras en la mansión cuando descubren a William- y profusión de escenas altamente eróticas, incluso de una Kidman en todo su esplendor a la que Kubrick nos ofrece en diversos niveles de desnudez. Pero ciertamente, Eyes wide shut no es una cinta dinámica. 




Carente de acción y con más de dos horas y media de metraje, su aparente lentitud podía haber supuesto un handicap para mí... si no fuese porque, como defensor y ocasional espectador de cine surcoreano, los metrajes largos con ritmo pausado no me amedrentan. Y vaya sorpresa me llevé cuando Harford entra en la mansión de la secta hedonista y suena Masked Ball de Jocelyn Pook, la misma melodía oscura que inicia los conciertos de..., bueno, piltrafillas, dejaré que los fans de Papa Emeritus lo adivinéis. En resumen, que tal como me habían indicado en Twitter, se trata de un interesante thriller –en realidad utilizaron la palabra terror, pero me parece excesivo- que te atrapa sin remedio mientras intentas adivinar qué papel real juega en la trama cada protagonista. Si aún no la habéis visto, no dejéis pasar más tiempo y corred a por ella.

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