ZEPPELIN ROCK: Soulfly - Archangel (2015): Crítica del disco review

viernes, 10 de junio de 2016

Soulfly - Archangel (2015): Crítica del disco review



Alfonso Díaz (del blog Rockeando)



Miembro fundador de una de las bandas más emblemáticas y queridas dentro del thrash metal, citar a Max es hacer referencia a uno de los músicos más influyentes, carismáticos y prolíficos de los últimos 30 años. En esta ocasión, nos enfrentamos a Archangel, el décimo trabajo de Soulfly, la formación que creó tras su traumática salida de Sepultura en 1996. Desde su creación Soulfly siempre fue el “leitmotiv” del brasileño, pero en sus últimas entregas, concretamente desde la edición de Dark Ages (2005), la banda ha ido desprendiéndose de forma gradual de esa identidad tribal y nu-metalera que les había caracterizado en sus inicios para marcar el retorno de Max hacia sonoridades más crudas y cercanas al thrash/death.


Nos encontramos pues ante un trabajo que rezuma clasicismo y brutalidad por los cuatro costados, conteniendo diez composiciones directas y frontales, en las que en poco más de media hora Soulfly nos proponen unas letras ácidas, críticas y mordaces, con constantes alusiones a los textos sagrados, y en las que arremeten de forma rotunda contra cualquier tipo de creencia religiosa. Y es que tal y como ha declarado el propio Max: ”este nuevo trabajo es el disco más místico y espiritual que he compuesto desde la publicación de Prophecy en 2004”. Para la producción de Archangel Max ha contado con los servicios de Matt Hyde, quien anteriormente ya había trabajado con bandas como Slayer, Slipknot o Children Of Bodom. En cuanto a su espectacular portada se ha encargado de ella el artista Eliran Kantor.




Si hablamos de la formación que ha acompañado al emblemático músico de Belo Horizonte durante las sesiones de grabación de Archangel, Max ha vuelto a contar con los servicios de su equipo habitual: el bajista Tony Campos, -quien ha abandonado recientemente la formación para unirse a los metaleros industriales Fear Factory-, y el guitarrista Marc Rizzo. Mientras que de la percusión, al igual que ya sucediera en su anterior entrega Savages, se ha encargado su hijo Zyon Cavalera. Otro apartado a tener muy en cuenta, como suele suceder en todos los lanzamientos del músico brasileño, es el de las colaboraciones. En esta ocasión, Max ha contado con invitados especiales como Todd Jones de Nails, Matt Young de King Parrot y Richie Cavalera de Incite, y el benjamín de la familia, Igor Cavalera, guitarrista y vocalista de Lody Kong.

El inicio del plástico está marcado por un título tan real como explícito, y que perfectamente puede aplicarse al alma-máter de la formación, "We Sold Our Souls to Metal", un trallazo inflamable y desbordante de rabia, en el que el cuarteto da rienda suelta a ese thrash/ death corrosivo y primitivo, en el que incluso son perceptibles algunas pinceladas hard-core a la hora de atacar sus aguerridos estribillos. Tras la rotunda declaración de intenciones que supone el tema de apertura es a lo largo del segundo corte "Archangel", cuando Soulfly se centran en la temática espiritual que protagonizara la mayoría de las composiciones del álbum, proponiéndonos unas sonoridades más densas y cadenciosas para, bajo el influjo de algunos pasajes de corte arábigo, dejar que la voz filtrada de Max nos arrastre sobre un tema incisivo y tortuoso, en el que la principal novedad la aportará el sonido de las guitarras durante las estrofas.




Quizás una de las piezas que mayor conexión guarde con el sonido de los Sepultura de épocas pasadas, concretamente con los del Chaos A.D., sea "Sodomites", protagonizada por unos fantasmagóricos desarrollos que nos acabarán abocando sobre una segunda mitad en la que la formación pisará el acelerador al máximo contando con la participación del vocalista de Nails, Todd Jones. Para los amantes de las ambientaciones más oscuras y opresivas Max les ha reservado "Ishtar Rising", dominada por el “groove” y la tenacidad de sus amenazantes guitarras para completar un tema que peca de una cierta linealidad, pero que rezuma intensidad metálica.

Mucho más inspirada y dinámica resulta "Live, Life, Hard!" , que cuenta con la participación del vocalista de los australianos King Parrot, Matt Young, que dejará su tarjeta de visita en esas partes histriónicas que servirán como preámbulo para los registros más rabiosos y subversivos de Max. Pese a la deriva compositiva que ha seguido Max a lo largo de los últimos años, el orondo vocalista parece no haber perdido esa vinculación hacia sus raíces más clásicas y “underground”, aquellas que le ayudaron a perfilar su personal estilo. Una buena muestra de esa activa militancia la encontramos en piezas como "Shamash", que recuperan ese halo de misterio y oscuridad dando cabida a unos envolventes cánticos que dejarán paso a una brutal embestida que cuenta con uno de los mejores ejercicios solistas de Marc Rizzo.

Como siempre ha sucedido a lo largo de su trayectoria, Soulfly tampoco han descuidado su faceta más experimental, y la nota curiosa del álbum llegara con "Bethlehem's Blood", en la que las tradicionales andanadas thrash/death se verán fusionadas con algunas guitarras acústicas y la magnificencia de las trompetas. El equilibrio perfecto entre el "groove" y el clasicismo thrashero quedara plasmado a lo largo de "Titans" y la final "Mother Of Dragons", que cuenta con el concurso de Igor y Richie Cavalera, resumiendo a la perfección el concepto y la sonoridad que Max ha ideado de cara a esta décima entrega de Soulfly: pasajes crujientes y amenazantes, brutales embestidas, con la batería de Zyon llevando el ritmo a piñón fijo, y unos desarrollos oscuros e intrigantes.

Otra de las composiciones que mejor plasma que Max no ha querido perder sus raíces es la seminal "Deceiver", un trallazo directo y certero, con una estructura muy marcada y que solo se apartara de su patrón inicial para dejar espacio al lucimiento personal de Marc Rizzo.

Músico prolífico como pocos, Max Cavalera continúa ofreciéndonos muestras de que en su cabeza siguen gestándose buenas composiciones. Seguramente habrá muchos que le consideren como un músico caduco y ya amortizado, pero lo cierto es que el brasileño continúa facturando obras que le permiten girar y seguir agrandando el legado de uno de los músicos más influyentes y carismáticos de la escena extrema.


DISCOGRÁFICA: Nuclear Blast

Lista de Temas:

01. We Sold Our Souls To Metal
02. Archangel
03. Sodomites
04. Ishtar Rising
05. Live Life Hard!
06. Shamash
07. Bethlehem's Blood
08. Titans
09. Deceiver
10. Mother Of Dragons



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1 comentario:

  1. para mi este disco ,suena a un millon de grupos que hacen lo mismo,pero con la diferencia que esta MAX el de sepultura....pero no me llega ni me emociona,buena reseña

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