ZEPPELIN ROCK: Zorba el griego (1964) - Michael Cacoyannis

domingo, 1 de abril de 2012

Zorba el griego (1964) - Michael Cacoyannis


por Fabián Castillo Molina


"He aquí un título y su director que no suelen aparecer demasiado en las listas que se vienen publicando en Rockthebestmusic y que, como veremos, merece una atención especial. Vi Zorba el griego por vez primera en el cine Rex de Las Pedroñeras (Cuenca) en el 67, y muchas de sus escenas y pasajes quedaron grabadas de forma indeleble en mi memoria.


No sabía nada de Michael Cacoyannis, otro enamorado del cine independiente. Un hombre que desde sus inicios en el 53 conoció el éxito, y tuvo claro que sus películas las escribiría, dirigiría y produciría él, siguiendo el ejemplo de otros grandes directores, y cuya forma de entender el cine pasaba por tener desde el principio libertad de creación y control absoluto de la obra hasta el final.


Nació y vivió los primeros años de su vida en Chipre. Estudió derecho por imposición paterna en Inglaterra, pero pronto vio que eso no era lo que le gustaba hacer con su vida. Se preparó y se hizo actor, pero tampoco le satisfacía ese trabajo y empezó a escribir guiones que, al presentarlos a las productoras, le decían que eran guiones de director, que debería dirigir una película. Se fue a Estados Unidos a buscar financiación, pero, a pesar de sus excelentes cartas de presentación dirigidas a importantes personalidades del gremio, después de tres meses, tuvo que volverse con las manos vacías y, entonces, se fue a Grecia. Allí por fin encontró su punto de partida.

Tampoco había leído nada de Nikos Kazantzakis, a pesar de ser ya por entonces un escritor de fama internacional, autor de la novela Alexis Zorba, que sirvió de base para el guión y realización de la película, y cuyos hechos partían de la experiencia incomparable de haber conocido y convivido con el propio Zorba en la segunda década del pasado siglo y años después haberlo incluido entre las personas más influyentes en su vida, junto a Bergson, Nietzsche, Homero y Buda.


Había visto a Anthony Quinn en Los dientes del diablo, Viva Zapata, Ulises y quizá en alguna más que no recuerdo ahora, y ya sentía curiosidad y ganas de seguir viendo películas de este actor. Por entonces se hablaba poco de los directores; las verdaderas estrellas de la pantalla, como los titulaban en los cromos, eran ellos: los actores y actrices. Eran los que llevaban el público al cine. Solo los especialistas y gente de la profesión reparaban en el director, banda sonora, cámara y dirección artística.


Salí de ver la película impresionado, como cuando se impresiona el negativo de una fotografía. Fue una de esas ocasiones en las que uno siente que esa afición va calando hondo. Que algo se ha revelado en esas dos horas y pico que ha pasado sentado frente a una pantalla. Fue una noche de sábado y la película era autorizada para mayores de 16 años.

Dice en una entrevista el director, que, cuando resumía a los de la FOX de qué iba la película, no encontraban dónde encuadrarla, porque tenía aventura, drama, comedia, filosofía de la vida... y al parecer todos estos ingredientes mezclados eran garantía de fracaso. Pero sus anteriores éxitos y premios con Stella, Cuestión de dignidad, Electra ... y el reparto internacional, garantizaba la taquilla y el proyecto se puso en marcha con la garantía de distribución con esa marca.

La fuerza del personaje de Zorba, la intensidad y excelencia de la fotografía en blanco y negro de Walter Lassally (que consiguió luego el Oscar por esta película), la ambientación a principios del siglo XX en un pequeño pueblo del sur de la isla de Creta, por cuya dirección artística Vassilis Photopoulos también obtuvo su Oscar, la banda sonora, a cargo de Mikis Theodorakis, (artista completo y trabajador incansable, con una producción musical y literaria inmensa, y al que tampoco conocía entonces quien escribe) subrayaba toda la obra y dejaba un recuerdo imborrable en el espectador.

Los diálogos del protagonista hablando de una libertad quijotesca , dejando frases como un poco de locura es necesaria en el hombre para cortar la cuerda que le impide ser libre, en un tiempo en el que perduraba la dictadura en España producía una cierta inquietud, un deseo de entender bien esas palabras. Los intentos aperturistas de entonces permitían a la censura levantar la tijera y dejar que viéramos un desnudo integral del protagonista, de espaldas (eso sí) y corriendo alejándose hacia el mar, o breves secuencias en las que la mano del mismo, juguetonamente se posaba y oprimía el seno vestido de madame Hortense y Buboulina (Lila Kedrova, que también obtuvo su Oscar por este papel), mujer madura y de vuelta de una vida azarosa y alegre en los cabarets de París.

Las ganas de vivir y el entusiasmo para afrontar proyectos imposibles y ser capaz de contagiar al escritor y heredero, Basil (Alan Bates), de una mina en la isla, y sin embargo pobre en vivencias y vitalidad, al extremo de verse a sí mismo anulado, frente a la fuerza de la naturaleza que observaba en Zorba, un hombre maduro, rudo y ajeno por completo a estudios y letras. Sus declaraciones vitalistas y defensoras de la vida y la amistad frente a las guerras entre los hombres, y las fronteras que dividían países en otro tiempo hermanos. Le sorprendía y admiraba la forma de llevar las contradicciones como ser humano, a veces tan solidario y valiente defensor de la mujer como valor supremo de la vida, y otras despreciándola y tratándola como el peor misógino. Todo ello era una dosis tan alta de estímulos recibidos en dos horas y media escasas, que un joven que apenas había salido del pueblo le costaba digerir.

Pasando el tiempo, apenas volví a ver esta película un par de veces más por televisión, y comprobé que no envejecía. La historia y la aventura que se narraba seguían manteniendo el mismo interés, despertaba en mí el mismo deseo de seguir viendo y escuchando atentamente hasta el final de sus ciento cuarenta y dos minutos de metraje. Seguía disfrutando con la energía de Zorba, con la música y el baile liberador que suponían su válvula de escape, con su drama y su humor. Crecía el interés por la opresión que ejercía el pueblo sobre la bella viuda joven (Irene Papas) y su valor para enfrentarse y rechazar a tantos hombres como la deseaban, hasta ganarse su respeto, y el rechazo incluso del más joven y dispuesto a todo por su amor, y su decisión de aceptar al extranjero Basil, afrontando las consecuencias que traería tal decisión. Consecuencias trágicas descritas en escenas clave dignas de revisar, que no voy a desvelar aquí.

La relación que establece Zorba con madame Hortense, Buboulina como él llama cariñosamente que es dueña de la pensión donde se alojan Basil, su jefe y él, es otro apartado, otra historia perfectamente encajada en el conjunto pero ajena por completo al ambiente cerrado de la isla. La ternura y consideración al tratar sus locuras de vieja cabaretera parisién, retirada en una isla, tan primitiva y distante en costumbres con la vida que ella conoció en París, supone un contraste tan fuerte que añade un ángulo más al conjunto.


La parte final, el viaje de Zorba a la ciudad en busca de utensilios para llevar a cabo su locura mayor y su demora en el regreso y lo que vive allí es para no olvidar, y la carta enviada desde la ciudad y sus consecuencias, también constituyen otra historia independiente digna de ver con atención. Finalmente el experimento con los troncos bajando por el funicular suponen la guinda de aventura que desemboca en la danza final y la reflexión con la que se cierra la película.

Ocurre a veces, que la unión de inteligencias y talentos cuya pasión por diversas artes son capaces de fundirse en un proyecto, dan como resultado una obra redonda imperecedera. Quizás éste sea uno de esos casos. Zorba el griego tuvo éxito en su día y consiguió premios y prestigio hasta el punto de dar a conocer internacionalmente al autor de la novela, cuya fama de excelente escritor en Grecia ya era una realidad, y según parece, de haber vivido un par de años más, probablemente habría conseguido el premio Nobel. El propio Albert Camus, reconoció públicamente cuando le dieron ese premio en competencia con Nikos Kazanzakis, que el griego lo merecía cien veces más que él.

Ahora, con internet, las ramificaciones que se abren simplemente al ver una película como ésta, y poder conocer instantáneamente la filmografía de su director, Michael Cacoyannis, del que quizás mucha gente apenas sabe nada. Poder entrar en la filmografía tan extensa como recomendable de Anthony Quinn, en la música de Teodorakis, en los libros de Kazanzakis, en la fotografía de Walter Lassally, viajar y ver desde el satélite la isla de Creta con la resolución y detalle impensable hace una década, da vértigo. Produce una cierta ansiedad el comprobar que es inabarcable, imposible llegar a tiempo de contactar con tanta maravilla, mientras al mismo tiempo, perduran males al parecer irresolubles como la guerra, el hambre, la injusticia, la corrupción..., pero, mientras vamos viviendo, ¿hacemos lo posible por orientar nuestras acciones hacia el lado que nos hace mejores compañeros de viaje? ¿Puede ayudar el cine a mejorar a las personas? ¿Sirve de algo que alguien escriba estos comentarios?


Filmografía de Michael Cacoyannis

• El jardin de los cerezos (1999): director, guionista y productor

• Pano kato ke plagios ("Arriba, abajo y a los lados") (1993): director, guionista y productor

• Glykeia patrida ("Dulce patria") (1986): director, guionista y productor

• Ifigenia (1977): director y guionista

• Attilas '74 (1975): director y productor

• Las troyanas (1971): director, guionista y productor

• Otan ta psaria vgikan sti steria ("El día que el pez salió") (1967): director, guionista y productor

• Alexis Zorbas ("Zorba el griego") (1964): director, guionista y productor

• Electra (1962): director, guionista y productor

• Il Relitto (1961): director y guionista

• Eroica ("Nuestra última primavera") (1960): director, guionista y productor

• To telefteo psemma ("Una cuestión de dignidad") (1957): director, guionista y productor

• To koritsi me ta mavra ("Una muchacha de negro") (1956): director y guionista

• Stella (1955): director, guionista y productor

• Kyriakatiko xypnima (1954): director y guionista


Premios y nominaciones


Festival de Cannes

• 1954: Palma de Oro por "Windfall in Athens" - nominado

• 1955: Palma de Oro for "Stella" - nominado

• 1956: Palma de Oro por "Una muchacha de negro" - nominado

• 1957: Palma de Oro por "Una cuestión de dignidad" - nominado

• 1961: Palma de Oro por "The Wastrel" - nominado

• 1962: Palma de Oro por "Elektra" - nominado

• 1962: Gran Premio del Jurado por "Elektra" - ganador

• 1962: Premio Técnico por "Elektra" - ganador

• 1977: Palma de Oro por "Ifigenia" - nominado

Berlinale

• 1960: Oso de oro por "Nuestra última primavera" - nominado

• 1963: Premio David O. Selznick por "Elektra" - ganador

Premios Óscar

• 1963: Mejor película en lengua extranjera por "Elektra" - nominado

• 1964: Mejor fotografía por "Zorba el griego" - nominado

• 1964: Mejor director por "Zorba el griego" - nominado

• 1964: Mejor guión adaptado por "Zorba el griego" - nominado

• 1977: Mejor película en lengua extranjera por "Ifigenia" - nominado

Premios Globo de Oro

• 1956: Mejor película en lengua extranjera por "Stella" - ganador

• 1957: Mejor película en lengua extranjera por "Una muchacha de negro" - ganador

• 1965: Mejor director por "Zorba el griego - nominado

Premios BAFTA

• 1966: Mejor película por "Zorba el griego - nominado

Asociación de críticos de cine de Nueva York

• 1964: Mejor película por "Zorba el griego - nominado

• 1964: Mejor director por "Zorba el griego - nominado

• 1964: Mejor guión por "Zorba el griego - nominado

Premio David de Donatello

• 1964: Placa especial para "Zorba el griego"

Festival de cine de Thessaloniki

• 1960: Premio por contribución especial - ganador

• 1961: Mejor director por "Nuestra última primavera" - ganador

• 1962: Mejor película por "Elektra" - ganador

• 1962: Mejor director por "Elektra" - ganador

• 1977: Mejor película por "Iphigenia" - ganador

• 1999: Premio del Sindicato de técnicos de cine y televisión por "The Cherry Orchard" - ganador

Festival Internacional de Cine de Moscú

• 1956: Medalla de plata para "Una muchacha de negro"

Festival de Cine de Edimburgo

• 1954: Diploma al Mérito por "Windfall in Athens"

• 1962: Diploma al Mérito por "Elektra"

Festival Internacional de Cine de Montreal

• 1999: Premio a la contribución especial - ganador

Festival de Cine de Jerusalén

• 1999: Premio a los logros de una vida entera - ganador

Festival de Cine de El Cairo

• 2001: Premio a los logros de una vida entera - ganador


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